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mujer pensativa© Adobe Stock

¿Por qué en ocasiones nuestro pensamiento nos traiciona?

El objetivo es conseguir que nuestra mente no nos sabotee, algo que se puede conseguir siempre que aprendamos a conocernos mejor


Actualizado 7 de noviembre de 2022 - 9:40 CET

Aunque no lo creamos, es más habitual de lo que pensamos que nuestro pensamiento nos traicione y nos sabotee. Tratamos de avanzar hacia un punto, pero nuestra mente nos sabotea, no nos lo permite. ¿Por qué suele sucedernos? “El ser humano se caracteriza por funcionar con lo que denominamos el cerebro Triuno, es decir, tres cerebros en uno. Es decir, tenemos el cerebro reptiliano que es el cerebro más primitivo y funciona de manera automática, ya que es un animal de costumbres. El sistema Límbico, que es el cerebro emocional en donde hay órganos tan importantes como la Amígdala y el Hipocampo, que detectan los peligros y generan una red para hacer frente las amenazas entre otras cosas. Y el Neocortex Frontal, que es flexible y se encarga de la resolución de problemas y de la toma de decisiones, entre otras funciones. Lo que sucede es que estas tres partes del cerebro no siempre están de acuerdo y ahí viene el conflicto”, nos comenta la psicóloga Stella Castro de Mundopsicologos.com.

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¿De qué formas suele traicionarnos?

La especialista nos detalla que nuestro cerebro aprende determinados patrones. “Por ejemplo, si llegamos tarde a una reunión importante, imagina que nuestro jefe puede despedirnos y nos quedaremos sin trabajo. Esto conlleva que anticipamos desde nuestro sistema límbico una amenaza imaginaria que nos puede llevar a un sistema de alerta constante que posteriormente desencadenará, si esto se mantiene en el tiempo, en un ataque de ansiedad. Esto ha sucedido, al haber elucubrado una situación ficticia futura que en ningún caso ha pasado y asi sucesivamente, se van disponiendo episodios. Tenemos dentro de nosotros lo que los psicólogos llamamos nuestro ‘Crítico interno’, que son una serie de aprendizajes negativos que cuando empiezan a exteriorizarse de manera constante no podemos pararlos”, nos detalla.

Mentes más saboteadoras que otras

Lo que está claro es que hay personas con una mente más saboteadora que otras. ¿Por qué motivo? “Sí, hay personas que tienen un crítico más cruel que otras. Esta parte que nos critica tiene mucho que ver con diversas causas”, nos comenta la psicóloga, que nos las detalla:

-La primera, si somos personas muy perfeccionistas con expectativas altas, vamos a tener más malestar interno porque no vamos a estar nunca contentos con lo que hacemos. Cuando hayamos logrado una meta, querremos otro, y querremos otra y esto no tiene fin. Es como una gran escalera de caracol, que cuando llegamos una planta querremos subir a la siguiente. Sin embargo, cuanto más alto vamos subiendo más nos cuesta llegar arriba porque la crítica es aún más fuerte.

-Por otra parte, también depende de la sensibilidad, personas con un alto grado de sensibilidad reciben peor las exigencias de su cerebro porque su autoconcepto y su autoestima se merman con más facilidad al no recibir la respuesta apropiada a su esfuerzo. Esto merma su autoeficacia, que es el de juzgarnos capaz de realizar algo y empiezan a sentirse poco válidos en su tarea o profesión.

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Cómo debemos actuar

Cuando sentimos que nuestro pensamiento nos está jugando una mala pasada, nos está traicionando en realidad, ¿cómo debemos actuar? “Cuando una persona empieza a darse cuenta del boicoteo de su cerebro, es muy importante expresarlo de manera verbal, escribirlo, ponerlo fuera y darse cuenta de lo que nos hace daño. Y a partir de aquí, ser conscientes de la repetición constante de ese pensamiento que nos sobreviene y poder pararlo. Si esto llega un momento que se convierte en algo insoportable, hay que buscar la ayuda de un psicólogo para poder salir del malestar porque puede ser que esto lleve mucho tiempo arraigado en la persona y sea ya complejo parar el sufrimiento”, nos recomienda.

El objetivo es conseguir que nuestra mente no nos traicione, algo que se puede conseguir siempre que aprendamos a conocer a nuestro crítico y hacia donde es más exigente. “La realidad de nuestra mente, a veces, es más clara en la medida que estamos más atentos a lo que nos sucede. Si, vamos poco a poco dándonos cuenta hacia donde se dirige con más insistencia la respuesta es más eficaz y clara para la mejora”, concluye.