Cuando Imane Raissali Salah (1996) habla, la digestión de sus palabras se antoja como un acto necesario. A pesar de que su tono de voz es calmado y pronuncia lento, lo hace con una claridad tan abrumadora que provoca escozor. Deja una satisfación semejante a aquella que sentimos cuando alguien cercano recurre a nosotros para buscar un abrazo. “Hay que comprender que a veces nos toca vivir cosas que no elegimos. Y a pesar de que es muy duro, también vale mucho la pena ser confrontativo”, nos cuenta para ¡HOLA!
-Rosalía, Beatriz Luengo o Dua Lipa, voces feministas de la música de hoy
Miss Raisa -así es conocida- sabe lo que dice. Nació en Tánger (Marruecos), desde los ocho años vive en Barcelona, estudia Psicología, escribe poemas, imparte conferencias, es rapera, una de las personalidades más seguidas en TikTok y, además, también ha lanzado dos libros, Pondré los colores (Pengüin Libros), y el más reciente, Porque me da la gana (Lunwerg). Aún hay más: Imane es madre.
La conocimos cuando salió en pantalla en Got Talent y logró la ovación de todos los presentes lanzando un alegato a favor de la libertad y la diversidad cultural en una actuación de apenas un minuto. En ese mismo instante estaba sentenciando un estremecedor escrutinio público que le ha llevado a solicitar (y lograr) protección oficial. Sin embargo, y aún a pesar de ello, nunca dejó de usar su creatividad como herramienta para transmitir sus emociones y mensajes. El racismo, el género, la religión o la desigualdad de oportunidades son tan solo algunos de los muchos temas que toca, una y otra vez, a través de diferentes vías de expresión, como la música o la escritura.
Contra todo obstáculo
Al ver los vídeos que publica en redes sociales y escuchar sus canciones pudiera parecer que la artista cuenta con un escudo capaz de esquivar cualquier crítica y, aunque la honestidad es una de las características que mejor le definen, lo cierto es que tras esa fachada y esa sonrisa perfecta (que nos confiesa usar como caparazón) resulta fácil reconocer una familiaridad especial, digna de cualquier ser humano: “Tengo un entorno pequeño, precioso y de muchísima confianza donde me siento querida y cuidada, que es lo que busco. Sobre todo en momentos sensibles en los que me siento muy expuesta o juzgada, porque creas o no, hay muchas inseguridades y muchos miedos. Llevo unos días con bastante ansiedad, no paro de llorar y siento que me falta el aire. Me refugio en mi pareja, en mi madre, en mis mejores amigos, que ellos sí que viven mi día a día, conocen lo más íntimo de Raisa y saben lo más importante, que es que soy buena persona. Eso es lo que siempre debería prevalecer”.
En un contexto en el que visibilizar el cuidado sobre la salud mentalcomienza a estar a la orden del día y las iniciativas y plataformas para hacerlo no hacen más que proliferar sus cifras, preguntarle a la polifacética artista si acude a terapia se impone como necesario durante la charla que tenemos con ella: “No voy a terapia, pero no te voy a decir que no lo necesite porque me lo he planteado en varios momentos. Sobre todo en algunos puntuales de hate y de mayor exposición en redes sociales. Siento que necesito ese acompañamiento porque sola es muy difícil. Se necesita mucha fuerza mental y, aunque yo soy una tía muy fuerte y segura de mí misma, sentirse en el punto de mira constantemente es muy duro e incluso roza la crueldad en ciertos aspectos”.
Más allá de su música y sus textos o publicaciones, también ha caído sobre ella la condena estética de ser criticada por cuestiones como la de maquillarse o vestir ropa ajustada: “Hay gente que va a tu punto débil para hacerte daño y cuando eso pasa se te van los filtros, la seguridad, la confianza en ti misma y el bienestar. Sientes que te va destruyendo, por lo que es muy importante tener un entorno que te construya y que te arrope frente a tanto peligro psicológico”.
