Para ser una #ThatGirl, la tiktoker Kaylie Stewart (@kaylieestewart) se despierta antes de las ocho de la mañana. Tras hacer su cama y, al margen de cualquier pantalla de teléfono móvil u ordenador, organiza su agenda mientras bebe un café que le ayuda a coger energía para quitarse el pijama y enfundarse en la ropa de workout con la que practica ejercicio antes de prepararse un buen desayuno detox con batidos y huevos revueltos. Después, hace la compra semanal y llena su cesta de brócoli, fruta y otros alimentos verdes. El vídeo en el que relata esta rutina mañanera suma más de 900 mil visualizaciones, pero el hashtag bajo el que se encuentra, #ThatGirl, cuenta con más de seis billones de búsquedas en la red social.
#ThatGirl se ha convertido en uno de los fenómenos más virales de TikTok. Bajo esta denominación nació el año pasado con un objetivo claro, el de empujar a las usuarias a sacar la mejor versión de sí mismas, o lo que es lo mismo para las seguidoras de la tendencia, a despertarse temprano, comer sano, dedicar tiempo al ocio y a los hobbies y, trabajar o, en su defecto, estudiar. La imagen que se presenta de los perfiles que se han apuntado a ser #ThatGirl muestra una vida idílica en la que hay tiempo para todo y en la que, también, cada una de las rutinas diarias podrían ser fotografiadas para adornar los muros más estéticos de Instagram.
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Si esta corriente viral cuenta con numerosos beneficios que motivan y ayudan a sus usuarias a seguir un ritmo de vida más disciplinario y a marcarse objetivos que les ayudan a alcanzar el bienestar, también, como casi cualquier fenómeno que se alza en fama pronto en redes sociales, ha recibido grandes críticas por tratar de crear un arquetipo de mujer idealizada.
#ThatGirl, una tendencia polémica
Es irrefutable que cada una de las pautas que enseñan los vídeos estimulan a llevar una vida mucho más sana a quien los vea. El hecho de encontrar alegría y satisfacción en esos pequeños momentos y de, además, romantizarlos adornándolos con puestas en escena que parecen una producción o un montaje, ya logra que, lo que parecía solo esfuerzo, termine viéndose como algo armónico y bonito. Sin embargo, los detractores de esta tendencia han advertido de que, en lugar de empoderar a las mujeres y empujarlas a sentirse mejor, el #ThatGirl podría provocar el efecto contrario. La autoexigencia podría jugar en contra de muchas de las personas que, al ver esos vídeos y no estar siguiendo todas las pautas que marcan, merman su autoestima y aumentan la inseguridad y desconfianza que sienten en ellas mismas. Es decir, aparece la culpa como respuesta ante la imposibilidad de seguir el ritmo de las chicas de los vídeos.
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Las alemanas Jana y Amelia (@everpeachy) también son dos de las responsables de una de las publicaciones #ThatGirl que más destacaron en visualizaciones. Ellas añadieron el cuidado facial y los paseos a su rutina, pero escribieron acompañando al vídeo que se trata, solamente, de un hábito eventual, que siguen algunos días y no cada mañana, puntualización que también han señalado muchas otras influencers de la red social en los textos que acompañan, o que también protagonizan, las frases que aparecen en sus posts.
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Otras como Natalia (@nataliaaseliger), han sido más radicales y han denunciado en sus publicaciones los peligros que el #ThatGirl puede tener para la sociedad. Como creadora de contenido ha querido recalcar la importancia que tiene permitirse no cumplir todos los cánones y los códigos que se supone que abandera el #ThatGirl, permitiéndose estar mal o cansada muchos días.
Si comenzó siendo una inocente tendencia que buscaba el bienestar de las usuarias, ahora sus claroscuros no hacen más que cuestionar este movimiento. Perpetua los estereotipos a los que las mujeres siempre han estado sometidas en la historia (trabajar, cuidarse o comer sano), pero también se dirige a una clase social determinada, ya que no todas las usuarias pueden permitirse gastar dinero en comer siempre alimentos frescos o de temporada ni otros productos y lujos que aparecen en los vídeos.
El #ThatGirl que se reivindica ahora trata de buscar la sintonía idónea entre las mujeres que pretenden un cambio en su vida siguiendo pautas como las que se muestran en los vídeos y aquellas que, también, disfrutan de una cena con amigos, lloran, salen de fiesta una noche de discoteca o practican deporte en el garaje de su casa. Ya son muchas las usuarias que están subvirtiendo el concepto y publicando vídeos en los que muestran días a días reales de sus rutinas con un objetivo claro: que cada una pueda hacer lo que se vea capaz y quiera.