Andamos de lleno en las semanas en las que las comidas y cenas copiosas son habituales. El primer round lo marcan la cena de Nochebuena y la comida de Navidad. Quien más quien menos hace algún exceso… Tenemos dos objetivos: controlar esos excesos y, en el caso de que caigamos en la tentación, poner remedio en los días posteriores. No podemos perder de vista que los excesos y las navidades son dos palabras que parecen ir unidas, inevitablemente. “Si cogemos el calendario de estas semanas, podemos marcar aquellos días que sabemos que son de más excesos, si valoramos todo el mes, no es para tanto, pero siendo rigurosos con una buena alimentación los días de rutina normal. Debemos ser flexibles pero no todo vale”, cuenta Paula Fernández, dietista-nutricionista y CEO de la clínica de nutrición y dietética NUTRIUM.
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El primer paso, controlar esos excesos
La experta en nutrición es consciente de que los dulces son muy tentadores, así que mejor comprarlos en el último momento, no gran cantidad, y una vez terminada la celebración, no dejarlos a la vista, mejor guardarlos para otro día.
Recomienda también mantener un buen consumo de frutas y de agua. “Una correcta hidratación nos evita malestar, estreñimiento, sensación de hinchazón… y regulamos mejor nuestro apetito”, nos dice. Y apuesta por disfrutar de las recetas tradicionales, aunque se salgan de lo habitual y sean más calóricas, pero mantener cierto control por el bienestar de nuestro cuerpo, mejor sentirse bien que no poder levantarse del sofá. “Considero muy importante ser responsables con los familiares que padecen patologías. Determinadas enfermedades empeoran mucho con los excesos y la famosa frase de ‘por un día no pasa nada’ a veces puede ser dañina para la salud”, puntualiza.
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La dieta el día después
¿Cómo debe ser nuestra dieta después de un día en el que nos hemos pasado con las comidas calóricas, los dulces o el alcohol? “Lo mejor es volver a la rutina de siempre y no hacer dietas extrañas para compensar, dejar los días sin celebración para comer verduras, ensaladas, frutas, y elaboraciones sencillas. Beber mucha agua y no consumir alimentos o bebidas con azúcar”, nos recomienda la experta. Así, tras las comilonas, debemos incluir en nuestra dieta:
- Mucha cantidad de agua y fruta.
- Alimentos ligeros como una crema de verduras, una ensalada… acompañados de proteína saludable como huevos o pescado blanco.
- Un plato de legumbre con verduras también es estupendo para tomar los días no festivos.
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¿La clave está en compensar?
La nutricionista lo tiene claro: “No, la clave está en volver inmediatamente a una rutina saludable, si hemos ganado algún kilo, lo bajaremos sin problema tras las fiestas. La mejor manera de recuperarnos de los excesos es no esperar a que termine la Navidad para comer bien, sino hacerlo al día siguiente del exceso”, puntualiza.
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Ayuno, ¿sí o no?
Le preguntamos a la experta si es recomendable, en su opinión, el ayuno. También es contundente al respecto: “En absoluto, ayunar para compensar no hace más que empeorar el hecho de no dar a nuestro cuerpo lo que necesita en cada momento; le damos de más cuando no lo necesita y después no le damos a pesar de tener apetito. Es un error alterar de este modo nuestro mecanismo de hambre y saciedad. Lo mejor es comer saludable, no dejar de comer”.
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El peligro de las dietas détox
“Para empezar, se llaman así porque se supone que son dietas que desintoxican, pero no es así, lo que ayuda a desintoxicar nuestro organismo de los excesos es nuestro propio hígado. Si estas dietas son muy restrictivas o basadas en un único alimento, podemos provocar carencias nutricionales y caer en una mala relación con la comida. Indudablemente, las desaconsejo”, concluye.