El dolor de espalda es uno de los más frecuentes en la sociedad actual. Las malas posturas, pasar muchas horas frente al ordenador, dormir sobre un mal colchón o cosas que nos parecen que no tienen relación pero que, en realidad, sí la tienen como, por ejemplo, no beber suficiente agua, hacen que nuestro sistema músculo-esquelético se resienta y que acabemos quedándonos 'clavados'. ¿Qué hacer para que eso no ocurra? Prevenir. Para ello, el quirópráctico Ata Pouramini nos da las claves de una espalda sana. Comenzamos por una muy importante: no cargar demasiado.
Cuida los pesos
Evita cargar con demasiado peso. Hay que eludir los sobreesfuerzos y equilibrar bien cuando lleves algo de peso, ya sea por mochila o las bolsas de la compra.
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Haz pausas activas
No es bueno estar siempre sentado. Por ello, los expertos recomiendan hacer pausas activas. Es conveniente levantarse cada 20 minutos aproximadamente y realizar estiramientos y desbloquear el cuerpo.
Cuida tu postura
Si pasas muchas horas sentado trabajando, recuerda mantener la espalda recta y erguida. No te curves hacia delante para acercarte a la mesa si pasas muchas horas trabajando. Permanecer largos periodos de tiempo en esta posición te podría provocar debilidad de los músculos de la espalda y protrusiones discales.
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Mantente erguida
Así como es importante la postura mientras estás trabajando frente al ordenador, también lo es cuando caminas. Cuando estés de pie, debes mantener una buena postura. Los hombros y caderas en línea recta con la cabeza y cuello.
Dormir bien es fundamental
El descanso es primordial y para fomentarlo, hay que elegir un buen colchón. Ni muy duro, ni muy blando. Si eres de dormir de lado, es más conveniente usar una almohada más gruesa que si dormimos boca arriba, con las dos piernas flexionadas y otra almohada más fina entre ambas.
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Elige bien el calzado
Algunos estudios han observado que el uso de tacones altos, al desplazar el centro de gravedad y llevar el peso del cuerpo hacia adelante, acarrea una descompensación que, en algunas personas, repercute en las diferentes curvaturas de la espalda (lumbar, torácica o cervical).
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Come sano
Cuida especialmente tu alimentación, frutas frescas, verduras de temporada. Los alimentos integrales y bajos en grasas. Los ricos en omega 3, como pescado azul o frutos secos, son muy recomendables. Se deben evitar los alimentos ultraprocesados y evitar el sobrepeso.
Haz ejercicio
La inactividad y la mala forma física son el enemigo número uno de la salud de la columna, los principales responsables del dolor de espalda. Por eso, hay que fortalecer los músculos de la espalda. ¿Cómo? Pues por ejemplo puedes practicar cualquier deporte como el pilates, yoga, natación, salir a correr…
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Bebe agua
Procura hidratarte, el cuerpo humano está compuesto por agua en un porcentaje muy alto, por eso la deshidratación puede provocar calambres y dolores músculo-esqueléticos. Es necesario beber litro y medio de agua al día. Evita, en la medida de lo posible, las bebidas alcohólicas, puesto que no son nada amigas de las espaldas sanas y además producen deshidratación
Deja el tabaco
Si disminuyes el aporte de oxígeno a tu cuerpo estás reduciendo también la capacidad de regeneración en los tejidos, lo cual aumenta, a su vez, los neurotransmisores del dolor.
Incorpora los ejercicios de estiramientos a tu rutina
Por lo mencionado anteriormente se van produciendo desequilibrios a nivel de las vértebras, llamados subluxaciones, que producen espasmo y contractura de los músculos de la zona.
Haz mindfulness
Una investigación de la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar media hora de mindfulness podía tener efectos positivos en la percepción del dolor. Por eso, se recomienda tomar la vida con calma: se nos ha olvidado parar, respirar y ser felices. Creo que un factor vital para gozar de buena salud es la calma.
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¿Qué remedios caseros nos ayudan si ya tenemos dolor?
Hay aceites esenciales con propiedades analgésicas, otros son antiinflamatorios y otros tienen un efecto anestésico. Por ejemplo, tenemos la gaulteria o el romero alcanfor.
En el caso de la fitoterapia, hay varias plantas con propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Entre ellas destaca el arpagofito, muy potente y muy estudiado. Hay otras también muy interesantes como la gaulteria o el sauce, y otras que no se conocen tanto como la ortiga o el grosellero negro. La farmacéutica y experta en aceites esenciales Matilde García, y Juan Serrano, biólogo y experto en fitoterapia, ambos profesores del curso ‘Fitoaromaterapia en el manejo del dolor’, de la Escuela de Salud Integrativa, insisten en la importancia del diagnóstico para ver si junto a la planta antiinflamatoria o analgésica hay que tomar algo más para regenerar las estructuras articulares.