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istock  chica amapola© iStock

¿Te atacan por tus virtudes? Puedes sufrir el síndrome de la amapola alta

Ocurre cuando otra persona no soporta que destaques en algo o que cuentes con cualidades que envidia. Sufrir este síndrome puede limitarte, además de afectarte emocionalmente. La mejor defensa es no dejar de ser tú.


Actualizado 4 de noviembre de 2022 - 12:34 CET

Hay personas que ven con buenos ojos que otros destaquen y hacen lo posible para tapar las habilidades, las aptitudes, las iniciativas o alguna cualidad personal o física de los demás o alguien a quien puedan considerar un rival. Pueden ser compañeros de trabajo, amigos o, incluso, familiares. La persona que recibe este menosprecio se siente impotente, mal. ¿Qué hacer para superar lo que los expertos en psicología llaman 'síndrome de la amapola alta'? El psicólogo José Martin del Pliego nos ayuda a identificar este síndrome y nos da todas las claves para que nadie menoscabe nuestra calidad de vida y nuestro deseo de hacer las cosas bien.

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¿En qué tipo de personas aparece el síndrome de la amapola alta?

Cualquiera sufrir este síndrome. Solo tienes que tener algo que, de alguna manera, te haga destacar. No hablamos de grandes dotes, ni de éxitos especiales, solo algo en ti que te haga recibir cierta atención, en algún área y que eso active la hostilidad de los demás.

Ciertas características de tu físico, algo de tu forma de ser, ciertos rasgos atractivos de personalidad, liderazgo, éxito laboral o personal… Todas estas cualidades pueden causar una emoción altamente negativa en otra persona, que hace que, sin motivo racional aparente, se sienta en la necesidad de agredirnos de una manera u otra.

La clave está en la desbordante emoción negativa que le genera al otro tus cualidades, obsesionándose contigo y con ese punto fuerte.

- Leer más: Los rasgos y características de una mala persona

¿Cómo identificar que alguien te está despreciando por tus aptitudes?

Si eres objeto de este síndrome, podrás notar varias conductas de acoso, más o menos encubiertas, que se irán potenciando con el tiempo:

  • Te criticarán en cuento tengan ocasión, generando una campaña en tu contra.
  • Es fácil que se inventen cosas, o que exageren otras que haces mal.
  • Serás objeto de burla en cuanto tengan un pequeño motivo para hacerlo.
  • Te ridiculizarán si pueden y ocuparán mucho tiempo y energía en eso.
  • Quitarán importancia a esos logros obtenidos o tratarán de restarte méritos.
  • Si se dirigen a ti, lo pueden hacer con bromas y sarcasmo, pero evitarán ser directos. Actúan de forma soterrada.
  • Si están muy activados, pueden darse en algunos casos estallidos de ira injustificados y desproporcionados por toda esa rabia acumulada.

¿Cuál es la diferencia con el mobbing?

El mobbing se parece mucho al síndrome de la amapola alta, pero este se da más en el entorno laboral y no siempre está relacionado con que la persona destaque en algo de forma positiva. Hay más variedad de motivos para este ataque.

Las herramientas que usa el mobbing, por tanto, son variadas. Por ejemplo, suele caracterizarse por lo siguiente:

  • Hace que la víctima realice trabajos para los que no está preparada, sobrecargándola hasta la saturación.
  • Le obliga a hacer una tarea que resulta tediosa.
  • Obstaculiza la comunicación para que no pueda interaccionar de forma adecuada con el entorno.
  • A veces hay insultos o agresiones verbales por parte de esos jefes o compañeros, criticándoles en muchas ocasiones en su ausencia o ignorando su presencia, generando en ellos cierto aislamiento social.
  • El mobbing, además, puede generar serios problemas de salud mental.

- Leer más: Trabajo: cómo evitar las relaciones tóxicas con los compañeros de trabajo

¿Cuál es el perfil de persona que desprecia a otra por sus cualidades?

Al ser humano, la presencia del otro nos activa nuestras propias emociones. A este tipo de sujetos, la persona con éxito le recuerda sus propias limitaciones, sus puntos débiles y una más que segura baja autoestima, disparando un fondo hostil y agresivo, con el que tratan de tapar sus propios agujeros emocionales.

Buscan, de alguna manera, el alivio, la seguridad y el control que les proporciona podar esa amapola que luce tanto, con una emoción tan activadora como es la ira. Esa hostilidad hacia el otro se mantiene con unos rasgos con tendencia a la obsesión y a la psicopatía. En general, le da igual lo que el otro sufra con sus maniobras.

¿Qué podemos hacer para protegernos si sufrimos el síndrome de la amapola alta?

Las personas que sufren el síndrome puede sufrir alteraciones en el estado de ánimo, baja autoestima y ansiedad. Pueden intentar no destacar demasiado para evitar estos ataques, o simplemente hacen esfuerzos por pasar desapercibidos, o dejan de ser ellos mismos, ante el estrés que puede generar la actitud del agresor.

Tener consciencia de lo que pasa es el primer paso para protegernos. No permitir que los ataques impidan nuestro derecho a ser nosotros mismos, al éxito y a gustar. Centra tu atención en todos aquellos que nos ven de forma positiva y aprende a manejar las emociones que tratan de generar en ti esos agresores.

A estos es difícil pararles, así que evita solucionar nada con ellos, porque no vas a poder, ni a aclarar los rumores que generen en tu contra. Distánciate de ellos y no gastes energía. Ten en cuenta que sufren por lo bueno que tienes, así que esa es la mejor defensa que tienes: seguir siendo tú.

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