¿Qué puede haber más relajante que llegar a casa y desconectar del día en tu baño? ¿O comenzar el día con una ducha vigorizante? Pues si esto resulta un placer, hacerlo con unas gotas de aceite esencial de plantas en el agua o en un difusor incrementa el disfrute, calma tu mente o te llena de energía. Estos efectos se deben al poder de la aromaterapia.
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El olfato es uno de los sentidos más importantes. Conecta directamente con el cerebro, en concreto, con el área que regula las emociones y gracias a él podemos sentirnos bien, mal, identificar el peligro o recordar. Conscientes de ello, generaciones anteriores como los griegos ya utilizaron el aroma de las plantas para despertar y provocar una respuesta en el organismo. Y así nació la aromaterapia, una terapia complementaria que tiene la capacidad de estimular o relajar cuerpo y mente.
Estas fechas otoñales de cambios de temperatura y estado de ánimo más bajo, es el mejor momento para recurrir a esta medicina alternativa barata y natural.
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¿Cómo crear un spa en casa?
Cuando desees relajarte, no hay nada mejor como un baño caliente, aderezado con unas gotitas de aceites esenciales, sales o jabones de burbujas, ya que, no solo incrementan el efecto relajante, sino que el aroma que desprenden te ayudarán a sentirte mejor. Es muy importante que crees un clima agradable (puedes hacerlo con música relajante, velas o inciensos) y que dispongas de tiempo suficiente para entregarte a este momento con tranquilidad y sin prisas.
El agua no debe sobrepasar los 37 grados centígrados aproximadamente y no debes prolongar el baño a más de unos 20 minutos. Posteriormente, date una ducha combinando agua caliente, tibia y fría. Si después nutres tu piel con tu crema hidratante habitual, verás como te sientes como nueva. Y lo más importante, si lo haces por la noche dormirás como un bebé y te despertarás con más energía y dispuesta a afrontar cualquier situación durante tu jornada laboral.
También puedes beneficiarte en tu propio baño de lo que en los centros de hidroterapia llaman ducha escocesa. No tienes más que ducharte con agua fría y caliente alternativamente y dejar que los chorros (preferentemente de agua tibia) caigan a presión sobre tu espalda y cervicales. Con esto, no sólo lograrás reanimarte y recuperar las energías perdidas, sino que tonificarás y reafirmarás tu piel y le harás un gran servicio a tu sistema vascular.
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¿Qué tipo de aceite utilizar?
Existen muchos tipos de aceites y mezclas esenciales de plantas y otros vegetales elaborados con un fin u otro. Así, cuando se recurre a esta medicina natural, es fundamental elegir el aroma de acuerdo al efecto que se quiere conseguir. Por ejemplo, si se tienen problemas de sueño, conviene inclinarse por aromas relajantes como la lavanda, la bergamota o la melisa con difusores eléctricos que controlen la dispersión del aroma. La albahaca y la menta en quemadores de esencias son perfectas para estimular la concentración. Si se busca un plus de energía, los olores de frutas, como el limón o la naranja, tendrán un efecto vigorizante. Si lo que se busca es crear una sensación confortable, nada mejor que el sándalo.
Si no tienes estos aceites pero sí plantas medicinales, puedes infusionarlas y añadirlas al baño o, si se trata de frutas, cortarlas en rodajas y añadirlas al agua. Estass son algunos de las plantas que puedes utilizar y sus beneficios:
- Eucaliptus. Purificador ambiental, previene del asma, bronquitis y alergias además de ser un potente expectorante para fumadores.
- Menta. Estimulante, revitalizante y refrescante, previene el dolor de cabeza, estrés y náuseas.
- Lavanda. Antidepresivo y relajante. Efectivo para la hipertensión, ansiedad e insomnio. Recomendado para la migraña.
- Limón. Potente antiséptico. Refresca y descongestiona.
- Manzana. Potenciador de la memoria. Excelente inhibidor de malos olores.
- Bergamota. Tranquilizante. Ayuda en los casos de estrés, irritación o pesimismo.
- Mandarina. Refresca y purifica el ambiente. Antidepresivo y relajante.
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