Que la ansiedad es uno de los grandes males de nuestro tiempo es algo que está fuera de toda duda. No es una buena noticia, pero es una realidad que no podemos pasar por alto. "Cada vez somos más las personas que sufrimos ansiedad. Los últimos estudios del National Institute of Mental Health, del 2018, indican que dos de cada cinco personas en España sufren ansiedad", comentaFerran Cases en su obra El pequeño gran libro de la ansiedad, publicado por Diana, escrito con el objetivo de ser una guía útil en la que da las claves para vencer este problema de salud mental, paso a paso. Y lo hace basándose en su propia experiencia, pues el conferenciante, escritor y divulgador plasma en sus páginas cómo ha afrontado él esta particular batalla a lo largo de los años. Así nos lo cuenta.
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El libro parte de una experiencia personal, parte de ese momento, con 15 años, cuando empezó a padecer problemas de ansiedad. ¿Qué pasa por la cabeza de un adolescente que se enfrenta a este problema?
Miedo e incertidumbre. La primera sensación es que algo malo te va a suceder y que no sabes qué es ni de dónde viene. Mi primera experiencia fueron vértigos, esa sensación extraña de que estás flotando y te vas a desmayar en cualquier momento, pero nunca sucede.
Habrá muchos lectores que se planteen cómo, después de tantos años, consiguió usted librarse de la ansiedad.
En mi caso fue un camino muy largo, y aunque pueda sonar mal así de primeras, tuve la suerte de que el cuerpo se me paralizó. Me explico. Estuve conviviendo con los síntomas de la ansiedad, pinchazos, ahogos y vértigos durante unos años, y vivía con ellos a diario y en silencio, nadie de mi entorno sabía que yo estaba en esa situación. Hasta que a los 21 años desarrollé una parestesia por ansiedad y, claro, había días que las piernas no me respondían y otros que eran las manos. En esa situación ya no podía disimular y me vi obligado a enfrentarme al problema y encontrar una solución.
Hace ya 10 años que no sufre ansiedad, ¿en algún momento le pareció un objetivo inalcanzable?
En muchos momentos, por supuesto. Este pensamiento es recurrente en los que sufrimos ansiedad generalizada. Pero aparece porque buscamos el 100% de la solución fuera, cuando un tanto por ciento elevado se encuentra en nosotros mismos, en cómo estamos decidiendo vivir la vida. Nos pensamos que con ir al psicólogo basta, como si tuvieses una varita mágica que quita la ansiedad, ojalá, pero no es así. Ir a terapia es maravilloso para encontrar herramientas y aprender a interpretar el entorno desde otro prisma para poder enfrentarte al miedo, pero la responsabilidad de que todo eso funcione está en tus manos.
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¿Cuál diría que es el mayor aprendizaje que ha obtenido tras estos años de lucha contra la ansiedad?
Que esa ansiedad no aparece por lo que me sucede en la vida, sino por cómo interpreto aquello que me sucede. Si algo me afecta de manera que me siento con miedo y veo que la ansiedad puede aparecer, simplemente paro, respiro y miro otro ángulo desde donde enfocar ese “problema”.
¿Piensa que su libro puede ser un buen aliado para una persona que esté pasando por un proceso similar al suyo?
Puede ser un excelente compañero de viaje, que te dé herramientas desde el punto de vista de alguien que ha pasado por allí. Espero que el que lo lea sienta que le doy la mano en ese camino y que le acompaño hacia una vida con serenidad.
¿Podemos confundir la ansiedad con estrés? ¿Es complicado darse cuenta de que lo que tenemos realmente es ansiedad?
Se confunde mucho, es cierto, pero tenemos que entender que la ansiedad siempre va acompañada de sintomatología, es decir pinchazos, ahogos, migrañas y ese largo etcétera que todos conocemos. A mí me gusta definirla como una mala gestión del estrés, que no te deja vivir en paz.
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¿Qué señales nos deberían hacer estar alerta?
Si estamos atentos a nuestro día a día hay pequeñas señales que ya nos avisan de que algo no va bien. Me cuesta conciliar el sueño o siento que lo doy demasiadas vueltas a todos los pensamientos. Luego ya podríamos detectar pequeños pinchazos, apatía hacia todo o mal humor. Y si dejamos pasar esos pequeños avisos y no les hacemos caso y decidimos mirar hacia otro lado, el cuerpo se encargará de avisarte gritando un poco más. Y allí entran los síntomas más conocidos, como la opresión torácica, los mareos o los pinchazos en el pecho.
