Cualquier relación puede pasar de ser sana y provechosa a todo lo contrario. Y hablamos tanto en la esfera laboral, como familiar, como, por supuesto, de pareja. Todo comienza con emociones positivas que, con el paso del tiempo, pueden transformarse en infelicidad. Hay expertos que ya hablan de lo que se conoce como burnout o agotamiento amoroso. Desde Psicopartner explican que es un síndrome muy común en relaciones que están expuestas a situaciones altamente estresantes en las que tienen que conciliar el cuidado de su familia con las exigentes obligaciones laborales, el cuidado de otras personas o las tareas domésticas. “Inicialmente este término hacía referencia a una forma de estrés laboral. Trasladado a la pareja, este desgaste extremo prolongado se ha bautizado como burnout amoroso, un síndrome muy común que sufren muchas relaciones”, explican.
Así se manifiesta
Hay que estar atento a una serie de señales que pueden indicarnos que padecemos este problema. Así, los síntomas de fatiga y agotamiento son solo algunas de las manifestaciones de este burnout. Tenemos que tener en cuenta que las personas que lo sufren pueden tener los siguientes síntomas:
- No logran conciliar el sueño.
- Se sienten frustrados.
- Culpan a las personas de su alrededor.
- Prefieren aislarse y renunciar a la vida social.
- Se sienten solos, sufren ataques de ansiedad…
- E incluso, pueden experimentar síntomas físicos, como dolores musculares, cefaleas, problemas gastrointestinales, insomnio y cansancio extremo.
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Por qué aparece este problema
Si tratamos de buscar la causa que puede influir en que aparezca este problema en nuestra relación de pareja, los profesionales encuentran, sobre todo, un motivo: la falta de confianza en uno mismo. “La sensación de fracaso en la pareja puede llevar a que cada uno se cuestione su capacidad de amar y ser amado. Tendemos a atribuirnos una responsabilidad excesiva ante los problemas, esto hace que, además de desconfiar de nosotros mismos, lo hagamos con la gente que nos rodea, especialmente, de la pareja”, comentan los psicólogos.
Además, no podemos olvidar que vivimos en una sociedad hedonista e, inevitablemente, el modelo de pareja también ha ido cambiando. La falta de compromiso, la insaciable búsqueda de placer o la carencia de esfuerzo son agentes que hacen que una relación se estropee.
Qué podemos hacer para solucionar el problema
- Cambio de prioridades. Las expectativas que podemos tener cuando comenzamos una relación pueden cambiar con el tiempo e, incluso, tomar direcciones opuestas. No es algo extraño, es, incluso, algo natural, estamos en continua evolución y no se puede evitar. Por eso, hay que tratar de buscar una solución, que pasa por ser honestos y ver a la pareja como un compañero/a de viaje.
- Hablar de ello. La comunicación en la pareja es vital. Y no siempre se usa de forma correcta. De hecho, la falta de comunicación es la principal razón por la que una pareja acude a terapia, tal y como nos cuentan desde Psicopartner. “No solo sienten que no hablan lo suficiente, sino que cuando lo hacen parece que el mensaje no llega correctamente. Puede ser que el emisor no sepa expresarse con claridad o que el receptor no sepa escuchar, normalmente es una mezcla de los dos y la clave está en asumir que ambos tienen parte de responsabilidad”, explican.
- Buscar actividades y planes individuales. La pareja tiene que tener tiempo para hacer cosas tanto por separado como juntos. Ha de buscar un hueco para mantener su independencia. Por eso, es importante que cada miembro de la pareja tenga tiempo para hacer las actividades que le gustan sin interrupciones. Hay que garantizar que sea un momento para ellos mismos, que generará bienestar personal, algo que será beneficioso para toda la familia.
- Buscar ayuda de un profesional. Cuando vemos que existe un problema, hay que buscar ayuda. Existen tratamientos psicológicos eficaces que ayudan a que la pareja pueda identificar cuáles son las áreas en las que no funcionan satisfactoriamente y trabajen conjuntamente para darse otra oportunidad, esta vez con ayuda de un terapeuta de pareja.