¿Sabías que no hay un solo tipo de acné, que son muchas las variantes que pueden estar afectándote? Las distintas formas de acné se agrupan según las causas externas que pueden haber provocado la aparición de las imperfecciones y brotes. La causa principal del acné, las hormonas, es una causa interna, pero hay muchos factores externos que pueden causar y agravar el acné. A veces el acné se denomina según estos factores externos y se agrupa en función de ellos. Fúngico, cosmético, iatrogénico y queloideo son cuatro de esos tipos de los que, tal vez no hayas oído hablar. Con la ayuda de la doctora Arantxa Arana, dermatóloga de la Clínica Dra. Pérez Sevilla, vamos a explicarte en qué consisten estos tipos de acné y sus causas, para elegir el tratamiento más conveniente.
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Acné fúngico
Se trata de un tipo de acné que se produce por un sobrecrecimiento de un hongo que en condiciones normales vive en la piel llamado Malassezia, pero el problema empieza cuando se pierde el balance y crece sin control. El acné fúngico no es realmente acné, pero tiene grandes similitudes, pues ambos causan inflamación, enrojecimiento y textura irregular. ¿Cómo hay que tratar el acné fúngico?
- El primer paso es limpiar la piel con regularidad, mañana y noche, pero no abusar de la exfoliación porque puede haber un efecto rebote y producir más grasa de la habitual como método de protección.
- La experta matiza que el tratamiento con antimicóticos tópicos u orales es muy efectivo. Y es muy importante tener en cuenta cómo pueden influir factores externos. Por ejemplo, entre ellos, podemos citar épocas de verano, clima húmedo y cálido, aumento de la sudoración, ropa apretada, uso de cremas, maquillajes o fotoprotectores. Todo ello puede hacer que se reactiven los brotes, por lo que es una buena alternativa nticiparnos usando jabones antiseborreicos y otros tratamientos tópicos clásicamente indicados para el acné junto con esos agentes antimicóticos de los que hablamos.
- También los láseres vasculares y la luz pulsada tienen un efecto antiinflamatorio sobre la piel.
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Acné cosmético
Este surge de la irritación de la piel al utilizar productos que contienen ciertos componentes químicos que irritan la piel. “Este tipo de acné tiende a comenzar con un brote de granos o espinillas, pero no tiene por qué manifestarse en el momento, sino ir apareciendo gradualmente, algo que se mantendrá en el tiempo si no dejamos de utilizar los productos que nos afectan. La buena noticia es que el tratamiento del acné cosmético, a diferencia del hormonal, es sencillo. Basta con dejar de utilizar aquellos productos que te están causando problemas”, explica la experta. Pero matiza, eso sí, que nos encontramos con dos tipos de piel especialmente sensibles:
- La piel grasa que, al tener una mayor actividad de las glándulas sebáceas, junto con la obstrucción que ya de por sí producen los cosméticos, es más propensa a que se puedan cerrar y taponar los poros, provocando así el brote de acné.
- Y la piel sensible que reacciona mal a la mayoría de los productos dermatológicos convencionales.
Además, estas son las principales recomendaciones para tratar el acné cosmético:
- Evitar los cosméticos comedogénicos. Fijarse bien en las etiquetas y usar solo productos no comedogénicos, mejor que no contengan fragancias, colorantes o aceites, y tampoco lanolina e isopropyl myristato.
- La higiene es fundamental. Por eso es importante lavar la cara dos veces al día para quitar el exceso de grasa, usando un limpiador no comedogénico.
- La elección de los productos también es importante. Conviene usar cremas de hidratación ligeras, así como fotoprotección, sin aceites.
- Si sueles maquillarte, la limpieza es vital para no dejar residuos de maquillaje y asegurarte de esta manera de que los poros estén limpios. Y hay un par de aspectos a los que, tal vez, no prestabas atención y son importantes: hay que cambiar las esponjas desmaquillantes o lavar bien las brochas de maquillaje pues pueden acumular bacterias en ellas.
- Se pueden combinar los tratamientos con dispositivos de luz pulsada que tienen un efecto antiinflamatorio sobre la piel, o bien tratamientos de cabina más enfocados a oxigenar, desobstruir y limpiar la piel.
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Acné iatrogénico
Existen determinados medicamentos que pueden provocar granos en la piel. Es lo que se llama acné iatrogénico. Es muy similar a cualquier otro tipo: aparecen espinillas, pústulas, granos y quistes… Por ello es fácil confundirlo con el acné común. Entre los medicamentos que causan este acné están los esteroides, los anabolizantes, la testosterona y los androgénicos. En este caso, el tratamiento es retirar el medicamento y tratar el acné como un acné común. Se da en pieles sensibles preferentemente y pieles grasas.
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Acné queloideo
En este caso, la doctora explica que se trata de un proceso inflamatorio crónico del folículo piloso que conduce a la formación de placas y cicatrices, así como quistes y nódulos subcutáneos bastante inflamatorios. El tratamiento consiste en antibióticos orales, preferentemente tetraciclinas, durante un largo periodo de tiempo. Mientras, los casos más avanzados (cicatrices) que no responden a lo anterior suelen precisar el uso de isotretinoina oral.
Los queloides son un tipo de cicatriz hipertrófica que pueden formarse donde la piel ha sido dañada, como por acné. Se forma un exceso de tejido de cicatrización que suele ser más grande que la lesión original. Para tratar este tipo de cicatrices combinamos infiltración de corticoides u otras sustancias, con láseres vasculares y con láseres de co2 fraccionado para conseguir una remodelación y un aplanamiento de las lesiones.