"Estoy tan acostumbrada a decir que estoy bien... Nunca digo ni muy bien, ni mal. Mal no lo he dicho jamás. Bien es donde estoy cómoda". Así comenzaba, justo después de soltar unas lágrimas, Gigi Vives unan entrevista con Luc Loren para la plataforma de salud mental Somos Estupendas. Aunque no era la primera vez que se dejaba entrevistar por su amigo, ya antes de contestar a la primera pregunta, la estilista y creadora de contenido se excusaba del llanto nervioso con el que empezó la grabación: "Voy a estar bien todo el vídeo, ha sido ahora, pero ya está". Lo decía visiblemente emocionada, confirmando las palabras que vinieron después: "Decir bien es un poco una máscara para decir que quizá no estoy tan triste".
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Mientras el contexto social actual traza un esperanzador futuro en el que no existan tabúes sobre salud mental, por el momento todavía nos encontramos dando los primeros pasos hacia esa meta. Que altavoces de gran influencia en las redes sociales, como Gigi Vives, decidan rascar en la herida y destaparla de sus tiritas no hace más que indicar que vamos por el buen camino. Ella cuenta con, nada menos, que la friolera cantidad de 430 mil seguidores que siguen sus pasos tan solo en Instagram. Fieles a la en su día se convirtió en una de las primeras referentes de moda del street style, cuando en su contenido dominaban más fotografías suyas que los bodegones, interiorismos bonitos o las comidas que abren el apetito que podemos encontrar ahora en su ultra armónico muro.
El motivo de que su feed haya cambiado, lo contó ella en un vídeo que publicó en sus historias unas semanas antes de conceder esta entrevista: "No estoy desde hace mucho tiempo a gusto con mi cuerpo". Sus palabras, tan solo unas más de las muchas que se suman cada día al eterno debate que, desde comienzos de la historia, ha absorbido la autoestima de millones de personas, siendo las mujeres las principales víctimas, más aún, desde que el mundo online se impuso como una parte indispensable de nuestras vidas. En este terreno, la opinión de terceros se impone como un factor determinante para percibir nuestra imagen, como nos cuenta la psicóloga Ainhoa Plata (www.psicologabcn.es): "Todo empieza con un mal diálogo interno, probablemente por influencia de alguna tercera persona. No tenemos buena autoestima si somos 'mejores' y mala cuando somos 'peores', por ese motivo yo descarto la mala autoestima como una causa, para mí es la consecuencia de otra cosa".
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A pesar de ser una de las responsables de lo que vemos y lo que triunfa tras las pantallas, Gigi Vives cuenta en el vídeo que lleva semanas siendo viral: "Parte de mi contenido también ha cambiado por esto. Antes me encantaba hacerme fotos y yo no tenía ningún tipo de complejo por nada. Toda la vida he sido una persona con la autoestima bastante bien, ni lo pensaba. Ahora voy cambiando el tipo de contenido porque me doy asco a veces". Ninguna novedad si repasamos el historial de otras personalidades afamadas del momento. Bella Hadid afirmó sentirse la patito feo comparada con su hermana, Gigi Hadid; Kendall Jenner confesó superar una etapa donde solo le importaba la validación de los demás e, incluso, también a nivel nacional, muchos otros nombres conocidos, como Dulceida, desaparecieron una temporada del ojo público por voluntad propia para coger fuerzas y recargar batería.
La autoestima, el factor clave de nuestro comportamiento
"Cuando tu diálogo interno es cruel y pesimista contigo mismo repercutirá en absolutamente todo; en tu vida laboral (síndrome del impostor, poca confianza en ti mismo, autoexigencia, búsqueda de validación externa), en tu vida social (timidez, inseguridad o falta de habilidades sociales), y en tu vida afectivo-sexual (corres el riesgo de conformarse con alguien que no realmente te respeta lo suficiente)", detalla Ainhoa Plata, quien además resalta la importancia de poner solución a estas emociones: "Si todo esto no se trabaja a tiempo puede derivar en problemas más gordos, como los trastornos adaptativos, trastornos obsesivos, fobias, depresión, ansiedad, insomnio, etcétera".
Claro queda que las redes sociales son un arma de doble filo, más aún para quienes se dedican a industrias como el fitness, la belleza o, como Gigi Vives, la moda. Los filtros y la perspectiva con la que se realizan algunas fotografías han generado que cualquier vida parezca idílica, aumentando las comparaciones, la competencia y, también, la falta de confianza en uno mismo. Pero si ser mujer, trabajar en moda y dedicarse a las redes sociales es un combo destructivo si se pretende seguir todas las tendencias que circulan detrás de pantallas, cuando además a estos tres factores se le suma haber estado en una relación tóxica, el resultado no puede hacer más que continuar cayendo en picado.
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Todos estos ingredientes fueron los que llevaron a Vives a darle más importancia a la validación y aprobación externa que a la suya propia: "Esto me viene en gran parte por la relación que tengo con los tíos. Estuve en una relación muy tóxica, y como yo seguía metida en ella, con el resto de chicos enseguida me enganchaba muy rápido cuando no les conocía y me montaba mis películas". A raíz de este bucle sentimental en el que se vio sumergida, su autoestima se vio dañada y, como consecuencia, comenzó a adoptar comportamientos que muchas veces emergen de estas relaciones nocivas; como dejar de salir de casa, comer más como fruto de la ansiedad y del malestar, o mentir a los amigos más cercanos para fingir que todo está bien cuando realmente no lo está.