--Los puntos débiles de una persona con baja autoestima
Escribir como catarsis
Si en su primer libro, Pondré los colores, realiza un trazado sobre los valores que defiende, en la nueva obra que acaba de lanzar, Porque me da la gana, recorre la historia de su vida al completo. Lo hace en un relato muy humano en el que no se deja detalle. Desde que emigró con sus padres y sus hermanos a Barcelona en 2004, pasando por las dificultades que le supusieron -y todavía suponen- ser musulmana en y fuera España, o sus esfuerzos por la inclusión; hasta llegar a temas tan controvertidos como el machismo, una relación matrimonial fallida, el dinero o, uno de los capítulos más recientes que ha vivido, el de quitarse el velo. Sobre este último momento, declara: “La reflexión y la meditación ya estaban hechas desde hacía tiempo, pero sí que estuve dudando muchísimo si clicar el botón de publicar o no, porque no me sentía preparada, pero lo iba a hacer en algún momento sí o sí, así que más valía hacerlo pronto y dejar de autoengañarme a mí y a los demás”.
Miss Raisa se despojó del velo un 19 de julio de 2022, y lo hizo público en un vídeo que compartió en redes sociales en el que explicó, en detalle, los motivos que la impulsaron a hacerlo. No fue fácil: “Pensé la gente se sorprenderá, algunos se enfadarán, y otros valorarán tu valentía y tu libertad de decisión'. Hubo bastantes nervios y miedos sobre la reacción. Intenté argumentar los motivos de la mejor manera posible, pero creo que peco de dar demasiadas explicaciones siempre, y eso jugó en mi contra. El hecho de intentar explicarlo, desde mi punto de vista, ha hecho que la gente lo malentendiera y se ofendiera más”. Durante toda la conversación, las conclusiones desembocan en pensamientos sobre los que reflexiona a través del teléfono: “Hay que dejar de dar explicaciones a personas que ya desde un inicio parten de que no les interesa escuchar tu versión, ni tu historia ni tus sentimientos, ni nada. Ya están preparados para insultar y hacer su trabajo, que es hatear”.
-Inteligencia emocional: razones para mejorarla
Aunque ahora mismo se encuentre atravesando un momento difícil en el que le llueven las críticas, sabe que se trata solo de una transición más por la que tiene que pasar. Lo que no es capaz de superar todavía es el capítulo que más le ha costado escribir en este libro, el que relata la muerte de su padre: “Lo más duro para mí era terminar de escribir eso y no poder ir a darle un abrazo, charlar con él o ver el fútbol juntos. Al final yo lo que quiero es estar en paz con todo el mundo, estar en paz conmigo misma sin juzgar a nadie. El tema de volver a hablar de mi padre, recordar todos los detalles y pensar en que yo no pude hacer nada por los bloqueos que tenía en esa temprana edad y a que su enfermedad era tan mala y cruel me deja muy tocada”, confiesa y, detalla: “Al escribirlo hice muchas más pausas. No podía no llorar, no emocionarme. Eran lloreras largas hasta que se me pasaba un poco y podía reconectar de nuevo con el tema”.
La vulnerabilidad, su fortaleza
En una época en la que las redes sociales actúan de altavoz para mostrar las emociones, esta generosa revelación de la autora del libro refuerza la idea de que la vulnerabilidad, cada vez, es más antónimo de la debilidad, como ella misma explica: “Es lo que nos hace humanos. Es cierto que hoy en día, la vulnerabilidad tiene esa connotación, pero yo siempre he intentado huir de los victimismos y hablar desde la emoción. Exponer lo que he sentido en cada momento”.
