No son pocas las personas que siguen un plan nutricional para lograr un objetivo. Lo cierto es que deberíamos apostar por un cambio de hábitos en lo que a nuestra alimentación se refiere. Pero es cierto que muchas personas aprovechan algunos momentos concretos para cuidar más su dieta. Pues bien, lo que tenemos que asumir es que cuando ese plan llega a su fin, las pautas no han de acabar de golpe.
Es importante llevar a cabo un plan de mantenimiento, formado por una serie de hábitos nutricionales a largo plazo, los cuales nos ayudarán a potenciar el rendimiento deportivo, controlar el peso, prevenir o mejorar síntomas de enfermedades y lesiones, o lo más sencillo y no por ello menos importante, aprender a comer de forma más saludable y equilibrada de forma constante.
Si lo hacemos así, conseguiremos frenar el temido efecto rebote, tal y como nos cuentan los expertos del área de Nutrición de Club Metropolitan, que han recogido en estos útiles consejos los hábitos que debemos incorporar en nuestra rutina diaria, para de esta forma mantener todos los objetivos logrados tras el seguimiento del plan.
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Planifica tu menú semanal
De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el concepto el batch cooking, pero lo cierto es que existe desde hace mucho y es una técnica ideal para poder comer sano entre semana. Consiste en organizar las 5 comidas que tendrás en la semana y dedicar un día a prepararlas. Es una opción muy útil, pues no tendrás que estar pensando cada día qué cocinar y evitarás, de esta forma caer en las opciones rápidas, que se traducen en procesados, congelados, fritos y opciones poco saludables. Es una buena opción tanto si comes en casa, pues no tendrás que perder tiempo extra cocinando, como si lo haces en la oficina, también te evitarás tener que elegir opciones preparadas poco saludables.
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Recuerda distribuir bien las comidas
Los expertos recomiendan evitar pasar muchas horas sin comer, pues de esta forma no caeremos en el círculo de atracones y ansiedad, que te incitarán a comer alimentos menos saludables o a comer en demasía de una vez. Por ello, lo más recomendable es que sigas manteniendo una rutina de horarios de comidas, aumentando el número de veces que comes, pero de forma más ligera. Intenta mantenerte saciado para evitar atracones.
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Que no falten las frutas y las verduras
Son las mejores aliadas de nuestra dieta, siempre tienen que estar presentes, y debes apostar por las que están de temporada, que están en su mejor momento y, además, te resultarán más económicas, lo que siempre es algo que debemos valorar ¡más en los tiempos que corren! Y es que son frescas, bajas en calorías y son muy ricas en agua, por lo que también te ayudarán a hidratarte. Un consejo más: siempre que sea posible intenta consumirlas en crudo para mantener todos sus nutrientes y aprovecharte de sus vitaminas, minerales y fibra.
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Cuidado con la cafeína
Hay muchas personas que no pueden vivir sin su dosis diaria de cafeína. No es malo. Pero, como pasa con todo, hay que evitar los excesos. No conviene abusar. ¿La razón? La cafeína en exceso no solo puede causar acidez o malestar estomacal, también puede provocar dificultad para dormir y hasta ansiedad. No hace falta que lo abandones, puedes optar por opciones sin cafeína, por ejemplo.
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Picoteo, sí, pero saludable
No siempre es sencillo evitar el picoteo entre comidas. Y la realidad es que, si elegimos buenas opciones, tampoco está mal. Lo cierto es que comer algo entre las comidas principales nos ayudará a que evitemos acumular hambre y que luego al acabar la jornada, queramos arrasar con la cocina. Claro está que todo va a depender mucho del trabajo que tengamos, pero si pasamos largas horas frente al ordenador o haciendo el mismo tipo de actividad, es normal que busquemos distracción en la comida.
Es ahí donde tenemos que tener preparado, a mano, ese grupo de alimentos a los que recurrir cuando el hambre te gane: frutos secos, frutas naturales, yogures, algún batido o smoothie, queso, etc. Si estás en la oficina, muchas empresas cuentan con máquinas de vending que en pocas ocasiones tienen opciones saludables. Por eso, intenta evitarlas llevándote tus propios snacks para no caer en la tentación.
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Bebe agua
La hidratación es fundamental. Te lo han repetido una y mil veces. Y es que no puedes olvidarlo. Es muy importante que te mantengas hidratada y que el agua sea siempre tu bebida de elección tanto para las comidas como para el resto del día. Esto te ayudará a liberar toxinas indeseadas del organismo y a mejorar tu estado general.
Y ojo con el consumo de alcohol: si lo bebes en exceso, tu cuerpo se deshidratará más y estarás consumiendo calorías vacías que no tienen ningún valor nutricional. Además de todos los efectos nocivos que conlleva para el organismo.
Formas de cocinar saludables
Al margen de los alimentos de tu cesta de la compra, también es importante que elijas bien las formas de cocinar más adecuadas, que sean las más saludables. ¿Cuáles son? Es mejor optar por cocinar a la plancha, al vapor, al horno, a la parrilla o incluso a la barbacoa. De esta forma, te facilitará la digestión y tu organismo sentirá mayor bienestar.
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Controla los postres y optas por opciones más nutritivas
Si eres goloso, este punto tal vez te cueste especialmente. Puedes hacer ciertas concesiones en momentos especiales. Puedes comer un dulce y no sentirte mal, pero intenta que sea algo ocasional y eligiendo la opción más nutritiva posible para ti. En este caso, el mejor consejo es que sustituyas los helados o pasteles, por fruta fresca o postres lácteos como un yogur o un helado de yogur sin nata.