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¿Cuáles son los síntomas que alertan de que puedes tener una hernia inguinal?

Si este problema de salud no se trata de forma correcta, puede evolucionar hacia estados graves que precisan atención urgente


Actualizado 12 de diciembre de 2022 - 13:01 CET

Estamos ante un problema de salud que puede llegar a afectar en gran medida la calidad de vida de quien lo padece. Y no es un problema menor, pues según la Sociedad Hispanoamericana de Hernia, alrededor del 75% de todas las hernias se presentan en la región inguinal. En la mayoría de casos, el paciente que presenta una hernia inguinal nota un bulto. En ocasiones se asocia a dolor leve o malestar, que generalmente se acentúa al realizar esfuerzos. Las hernias inguinales no tratadas pueden evolucionar hacia estados graves que precisan atención urgente. Para saber más sobre este problema de salud, hemos hablado con el doctor Alberto Parajó Calvo, especialista en Cirugía General y Coloproctología del Hospital Vithas Vigo.

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¿Qué es y por qué se produce una hernia inguinal?

En una hernia se produce la salida de alguna estructura de la cavidad abdominal a través de un defecto en la pared muscular en la ingle. Influyen los factores que disminuyen la resistencia de la pared abdominal en un área determinada, como ocurre en el tipo más frecuente de estas hernias, en que existe un defecto congénito inguinal. Posteriormente, puede desarrollarse la aparición del bulto herniario. Otro grupo de factores son los que aumentan la presión dentro del abdomen. De estos dos grupos el más determinante es el primero.

¿Hay personas con más riesgo de padecer este problema?

Las hernias inguinales son más frecuentes en los hombres que en las mujeres. Las personas que tienen aumento de la presión abdominal tienen mayor riesgo de desarrollar una hernia, como ocurre en la obesidad.

¿Cómo se manifiesta este problema de salud?

Lo más habitual es la aparición de un bulto o tumoración en la región inguinal, que aumenta con los esfuerzos y desaparece al acostarse. También puede haber molestias imprecisas o dolor en la zona inguinal y, en ocasiones, pueden preceder al desarrollo del bulto.

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¿Cuál es el tratamiento de elección en el caso de tener una hernia inguinal?

El único tratamiento curativo es la cirugía y tiene muy buenos resultados. El empleo de mallas permite la reparación sin tensión y disminuye el riesgo de reproducción de la hernia.

La cirugía laparoscópica se realiza a través de incisiones mínimas (de unos pocos milímetros), tiene menor dolor postoperatorio, una recuperación mucho más rápida, y deja cicatrices muy pequeñas con poco impacto estético. Otra ventaja es que la malla queda más alejada de las incisiones quirúrgicas y se reduce significativamente el riesgo de infección.

¿En qué casos está recomendada la cirugía?

Se podría decir que siempre que no existan enfermedades o circunstancias personales que aumenten significativamente el riesgo de la cirugía, e incluso en estos casos se recomendaría la intervención cuando hay complicaciones como la incarceración o estrangulación.

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¿Hay determinadas acciones que se deben evitar cuando se tiene una hernia inguinal?

Cuando se tiene una hernia, las molestias aumentan al realizar ejercicio físico y coger pesos, pero más que evitarlo lo que se recomienda en estos casos es buscar una solución, es decir realizar la operación.

¿Es un problema que influye en la calidad de vida de quien lo padece?

Ciertamente limita la actividad y provoca molestias en mayor o menor medida, por lo que empeora la calidad de vida, aunque algunos pacientes no tienen síntomas o son mínimos.

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¿Cuáles son las posibles complicaciones de tener una hernia inguinal?

Además del dolor, la principal complicación es la estrangulación herniaria, que es la segunda causa de obstrucción intestinal. Una hernia estrangulada no es reductible y la presión que ejerce sobre las vísceras en su interior (generalmente el intestino) producen obstrucción y comprometen la circulación venosa y arterial, provocando isquemia y posteriormente necrosis. El sufrimiento del asa estrangulada puede llevar al shock si no se actúa con rapidez liberando el asa intestinal atrapada en la hernia.