Entre los objetivos que Miss Raisa pretendía alcanzar con esta apertura de ventanas a su faceta más privada se encontraba, primero, el de desbloquear recuerdos que ella había querido olvidar pensando que así se cuidaría en salud: “Ha sido duro, pero muy satisfactorio, porque es una aceptación de todo lo ocurrido, incluso de cosas que ni mi propia familia era consciente de ello. Ha sido como poder hablarlo al desnudo conmigo misma y dejarlo constatado en algún lugar”.
Su voz, la de muchas mujeres del mundo
También, entre sus prioridades siempre ha estado el de usar su voz para ayudar a otras personas que están o han pasado por su misma situación: “Pongo la mano en el fuego de que hay muchas más que se han sentido así a lo largo de sus vidas. Quise encontrar esas similitudes. Cada uno tenemos nuestra historia y simplemente quería fomentar esa empatía entre todos”. Hay poca duda de que el hecho de que en TikTok sume más de cinco mil seguidores y en Instagram cerca de 65 mil no sea casualidad. Tampoco de que las editoriales sigan confiando en ella, ni que las plataformas de música la incluyan entre sus listas de reproducción.
Además de los haters (“siempre van a hablar de ti”, concluimos por teléfono), cuenta con una gran comunidad de usuarios que la siguen por la defensa que hace de sus valores y por la virtud que posee de ser capaz de mostrarlos. Cuando se lo recordamos y le preguntamos qué siente ante este aluvión de halagos, nos responde: “Esta pregunta la agradezco. Últimamente estoy bastante sensible emocionalmente por la ola que se está abriendo contra mí, y la mente siempre se enfoca en lo malo. Te acabas olvidando de los miles de personas que te siguen, te apoyan y te quieren”, y aclara: “Jamás en la vida me habría imaginado que siendo yo misma, así de sincera y transparente, iba a hacer que la gente me admirara y me vieran como una persona valiente. Es muy bonito cuando me escriben, sobre todo chicas y mujeres, y me dicen que les pongo palabras a todo lo que sienten. Es mágico poder tener esta capacidad de conectar con la gente”.
Una mujer en un sector de hombres
Cuando Miss Raisa resalta que la mayoría de las personas que le escriben son mujeres, resulta inevitable pensar en cuáles fueron sus referentes musicales antes de adentrarse en la industria, ya que el rap, mayoritariamente, se encuentra protagonizado por hombres. Aunque su ambición nunca fue terminar en este sector, ya que lo veía como algo inalcanzable porque dedicarse al mismo “es muy difícil”, destaca nombres que siempre admiró, como Drake, Wiz Khalifa o Lil Wayne. No obstante,y aunque nos cuenta que ella ha recibido apoyo de otras compañeras de profesión, como Santa Salut, para el papel de la mujer en el rap también tiene palabras: "Siempre he hablado de la mujer en el punto de mira por hacer absolutamente cualquier cosa. Incluso me han llamado 'marimacho' o masculina, ¡cómo si fuese algo malo ser masculino, femenino o ser lo que yo quiera ser en cada momento!".
Precisamente, esta libertad de decisión y de expresión es uno de los deseos que pide al futuro que vivirá su hija: “Yo me estoy esforzando en darle una educación en valores y enseñarle a tratar bien a los demás, que es algo imprescindible como ser humano. La amabilidad, la sonrisa, el decir las cosas, pero con asertividad. Ser directo no precisamente significa tener que ser duro o cruel, sino más bien lo contrario. Quiero que tenga el futuro que ella desee, pero siempre con estos valores”.
-¿Sabes cómo puedes cultivar y aumentar tu amor propio?
Cada una de las frases que pronuncia podrían ser una lección de vida, pero la mayor nos la cuenta cuando trata de definirse a sí misma. Relata una historia en la que una tarde, al salir de la ducha, se miró al espejo, observó con cariño las estrías que tiene en su cuerpo como consecuencia del embarazo y fue consciente de que cada una de las marcas eran sinónimo de una vivencia, una experiencia que le ayudó a ser quien es hoy en día. “Lo que más me define es eso que no se ve de mí”, concluye.