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getty osteopata© Getty Images

¿Por qué es una buena idea empezar el año con una sesión de osteopatía?

Todos sufrimos estrés y adoptamos malas posturas que pueden dañar nuestra espalda, provocarnos dolores de cabeza o incluso vértigos. El osteópata puede 'recolocar' el sistema musculo-esquelético y aliviar el dolor y las molestias.


Actualizado 19 de mayo de 2023 - 16:19 CEST

La osteopatía es una disciplina terapéutica cada día más buscada y valorada para tratar, de forma complementaria, algunos problemas que afectan a nuestros huesos, músculos y sistema nervioso. Tal como nos cuenta el osteópata Luis González Cepeda, del centro Yo me cuido, en Madrid, la osteopatía sostiene que el estrés, las alteraciones emocionales, las lesiones traumáticas o una postura incorrecta afectan al sistema músculo-esquelético, a los órganos internos y a su funcionamiento.

Esta terapia fue desarrollada por el médico Andrew Taylor Still en el siglo XIX en Estados Unidos, se basa en la existencia de una relación directa entre las enfermedades y los problemas de postura del cuerpo. Este médico estableció que todos los sistemas que componen la estructura corporal (sistema nervioso, sistema muscular, vísceras, etc) se hallan interconectados, de modo que cualquier afección a uno de estos elementos se reflejará inevitablemente en los otros.

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¿Qué tipo de afecciones trata?

Todo tipo de trastornos biomecánicos agudos y crónicos, tanto vertebrales, articulares como orgánicos.

  • Dolores de cabeza: migrañas, cefaleas, vértigos, mareos, neuralgia del trigémino.
  • Problemas nerviosos: ansiedad, estrés, insomnio.
  • Problemas respiratorios: sinusitis, catarros, amigdalitis de repetición, afonía.
  • Disfunciones auditivas: vértigos, zumbidos.
  • Disfunciones oculares: hipoconvergencia ocular, lagrimeo, obstrucción del conducto lagrimal.
  • Problemas digestivos: dolores de estómago, hernia de hiato, úlcera, estreñimiento, gases, hinchazón abdominal, reflujos, acidez.
  • Alteraciones ginecológicas: dismenorrea (dolor menstrual), síndrome premenstrual, alteraciones ciclo menstrual.
  • Alteraciones mandibulares: bruximos, déficit en la apertura, chasquidos durante la masticación.
  • Problemas posturales: escoliosis, alteraciones podales.
  • Tratamiento osteopático para bebés: cólicos del lactante, llanto, nerviosismo, bronquiolitis.

¿Cómo se desarrolla una sesión de osteopatía?

En primer lugar, el osteópata hará una valoración de la postura, la movilidad de la columna vertebral, del equilibrio... También realizará una exploración manual de la espalda, cuello y extremidades. Es conveniente que en la primera consulta se lleven radiografías u otras pruebas de imagen que puedan ayudar al osteópata a realizar una mejor valoración.

Una vez se ha realizado el estudio, se masajea la zona con dolor para ver si ha habido alguna alteración en la estructura esquelética. El objetivo de este tipo de tratamiento es 'recolocar' a diferencia de otras técnicas de fisioterapia o de rehabilitación. "Lo hacemos mediante movilizaciones y estiramientos y reduce la luxación. Los huesos se recolocan relativamente rápido, pero la musculatura tarda más. Así, completamos el tratamiento con masaje osteopático. Es más fuerte que el convencional y más profundo", nos cuenta González Cepeda.

Respecto a las sesiones que puede necesitar un paciente, lo aconsejable es que se realice al menos una al mes. Si embargo, hay que tener en cuenta que ciertos trastornos más graves pueden requerir más sesiones. "Depende del paciente y del tipo de problema. En ocasiones, si a la segunda sesión el paciente no ha notado mejoría, le remito al médico porque puede ser que el osteópata no sea el especialista que pueda tratar ese problema".

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¿Existe algún tipo de contraindicación?

"No se debe realizar en pacientes con cáncer o en tratamiento, ya que se estimula la circulación sanguínea y linfática y se podría arrastrar células malignas. Tampoco se aconseja en embarazadas. Estas sí pueden recibir masajes suaves para liberar la musculatura de la espalda, pero no pueden realizarse manipulaciones porque se podrían estimular nervios que provocaran un aborto", concluye el osteópata Luis González Cepeda.