Hay personas que necesitan tenerlo todo ordenado y que utilizan la limpieza como un método para encontrar la paz mental. Y es un buen método, porque está demostrado que vivir en unentorno libre de obstáculos y de objetos fuera de su lugar nos calma. Esta tendencia ha traspasado los límites de la casa y se ha convertido, de hecho, en un fenómeno viral en el que muchos usuarios de redes se han convertido en verdaderos prescriptores de cómo la limpieza nos puede ordenar la vida y hacernos sentir mejor. Se les llama cleanfluencers.
"La limpieza doméstica reduce el estrés y la ansiedad, ya que es un momento de relajación donde se libera la mente. Nuestra casa es como un templo y nos gusta cuidarla. Pero quien iba a decir que ver limpiar a otros también nos puede generar esa misma sensación. Esta es precisamente lanueva tendencia que ha surgido en TikTok", nos cuenta Ángel Luis Guillen, Psicólogo y psicoterapeuta de Psicopartner.
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¿Cómo nos afecta el desorden?
Para entender por qué podemos pasar horas siguiendo a estas personas que explican cómo ordenan su casa, debemos comprender por qué el orden es tan importante y, de hecho, por qué lo contrario nos puede perjudicar a nivel mental. Como nos aclara este psicólogo, "vivir en un espacio desordenado dificulta en gran medida realizar nuestras actividades cotidianas". Estas son las razones por las que nos causa tanto estrés.
- Demasiados estímulos. Esto hace que nuestra mente trabaje en cosas que no son necesarias ni importantes. Se desvía la atención de nuestro foco principal. Esto provoca nervios y estrés al no cumplir nuestros objetivos.
- Provoca tensión. Es más difícil relajarse de todas las maneras, tanto física como mentalmente. Nuestra mente está continuamente pensando, impidiendo la relajación.
- Se nos acumulan las tareas. La lista de cosas pendientes se alarga y se crea una lista mental que no tiene fin.
- Se oprime la creatividad y la productividad. Nuestra mente se queda bloqueada por completo impidiendo desarrollar cualquier actividad.
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¿Por qué la limpieza es terapéutica?
En primer lugar, porque tiene un efecto calmante. Pero hay que entender las razones por las que es ansiolítica:
- Tenemos la sensación de un mayor control. Nuestro día a día está lleno de incertidumbre y situaciones que no podemos controlar. Al limpiar nuestro espacio nos sirve como una forma de controlar nuestra vida.
- El desorden nos recuerda todo lo que tenemos que hacer, el orden nos calma. El desorden se manifiesta de forma visual, por lo que nos sirve como recordatorio de todas las tareas pendientes que debemos realizar. Al limpiar vamos cumpliendo nuestra lista de deberes.
- Fácil de conseguir. Tener un espacio lleno de cosas y difícil encontrarlas, provoca frustración en el día a día. Pero si los objetos necesarios están de fácil acceso disminuirá nuestros niveles de estrés.
- Evita los conflictos familiares y permite tener tiempo para lo importante. El desorden es uno de los causantes de discusiones en cualquier casa, la típica discusión de quién es el encargado de recoger la cocina esta semana. Pero si se mantiene todo limpio, estas conversaciones desaparecen y se crean un mejor ambiente familiar.
¿Y cómo podemos empezar a ordenar si toda la vida nos ha costado un mundo poner orden al caos que tenemos alrededor? Más allá de Marie Kondo, tenemos otras formas que también nos ayudan a conseguir un ambiente armónico a nuestro alrededor.
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Así lo hacen los que más saben de orden y limpieza
De Japón también nos llegan consejos para mantenerla correcta limpieza y el orden en el hogar. Podemos basarnos, por ejemplo, en el famoso método de las 5 's':
1. Seiri: examen y descarte
¿Cuántas cosas tenemos a nuestro alrededor que ya no nos sirven y que, de hecho, nos estorban? "Esta primera fase nos recuerda a aquellos objetos innecesarios que debemos descartar de nuestro ambiente", explica Gerardo Montoiro, gerente de BISSELL en España. "Con una debida clasificación, debes seleccionar solamente aquellos objetos realmente importantes o que te sean prácticos. Tu fin es desechar los que no te sirven, los cuales puedes reciclar, donar o regalar", matiza.
2. Seiton: orden
En este proceso debes reubicar aquellos objetos que has terminado clasificando como necesarios. Además, puedes hacer una nueva clasificación, dejando a mano aquellos que uses de forma constante. Mientras, puedes buscar un espacio a los objetos que sean de uso menos frecuente. Seguramente, dispones de cajones o estantes que pueden ayudarte a organizarte mejor.
3. Seiso: limpieza
Después de clasificar y ordenar, es más fácil limpiar todas las áreas, ya que solo tienes aquellos objetos que son imprescindibles.
No olvides programar los días para limpiar, ya que el objetivo prioritario de las 5 “s” japonesas es que tu entorno sea agradable, para que tu energía quede libre de impurezas.
Esta práctica para limpiar la casa y la mente al mismo tiempo tiene ciertas claves que facilitan el proceso. Entre ellas, planificar un tiempo para la limpieza para que forme parte de la rutina semanal y se pueda evitar su postergación.
4. Seiketsu: rutinas diarias
Solo a través de la rutina es posible que puedas seguir los puntos anteriores. Por este motivo, no debes descuidar tu hogar y establecer unas pautas para evitar acumular nuevamente cosas inútiles o limpiar cada una de las zonas.
Siempre puedes apuntar en una agenda los días en que te dispondrás a realizar el ritual que implica orden y limpieza. Verás con qué sencillez conservas ese equilibrio tan necesario para tu hogar y tu espíritu.
5. Shitsuke: autodisciplina
Esta última “s” afianza la anterior. Es la que se centra en la disciplina, para que no perdamos el ritmo de limpieza que debemos adoptar como una forma de vida, un nuevo estilo de vida saludable. "Llevar a cabo todas las “s” debe terminar siendo un hábito para nosotros, algo que no nos cueste trabajo hacer", explica Montoiro.
Las 5 “s” de la cultura japonesa permiten crear un equilibrio necesario en el hogar y como consecuencia se verá reflejado en el interior de cada persona. En definitiva, la limpieza y el orden de tu casa son imprescindibles, además de la disciplina para mantenerlo.
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