Cuando a una persona le diagnostican una enfermedad grave como, por ejemplo, cáncer, empieza una doble carrera de fondo. Por un lado, la propia patología. Pero, por otro, todos los pensamientos, los miedos, las emociones que aparecen como un tsunami y que acompañan al paciente durante muchos años, incluso, habiendo superado ya la enfermedad.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Sus testimonios son muy valiosos porque pueden servir de guía para otras muchas personas que están atravesando un momento difícil. También visibilizan dolencias menos frecuentes e impulsan la investigación. A continuación, os hablamos de algunos de los libros que pensamos que cualquier persona debería leer. Tanto si es paciente, familiar o si simplemente quiere emocionarse con las historias tan bellas y llenas de esperanza y fortaleza de los héroes y heroínas que los escrbien.
- Leer más: Supervivientes de cáncer: ¿cómo enfrentarse al miedo?
'Mis ganas ganan. Nadie nos ha prometido un mañana, vive el presente' de Elena Huelva (Ed. Montena)
Elena Huelva (@elenahuelva02) es una joven sevillana que padece un sarcoma de Ewing desde los 16 años. La llaman 'mujer de las mil batallas' porque ella no se cansa de seguir plantando cara a su enfermedad, siempre con una sonrisa y exprimiendo todo lo bueno que tiene la vida. Aunque se permite transitar por los momentos de mayor incertidumbre sin negar los sentimientos que le produce, ella se levanta, sigue y seguirá caminando y disfrutando de lo único que todos y cada uno de nosotros tenemos garantizado: el presente. Su relato es todo un ejemplo de superación que todos debemos leer. Elena cuenta en su libro cómo recibió el diagnóstico cuando era una adolescente, cómo se somete a todos los tratamientos necesarios, algunos invasivos y dolorosos, plasma el momento en que su hermosa melena empieza a desaparecer y decide ponerse una peluca, o narra cómo los médicos le comunican, cuando la batalla parecía ganada, que ha sufrido metástasis. "La vida es como surfear. Tienes que esperar a la siguiente ola grande y tienes que aprender a bailar sobre ella". Sin duda, es una mujer a la que admiramos y a la que seguiremos y animaremos en sus redes sociales.
- Leer también: 'Ojalá mi historia ayude a mucha gente a superar sus miedos'
'Lo primero, la vida', de David Callejo (Ed. Planeta)
Todos admiramos la profesión médica. Estas personas nos cuidan y se desviven por nosotros. Pero a veces no somos conscientes de lo que realmente significa ser médico y las historias tan duras a las que se enfrentan estos profesionales. David Callejo (@davidcallejo01) nos lo cuenta en este libro, en el que aborda muchos de sus miedos. En palabras del autor: "este libro he hablado de cómo ha sido mi vida hasta la pandemia. De todas mis dudas, de mis pocas certezas, de mis golpes de suerte y de mis miedos. He tenido mucho miedo a lo largo de mi vida, pero, sobre todo, he tenido miedo a reconocer que lo tenía. Y este libro me ha servido como terapia. Me ha servido para ver que, a pesar de mis miedos, mis inseguridades y mis indudables golpes de suerte, también he tomado decisiones. Y que siempre he sabido que lo primero era la vida".
- Leer también: 5 mujeres con cáncer de mama nos hablan de su enfermedad
'La belleza de las cicatrices. Proyecto Kintsugi', de Iván Garrido (Ed. La esfera de los libros)
Hay personas que además de enfrentarse y luchar por superar una enfermedad, tienen que soportar el estigma. Esto es lo que le pasó a Iván Garrido, que nació positivo en VIH. Cómo él explica en su libro nació 'roto', sus padres eran drogodependientes, creció con un abuelo autoritario y una abuela coraje y su madre murió. En el colegio religioso en el que estudió le llamaron 'maricón' y recibió tanto acoso que hasta llego hasta el defensor del menor. Estuvo sin ir a clase un año entero. Pero este chico no se rindió y decidió crear su asociación sin ánimo de lucro, Proyecto Kintsugi, en el que se inspiró en este arte japonés, con miles de años de antigüedad, que consiste en restaurar piezas de cerámica rotas, pero con una peculiaridad: una vez que se ha hecho la magia de juntar de nuevo todos esos añicos, se recubren de oro las grietas, creando así un objeto único, nuevo e irremplazable.
- Leer también: Artritis reumatoide: un testimonio explica cómo vivir con esta enfermedad