Punto y final a las fiestas. Ahora, sí que sí, toca decir adiós a la Navidad y volver a la rutina, sobre todo en lo que a la alimentación y el ejercicio se refieren. Por eso, tenemos que empezar a pensar en una serie de alimentos que, desde ya, deben empezar a formar parte de nuestra cesta de la compra, para tratar de ir diciendo adiós a los posibles kilos de más y, de paso, echar una mano a nuestra piel, que puede ser que también haya notado los daños colaterales de los excesos. Por eso si elegimos alimentos que, además, son buenos para nuestra piel, ¿qué más podemos pedir?
“Es importante recordar siempre que la belleza es un trabajo interior. Lo que comemos, afecta directamente a la apariencia y complexión de nuestra piel y a su envejecimiento”, explica el Dr. Perricone, considerado uno de los mejores dermatólogos del mundo y responsable de la dieta Perricone, así como de la teoría del envejecimiento por inflamación. “Cuando ingerimos una dieta muy rica en azúcares, se producen cascadas de envejecimiento ya que surgen picos glucémicos que cristalizan y rompen el colágeno de nuestra piel. Del mismo modo, otros alimentos o bebidas, como el café, alteran las funciones biológicas de la piel al elevar los niveles de cortisol. Por otro lado, el alcohol, tan presente en estas fiestas, dañan la membrana plasmática de las células, produciendo una reacción inflamatoria en la piel”, detalla Raquel González, cosmetóloga y directora de formación de la firma en España.
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La importancia de cuidar la dieta tras la Navidad
Enero, por lo tanto, es un buen momento para recuperar las buenas rutinas y poner, de nuevo, a punto, nuestra piel. “Las copiosas comidas ricas en grasas saturadas, las bebidas alcohólicas o los dulces desencadenan procesos inflamatorios en la piel, haciendo que se vea con un tono más apagado, pudiendo apreciarse en ocasiones ciertas rojeces e, incluso, brotes de granitos, debido al desajuste de lípidos en el organismo”, añade González.
Así, una dieta con concepto antiinflamatorio se postula como la clave esencial para devolver a la piel todo su lustre. “En tan solo tres días de dieta, se podrá apreciar cómo la piel se ve más calmada, equilibrada y luminosa. Es una dieta que podemos alargar hasta un máximo de 28 días”, suma la experta. Y, además, nos llevamos un beneficio extra, pues, “aunque no está pensada para perder peso, suele ocurrir, ya que su equilibrio tiende a ayudar en ello”, concluye.
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Pescados azules como el salmón
“Su alto contenido en DMAE, astaxantina y ácidos grasos esenciales es fundamental para mejorar la firmeza de la piel, ofrecer poder antioxidante y mejorar el riego sanguíneo. Lo mismo ocurre con alternativas como la sardina, por ejemplo”, explica González.
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Aceite de oliva virgen extra
Compuesto casi en un 75% por ácido oleico, Raquel comenta que es “una grasa monoinsaturada encargada de hacer que disminuya la oxidación del LDL, o ‘colesterol malo’, que puede provocar un deterioro de las células”. Contiene altos niveles de polifenoles como el hidroxitirosol (un protector antioxidante que solo se encuentra en altas concentraciones en esta clase de aceite de oliva). El especialista, eso sí, recomienda aceites de oliva virgen extra de primer prensado, ya que son los que menos acidez y mayores niveles de ácidos grasos y polifenoles contienen, pues conforme aumentan los prensados, se pierden más antioxidantes.
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Frutos rojos
Estos pequeños frutos son unos buenos aliados de nuestra dieta, y destaca, sobre todo, su gran poder antioxidante, además de su bajo contenido glucémico. Pero es que, además, ayudan a reducir la grasa corporal acumulada. Y una buena pareja de baile de estos frutos rojos son los alimentos ricos en fibra y bajos en grasa, como la avena en copos. ¿Cuáles son sus beneficios? “Ayudan a controlar el colesterol y la presión arterial, además de mejorar el sistema digestivo, regular el azúcar en sangre y proteger el organismo contra el cáncer”, añade González.
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Plantas aromáticas y especias
Al igual que sucede con el azúcar, es fundamental limitar el consumo de sal. Claro está que a todos nos gusta que nuestros platos sean sabrosos. ¿Cómo podemos conseguirlo renunciando a la sal? Una opción ideal son las plantas aromáticas y las especias que, además de dar sabor, tienen propiedades antiedad. “Tal es el caso de la cúrcuma, con efecto antiinflamatorio y neuroprotector. La salsa de tabasco es otra de las opciones admitidas, ya que su proceso de preparación conserva las propiedades de la capsaicina, un poderoso antioxidante contenido en gran proporción en los chiles”, argumenta la experta.
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Infusiones
Los beneficios de las plantas medicinales, tomadas en forma de infusión, son de sobra conocidos. Y si hay una que destaque es el té verde. Tanto es así que estamos ante una de las bebidas clave de la dieta antiaging Perricone con más propiedades antienvejecimiento confirmadas científicamente. “No solo contiene polifenoles de catechin, antioxidantes que estimulan el metabolismo y frenan el envejecimiento, sino que también contribuye a impedir la absorción de las grasas perjudiciales, reduciéndola en un 30%, mientras que el aminoácido theonina mejora el estado de ánimo”, apuntan.
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Chocolate
No hay que renunciar al placer cuando se come sano. Un ejemplo lo tenemos en el chocolate. Eso sí, a partir de cacao 100% puro. En pequeñas dosis y sin leche, es un potente antioxidante que evita el ataque de los radicales libres y, gracias a su alto contenido en magnesio, regula los niveles de azúcar, ayuda a ‘fijar’ el calcio, controla la flora intestinal y protege el sistema cardiovascular.
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Verduras de hoja verde
Son un básico de nuestra alimentación, especialmente aquellas de hoja verde. Hay muchas opciones al alcance de la mano para hacer deliciosos y sanos platos a base de verduras: una parrillada o crema a base de brócoli, espinacas o espárragos verdes es una magnífica opción para obtener nutrientes y antioxidantes como la vitamina C, el calcio o el magnesio, que frenan el envejecimiento. Además, los expertos apuntan que estas verduras de hojas verdes contienen una alta proporción de agua, aportando hidratación a la piel desde dentro. Un consejo más en relación con las verduras: siempre que sea posible, se debe optar por alimentos frescos o congelados al natural, evitando los envasados procesados, ya que incluyen cocciones excesivas, destruyen nutrientes y poseen un exceso de sales y azúcares.
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