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Virus respiratorios al acecho: ¿cómo combatir los síntomas y prevenir el contagio?

Estos días de diciembre son muchas las personas que padecen resfriados y procesos víricos, que cursan con tos, fiebre, congestión nasal y malestar general


Actualizado 21 de diciembre de 2022 - 16:09 CET

¿No tienes la sensación de que todo el mundo a tu alrededor está o ha estado malo? O quizás tú mismo lo has padecido en primera persona. Toses por todos lados, compañeros o amigos con fiebre, familiares que no paran de moquear… No hay duda de que este final del otoño, a las mismas puertas ya del invierno, está marcado por una auténtica “reunión de virus respiratorios”. Parece que han estado dormidos desde aquellos días de marzo de 2020, cuando la pandemia nos hizo meternos en casa y trajo nuevas costumbres, como el uso de mascarillas, una mayor higiene de manos y la ventilación de espacios, entre otras medidas. Todas ellas nos han ayudado a poner freno a los resfriados, a la gripe, al virus respiratorio sincitial (que causa bronquiolitis), y a otros virus respiratorios, impidiendo que hayan circulado libremente de persona a persona. Pero nada es para siempre, y aunque nos hemos librado de ellos durante un tiempo, ya volvemos a tenerlos aquí. Y parece que vienen con más fuerza que nunca, y se unen al SARS-CoV-2 del Covid-19, contra el que seguimos batallando a día de hoy.

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Hay médicos que hablan incluso de sobreinfecciones, de virus que se van solapando y que hacen que nuestro día a día se haga bastante más complicado y sea una auténtica gymkana llegar a Navidad sin rastro de virus.

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En este contexto, y según los datos que valoran las autoridades sanitarias, podemos destacar que:

  • La gripe se ha adelantado unas 6 semanas respecto a sus meses epidémicos habituales. El subtipo predominante es el H3N2.
  • Hay una mayor circulación y contagios de virus causantes de resfriado común y bronquiolitis, especialmente entre los menores de 2 años (una población más sensible a estas infecciones y con un sistema de defensa más inmaduro).
  • Debemos cuidar con especial atención a las poblaciones más sensibles: bebés y niños pequeños, embarazadas, personas con enfermedades de base y de edad avanzada.
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Consejos para sobrellevar mejor los virus

Los síntomas más habituales son mocos, tos y malestar general. Todo ello provoca, en algunos casos, un indeseado aumento de visitas médicas y, en los casos más graves, hospitalizaciones, con el consecuente colapso del sistema sanitario. Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma, comparte los hábitos de prevención y las herramientas terapéuticas más eficaces para combatirlos.

  • En los casos en los que el mayor problema sea la congestión nasal y rinorrea, puedes utilizar un producto sanitario o medicamento descongestivo en forma de espray por vía nasal. Eso sí, mejor si no contiene ningún principio activo vasoconstrictor, porque puede crear “efecto rebote” si se utiliza con demasiada frecuencia. Si no hay contraindicaciones (bebés, embarazo, alergias) será mejor usar los que tienen extractos de plantas con acción descongestiva: eucalipto, menta, abeto negro, geranio…
  • Es muy útil llevar a cabo la limpieza de la cavidad nasal con suero fisiológico o agua de mar. Y tienes que intentar evitar sonarte con mucha intensidad para impedir el paso de la infección al oído. Si hay mucha congestión, podrías tomar un medicamento antihistamínico y descongestivo por vía oral, pero con asesoramiento de un profesional de la salud. Para respirar mejor y ayudar a hacer que la mucosidad sea más fluida y favorecer su expulsión, humidifica el ambiente e hidrátate bien, bebe líquido (agua, infusiones y caldos).
  • Para la tos y el malestar general, los expertos nos cuentan que tenemos a nuestro alcance algunas ayudas eficaces: por un lado, jarabes a base de extractos vegetales (como eucalipto, abeto, pino, tomillo…) o principios activos antitusivos, mucolíticos y expectorantes. Para el malestar general y la fiebre, puedes tomar un medicamento antitérmico habitual como el paracetamol (en dosis de 500mg o 650mg cada 8 horas para adultos es correcto, si no hay ninguna contraindicación individual). Antes de automedicarte, el consejo profesional siempre vale la pena. En población infantil, sigue al pie de la letra las indicaciones de su pediatra.
  • Para reponer fuerzas, es importante también que cuides la dieta: que sea digestiva y reconfortante. "Insisto en las bondades de un buen caldo vegetal o de pollo, ¡es curativo! Si no tienes mucho apetito, como comentaba, prioriza los líquidos o alimentos semisólidos (cremas de verduras, purés…). La carne blanca y el pescado (en cocciones fáciles de digerir como a la plancha o hervido) son un buen refuerzo. Para el cuidado de la piel, si notas irritación en la zona alrededor de los orificios nasales utiliza con un bálsamo reparador e hidratante para evitar sequedad y pequeñas heridas", apunta.

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Más vale prevenir

Estos consejos son útiles cuando ya han aparecido los síntomas. Pero lo que tenemos que tener muy presente es que es importante llevar a cabo una buena prevención para evitar la transmisión de virus. Mar Santamaria comparte todo lo que debes saber para hacer frente a esta complicada época del año.

  • Para empezar, ten las vacunas siempre al día. No te la juegues y, si eres población de riesgo, completa y actualiza la pauta de vacunación contra la Covid-19. Vacúnate también contra la gripe siempre que esté indicado en tu caso. Así, quedarás protegido contra estas dos infecciones, que son las que cursan por brotes pandémicos o epidémicos y pueden causar mayores complicaciones.
  • Ante señales de alerta o complicación sí deberemos consultar con nuestro centro de salud de referencia. Hay que tener especial precaución en menores de 2 años que presenten tos y/o fiebre por encima de 38º y un llanto que no cesa. En adultos, deberemos consultar en caso de tos con mucha expectoración, moco verde-amarillo y fiebre alta, por el riesgo de sobreinfección bacteriana. Por supuesto, siempre acudiremos al centro médico en caso de dificultad para respirar, dolor intenso o duración excesiva de los síntomas.
  • Entendemos por pacientes con mayor riesgo los mayores de 75 años, los lactantes (en el caso de gripe y virus respiratorio sincitial que causa bronquiolitis), las personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias, las mujeres embarazadas o madres lactantes, las personas que conviven con diabetes, inmunosupresión, tratamiento anticoagulante, oncológico, insuficiencia renal o hepática, entre otras casuísticas. Estas personas deben consultar a un profesional sanitario y seguir las pautas de vacunación siempre que sea posible.