Independientemente de la edad y de las circunstancias, los patrones que define la creadora de contenido son habituales. Cuando nunca nos han enseñado a gestionar las emociones y nos sumergimos en situaciones desagradables, es difícil encontrar las red flags que nos alerten del peligro. Más difícil es, aún, verlas y querer aceptarlas.
Para querer, hay que quererse primero
Escribía la autora francesa, Annie Ernaux, recién galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2022, en su libro El acontecimiento que, "el hecho de haber vivido algo, sea lo que sea, otorga el derecho imprescriptible de escribir sobre ello". No era la intención inicial de Gigi Vives contar el denotante que le hizo darse cuenta de que tenía que cerrar aquella historia y cultivar su amor propio, alejándose de la dependencia emocional a la que se estaba sometida. Fue cuando interrumpió un embarazo cuando comenzó a ser consciente de la situación.
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Aunque, como ella misma confirma, tenía que haber ido a terapia por entonces, afortunadamente tuvo el apoyo de su madre y de sus amistades más cercanas para llevar a cabo la decisión que quería tomar. Algo nada fácil, teniendo en cuenta que desde que se decide abortar hasta que se lleva a cabo la intervención, el proceso puede alargarse semanas. A todo ello, además, hay que sumarle los estigmas y las consecuencias psicológicas que pueden surgir de esta decisión sobre la autoestima de las mujeres si no se busca ayuda de expertos en el momento. Sin embargo, y a pesar de que ya es hora de destapar también este tabú y normalizar que cada mujer decida sobre su cuerpo, existen sentimientos comunes que pueden aparecer en la mayoría las que toman la decisión sin recurrir luego a profesionales. La culpa, o las inseguridades físicas y emocionales, como ella también le cuenta a Luc Loren, son solo algunas: "Pienso que soy yo el problema. Pienso que quizá a los chicos no les gusto físicamente porque siempre me dejan y nadie nunca se queda".
"Entre las consecuencias de la baja autoestima en las relaciones de pareja podemos encontrar algunas comunes, como los celos, el sentimiento de inferioridad y el miedo constante a perder a la otra persona, las dificultades para expresar necesidades o la hipersensibilidad. Es decir, que todo lo que haga la otra persona te afecte demasiado", detalla la psicóloga tras analizar esta situación. Comportamientos que explican también que una persona pueda alejarse de su pareja, como analiza Ainhoa: "Siempre va a sentir que tiene que esforzarse el triple para compensar esas inseguridades. Eso puede desgastar la relación con el tiempo, puesto que estamos trasladando esa responsabilidad a otra persona, y eso no le corresponde".
¿Cuándo recurrir a la terapia?
Todos somos susceptibles de sentirnos y comportarnos de esta manera. Lo importante es darse cuenta y buscar ayuda en el momento adecuado: "A terapia no viene quien tiene problemas, ya que problemas tenemos todos. A terapia viene quién quiere hacerse responsable de solucionarlos. Así que, de modo genérico, te diría que el momento de ir a terapia es cuando veas que estás viviendo una situación que está generando malestar y/o sufrimiento y que este malestar irrumpe en tu día a día", así lo relata Ainhoa Plata.
Además de los profesionales independientes que ofrecen sus servicios, también la plataforma de salud mental y bienestar Somos Estupendas es una buena herramienta a la que acudir. Desde esta plataforman, nos comenta Isabel Reoyo, una de sus psicólogas: "Es recomendable pedir ayuda cuando se está en un punto en el que el malestar que se sostiene está interfiriendo en el bienestar o en el desempeño diario y diferentes áreas vitales, pero también cuando hay aspectos que quieren trabajarse para mejorar la calidad de vida o para tener un bienestar mayor". En sintonía con sus palabras, también nos enumera el abanico de servicios del que disponen en la compañía: "Tenemos un gran equipo de psicólogas con formaciones y especialidades diversas, de manera que esto nos permite ayudar y acompañar a las personas con un enfoque muy integrador y amplio. Por otro lado, tenemos cursos y talleres, para llevar la psicología a cada vez un mayor número de personas, y también recursos gratuitos como el blog, el podcast, nuestras redes sociales".
Afortunadamente, cada vez son más las personas que dan el paso y se animan a apuntarse a terapia. En Somos Estupendas cuentan ya con casi cinco mil personas que se han inscrito en sus terapias y casi quince mil en el resto de servicios. También, Ainhoa Plata apunta sobre su clínica: "Tengo que decir que los jóvenes de hoy en día están rompiendo muchos tabúes y acuden a terapia con mucha facilidad ¡y no lo esconden en absoluto!".
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Es evidente que en los últimos años, gracias a Internet y al movimiento de la liberación de la mujer, han proliferado los testimonios de personalidades influyentes que se sientan frente a una cámara para reclamar su lugar, hablar de sus derechos y ayudar al resto de espectadoras a hacerlo también. Selena Gómez fue aplaudida por una entrevista que ofreció en 2020 a Zane Lowe para Apple Music en la que decía que era un honor estar a su lado y que no volvería a permitir que la trataran mal en las relaciones, algo que podemos ver también en declaraciones del documental que acaba de estrenar en Apple TV. También, la actriz Sophia Bush se reunió con Jay Shetty a propósito de su podcast, On Purpose, y confesó haber excusado comportamientos tóxicos de otras personas por estar enamorada. Teniendo en cuenta todos estos testimonios y muchos otros que podríamos recoger de diferentes entrevistas, merece la pena resaltar una de las frases que la propia influencer, Gigi Vives, ha dicho claro al concluir la conversación con Luc Loren: "Soy consciente de que merezco mucho más. Valgo mucho más".