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mano vaso© Adobe Stock

¿Debemos preocuparnos si nos tiembla el pulso?

Aunque tengamos antecedentes familiares de temblor, siempre es necesario hacer una consulta con el neurólogo para averiguar las posibles causas


Actualizado 24 de noviembre de 2022 - 14:37 CET

A todos nos ha temblado en alguna ocasión el pulso. Pero, ¿es algo por lo que deberíamos preocuparnos? "En primer lugar, me gustaría dejar claro que el concepto temblor del pulso es solo un sesgo del concepto de temblor en general, porque puede temblar la mano, la pierna, la cara, el cuello, la cabeza, y eso es lo que se define como temblor en general, Así que el temblor de pulso sería única y exclusivamente un temblor de la extremidad superior, bien sea la derecha o bien sea la izquierda", nos comienza explicando el Dr. Luis Javier López del Val, neurólogo, Jefe de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Especialista en Neurología en la Clínica HLA Montpellier y miembro de Top Doctors.

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¿Cuáles son las causas principales de que nos tiemble el pulso?

En opinión del experto, las causas son múltiples:

-La más importante es tener lo que se llama temblor esencial, que es una característica genética o hereditaria que recibimos de nuestros progenitores.

-Pero hay otras múltiples causas por las cuales en el cuerpo humano puede aparecer una zona de temblor. Eso se debe a que falla el control de una parte de nuestro cerebro, que son unos núcleos cerebrales profundos llamados ganglios de la base. El mal funcionamiento de esta parte profunda del cerebro aparece en enfermedades tan frecuentes como son la enfermedad de Parkinson u otro tipo de enfermedades degenerativas que serían los llamados parkinsonismos.

-Finalmente hay otro tipo de temblor que puede aparecer cuando envejece el cerebelo, que es el órgano que controla nuestro equilibrio y nuestra movilidad, de tal manera que si se produce una atrofia o un envejecimiento cerebeloso puede aparecer algo parecido a lo que llamamos un temblor, que no está en reposos, sino que aparece solo cuando movemos las extremidades.

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¿Debe preocuparnos el temblor de pulso?

Lo primero que nos comenta el doctor al respecto es que el temblor nunca es algo normal. "Puede parecer algo normal si sabemos que nuestro padre tenía temblor, o nuestro abuelo o nuestro hermano. Ese sería el temblor hereditario o esencial. Pero siempre sería necesario consultar con el neurólogo para averiguar cuál es la causa principal de ese temblor", nos sugiere el doctor, al que le preguntamos también por qué hay personas con mejor pulso que otras. "Lógicamente, quien no tiene temblor, tiene mejor pulso, y quien tiene temblor, tiene peor pulso. Y hay gente que tiene temblor muy discreto y gente que tiene temblor muy ostensible y fácilmente visible, que puede preocupar más al paciente. En ese caso conviene hacer la consulta con el neurólogo para tratar de averiguar cuáles son las causas de ese temblor", nos dice, y añade que aunque tengamos antecedentes familiares de temblor, siempre es necesario hacer una consulta con el neurólogo para saber qué ese temblor es esencial o familiar, y por lo tanto hereditario, u oculta otro tipo de enfermedad neurológica. Siempre.

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¿Hay diferentes tipos de temblor?

El neurólogo nos detalla que incluso en el envejecimiento normal y fisiológico, las personas mayores tienen un cierto temblor que se manifiesta principalmente cuando están más nerviosas, más estresadas, duermen mal o están más fatigadas, algo que no tiene nada que ver con ninguno de los tipos de temblor que hemos visto anteriormente. ¿Qué factores pueden incrementar un temblor? "Cuando una persona comienza a temblar, el temblor ya nunca va a desaparecer, podemos intentar reducirlo o aminorarlo, pero nunca desaparece. Incrementan el temblor el estrés, el nerviosismo, la fatiga, la falta de sueño, la ansiedad… y, por supuesto, el intento de autocontrol por parte del paciente, que quiere ocultar que su extremidad tiembla", nos explica.

¿Se puede llegar a controlar que nos tiemble el pulso?

La principal duda de quien padece este problema es si se puede llegar a controlar dicho temblor. "Hay tratamiento farmacológico para casi todos los tipos de temblor, pero solo va encaminado a reducir la intensidad del mismo, porque no puedes quitar de tu vida son los factores que precipitan o empeoran la aparición del mismo: estrés, fatiga, falta de sueño… Debe saber que cada vez que le ocurra algo de esto, su temblor va a aumentar. Si el tratamiento farmacológico para reducir, nunca curar el temblor, es insuficiente, se puede recurrir a tratamientos quirúrgicos, que van encaminados a mejorar el funcionamiento de esos ganglios de la base. Son básicamente dos: la estimulación cerebral profunda, que consiste en conectar un cable localizado en esos ganglios de la base a una pila, para modificar la intensidad del temblor. Y la otra es el tratamiento destructivo con lo que se llama HIFU, que va encaminado a conseguir el mismo resultado. Consiste en lanzar una serie de ultrasonidos que modifican el funcionamiento de esos ganglios de la base, pero que van a dejar siempre una lesión cerebral por quemazón, aunque el paciente nota mejoría notabilísima en el temblor sin que afecte a otras actividades motoras", concluye el doctor que apunta que, en definitiva, cuando un paciente tiembla, lo que tiene que hacer es consultar siempre con su neurólogo para definir cuál es la causa de su temblor y cuál es el mejor tratamiento para aliviarlo.