¿Sabes cómo se manifiesta la llamada depresión melancólica?

Estamos en un momento en el que la salud mental está ya en el punto de mira y, poco a poco, problemas como la depresión, el TOC, el trastorno bipolar o la ansiedad van tomando cada vez más relevancia. Precisamente hoy queremos hablar de un tipo de depresión especialmente compleja, la llamada depresión melancólica. Y lo cierto es que lo primero que hay que aclarar son las diferencias entre ambos conceptos, depresión y melancolía. “Son dos términos que pueden relacionarse con el bajo estado de ánimo de la persona, sin embargo, presentan significados diferentes”, nos anticipa la psicólogaMaría de la Barca Mojarro, de Tribeca Psicólogos, que nos explica las diferencias. “La melancolía puede entenderse como un estado psicológico marcado por una acentuada tristeza, desesperanza y sentimiento de culpa. Cuando hablamos de depresión nos referimos a un trastorno mental en el que predomina un estado de ánimo bajo y una disminución o pérdida de interés o placer que, acompañado de otros síntomas, es un cuadro que resulta muy limitante, pues repercute de forma significativa en la vida de la persona”, detalla.

Sin duda, la línea que separa ambos problemas es muy fina. “La depresión no se manifiesta de la misma manera en cada persona, es decir, puede haber mucha variabilidad entre los síntomas que experimentan los individuos que sufren un trastorno depresivo. Teniendo en cuenta dicha variabilidad, actualmente se considera la melancolía como una forma severa de depresión; podríamos entender la melancolía como un subtipo de depresión”, puntualiza la experta.

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¿Qué es lo que se conoce como depresión melancólica?

Teniendo todo esto claro, le preguntamos a la psicóloga qué es la depresión melancólica, y nos anticipa que se trata de una de las formas de depresión más graves y está detrás de un gran número de suicidios provocados por esta enfermedad mental. “El principal rasgo que diferencia la depresión melancólica es la ausencia o pérdida de interés hacia actividades o estímulos que siempre habían resultado placenteros. Además, la persona es incapaz de reconocer afectos, es decir, se reduce su capacidad para experimentar cualquier emoción agradable, lo que se relaciona con una pérdida de energía que limita al individuo para vivir su día a día y encontrar cualquier tipo de motivación”, explica María de la Barca Mojarro.

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Así se manifiesta

¿Cuáles son los síntomas de este tipo de depresión, cómo podemos saber que una persona la padece? “Las personas con depresión melancólica suelen presentar claras dificultades para experimentar emociones positivas incluso ante aquellas situaciones o estímulos objetivamente placenteros, y suelen padecer sentimientos de profunda desesperanza y tristeza”, nos comenta.

Y, además, entre los síntomas que acompañan la depresión melancólica, podemos encontrar, entre otros, los siguientes:

• Problemas de sueño.
• Cambios psicomotores.
• Rumiaciones.
• Apatía.
• Dificultad para tomar decisiones.
• Sentimientos de culpa sin causa aparente que limitan al sujeto en las distintas esferas de su vida.

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¿Cuáles son sus causas?

Tal y como explica la psicóloga de Tribeca, la causa de la depresión melancólica no siempre se relaciona con la vivencia de experiencias negativas como en otros tipos de depresión. En este caso, nos cuenta que aspectos de corte biológico como la predisposición genética a la depresión que presentan algunas personas, la alteración del funcionamiento cerebral, desequilibrios hormonales, cambios estacionales o vivencias traumáticas son diferentes hechos relacionados con el desencadenante de este trastorno.

Así puedes abordar la depresión melancólica

Una vez conocidos los síntomas y las posibles causas, toca buscar las estrategias que tenemos a nuestro alcance para tratar de abordar este problema. “Aunque pueda resultar complicado trabajar en nosotros mismos cuando nos encontramos tristes, desesperanzados o no encontramos motivaciones, hay diversas estrategias que podemos poner en marcha para combatir este problema”, nos cuenta la especialista, que las resume en las siguientes:

• Párate. Identificar en qué medida nuestro estado de ánimo está limitando el disfrute de las actividades que antes nos generaban placer nos ayuda hacernos conscientes de la situación para pasar a la acción y tomar decisiones que nos ayuden a mejorar nuestro estado.
• No reprimas ni evites. La tristeza es una emoción que tiene la función de hacernos reflexionar, por lo que resulta oportuno y conveniente experimentarla en ciertas situaciones: reprimir o evitar sentir emociones que identificamos como desagradables puede dirigirnos a la depresión.
• Cuídate. Hacer ejercicio físico de forma regular, mantener una dieta equilibrada, descansar lo suficiente y dedicarle tiempo a actividades que nos resultan agradables puede ayudarnos a combatir este estado.
• En el caso de que sea necesario, acude a un profesional de la salud mental que pueda acompañarte a la hora de gestionar la situación y guiarte en tu recuperación.