En estos días de Navidad, quien más quien menos hace algunas excepciones y se permite ciertas licencias en su dieta, sobre todo en los días más señalados. Se puede levantar la mano, no hay que vetar un trozo de turrón, un rico canapé o un brindis con una copa de champán. “La Navidad, al igual que otros momentos del año, es un periodo de celebración en el que podemos permitirnos disfrutar en todos los sentidos”, coincide Isabel Sánchez, nutricionista de bluaU de Sanitas, quien apunta, eso sí, que es recomendable dejar estos excesos para días señalados, como Nochebuena, Año Nuevo o el Día de Reyes, manteniendo una dieta equilibrada y variada el resto de los días y las rutinas de actividad física habituales en la medida de lo posible.
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¿Conviene renunciar a ciertos almentos?
Nos preguntamos si hay alimentos que podríamos considerar ‘vetados’ en estos días, si hay algunos que deberíamos descartar o, al menos, limitar su consumo, pese a estar en comidas o cenas familiares. “No deberíamos vetar alimentos, de hecho, no debería haber alimentos prohibidos en nuestro día a día, esto genera una mala relación con la comida y a su vez, un sentimiento de culpabilidad si los comemos en Navidad. Lo mejor es tener buenos hábitos alimentarios siempre y darnos un capricho sin remordimientos, dentro de nuestros propios condicionantes”, apunta Paula Fernández, dietista-nutricionista y CEO de la clínica de nutrición y dietética NUTRIUM.
“Salvo que una persona tenga un problema de salud relacionado con la ingesta de ciertos alimentos, como la diabetes, intolerancias o alergias, problemas cardiacos, o colesterol, etc, podemos comer de todo en general”, apunta la nutricionista de Sanitas, que explica que lo que sí es recomendable es moderar el consumo de aquellos alimentos más perjudiciales, es decir, los que contienen grandes cantidades de azúcar o grasas saturadas. “Ejemplo de ello pueden ser los típicos dulces navideños como los turrones, mazapanes o los polvorones, así como los embutidos más grasos, patés y quesos. También habría que tener precaución con la ingesta de alcohol (cerveza, vino, cava, champán, destilados, etc)”, nos cuenta Isabel Sánchez.
“Para mí, es importante reducir las ingestas de alcohol pues hablamos de calorías vacías (representa casi el doble de las calorías aportadas por el azúcar (7 kcal ante 4 kcal). Evitar las harinas refinadas, azúcares, exceso de aditivos y conservantes. Es decir, es más bien una restricción de lo que los nutricionistas llamamos productos, pero no de alimentos (verduras, frutas, legumbres...)”, noc cuenta por su parte Dra. Meryem El Hail Moslih, dietista nutricionista y miembro de Doctoralia.
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Compensar los excesos, ¿sí o no?
Y si nos excedemos, ¿deberíamos compensar dichos excesos? “No debemos hablar de compensar excesos, ya que pensar en la comida como un premio puede desencadenar una mala relación con la comida e incluso trastornos alimenticios. Estos excesos de los que hablamos tienen cabida en una dieta variada y equilibrada, forman parte de ella y no debemos considerar que hay que compensarlos. Lo más recomendable es permitirse estos excesos en días puntuales sin ningún tipo de culpa y, simplemente, volver a la rutina de alimentación y actividad física normal los días posteriores”, considera la nutricionista de Sanitas.
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Evitar la tentación
Eso sí, las tiendas, los centros comerciales están llenos de alimentos reclamo, en estas fechas de grandes compras, ¿qué podemos hacer para evitar caer en la tentación? “Lo ideal es no comprar estos alimentos con demasiada antelación a las fechas señaladas y, cuando lo hagamos, adquirir la cantidad justa que se va a consumir para evitar que sobre. Por otra parte, será útil ir a hacer la compra con una lista para evitar añadir productos de más y, acudir al supermercado sin hambre”, concluye Isabel Sánchez.