¿Piensa que hay personas con más riesgo de padecer ansiedad?
La neurociencia ya nos dice que hay un 30% de genético en lo que a la ansiedad se refiere. Pero es evidente que también hay mucho de adquirido. Imagina por ejemplo un niño jugando en el parque, y detrás suyo una madre gritándole de manera continua: “cuidado no caigas”, “cuidado con el tobogán”, “cuidado no te ensucies”, “cuidado con el otro nene”. Ese niño aprenderá de manera inconsciente que el mundo es peligroso y que tiene que ir con cuidado con todo lo que le rodea. Ese futuro adulto tiene muchos más puntos de tener ansiedad.
¿Debemos ponernos en manos de especialistas en ese momento en el que empezamos a notar que perdemos el control, que la ansiedad nos gana la partida?
Sin duda. Hay que ponerse en manos de una buena psicóloga que te acompañe en el proceso, pero sin perder de vista que una gran parte del proceso depende de ti, y únicamente de ti. Al final tendrás que hacerte responsable de tu salud mental y de cómo quieres vivir tu vida. Después de vivirlo yo mismo y de acompañar desde nuestro proyecto Bye Bye Ansiedad a tantas personas que la sufren, estoy muy convencido de que si no te pones las pilas, no hay nada que funcione.
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¿Cuáles son, en su opinión, los pasos básicos para conseguir vencer la ansiedad?
Primero, entender a quién te enfrentas. El conocimiento correcto es muy importante para tu tranquilidad y para que sepas que si sigues los pasos vas a salir de esta airoso.
Luego, comprender que aparte de dejarte ayudar por unos buenos profesionales, es importante aquello que tú hagas todos los días. Y empezar a aplicar pequeñas herramientas todos los días en forma de hábito para conseguir crear nuevas conexiones neuronales y así reeducar a tu cerebro. Eso te llevará a estar mucho más preparado para empezar a interpretar el mundo que te rodea de una manera muy distinta a como lo estás haciendo ahora. Y el final de ese camino conseguirás mirar el miedo a la cara y enfrentarte a él, sin sufrir las consecuencias.
Habla de vencer la ansiedad pasito a pasito, subiendo lo que llama escalones en ese camino hacia la meta, ¿es fundamental hacerlo así, por fases, sin presionarnos por llegar al objetivo demasiado pronto?
Sí, desde mi punto de vista, sí. Al final los que tenemos ansiedad lo queremos todo ahora, rápido, fácil e indoloro. Y eso no existe. Me sabe mal tener que desvelarlo.
Así que mejor empezar poco a poco, escalón a escalón e ir subiendo a tu ritmo. Me encantaría que este libro fuese de esos que relees muchas veces en tu vida, y que te acompañan en el conocimiento personal.
Comenta, además, que es necesario tener paciencia, voluntad, ganas... ¿pueden esas palabras sonar 'demasiado' grandes para una persona con ansiedad?
Es posible. Pero preguntémonos: ¿hay algo en esta vida que no requiera de todo eso? Nos es muy fácil entender que si queremos adelgazar nos tocará hacer dieta y deporte. Y que para conseguirlo tendremos que esforzarnos y sacrificar cosas. ¿por qué nos cuesta tanto con la salud mental?
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¿Qué le diría a alguien que se encuentra luchando contra este problema, que se ha convertido en uno de los grandes males de nuestro tiempo?
Que busque ayuda, que si no la ha encontrado siga buscando, hay muchas opciones. Que entienda en esa búsqueda que la ansiedad es una patología multifactorial y que, en consecuencia, la tendrá que tratar de una manera multidisciplinar. Y sobre todo que integre que tendrá que trabajárselo. Le tocará aplicar varias cosas todos los días, pero estoy al 100% convencido, que cuando se ponga a ello le gustará tanto que ya no dejará de hacerlo nunca más.
¿Piensa que ahora tenemos más ansiedad que antes o es que se diagnostica de forma más frecuente?
Es posible que el momento social en el que nos ha tocado vivir nos ayude a tener más ansiedad. Las cifras después de la pandemia aumentaron mucho en nuestro país, pero no han descendido más, sino que siguen subiendo. De todas maneras, también pienso que estamos haciendo un gran trabajo de difusión e información, y ahora la gente se atreve más a decir sin pudor, “tengo ansiedad y no pasa nada”.