¿Quieres fortalecer tu cuerpo este otoño? Toma nota de los 'antibióticos' más naturales

¿Funcionan los remedios naturales como antibióticos o para los alimentos para prevenir infecciones? Durante mucho tiempo ha sido un tema controvertido. Por ejemplo, de siempre se ha dicho que el zumo de naranja podía ayudar a prevenir la gripe o el resfriado. Hoy se sabe que no es así, nos cuentan desde Arkopharma, pero sí se ha visto que puede acortar el proceso gripal o catarral. Por lo que se sigue recomendando tomar alimentos ricos en vitamina C, como son los cítricos, cuando llega el frío y abundan los virus. 

Además de esta vitamina, hay otros alimentos que por su composición nutricional nos ayudan a combatir los rigores del frío. No nos van a curar, esto hay que tenerlo claro, pero sí contribuyen a que nuestro organismo esté más fuerte. Como nos explican desde Altrient, estos alimentos y plantas cuentan con propiedades antisépticas y antibacterianas que refuerzan el sistema inmune y frenan el crecimiento de agentes externos en nuestro organismo. 

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Equinácea

Es uno de los mejores antibióticos naturales. Esta planta es muy efectiva a la hora de eliminar bacterias que atacan al organismo, especialmente en zonas como la boca y la garganta. Luz García Toro, de Arkopharma, nos explica que se ha demostrado su actividad inmunoestimulante en diversas afecciones relacionadas con debilidad o una deficiencia inmunitaria. Los expertos recomiendan tomarla entre 1 y 3 meses desde el comienzo del invierno para prevenir las infecciones de repetición.

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Alimentos fermentados 

Los inmunobióticos son aquellos microorganismos vivos probióticos capaces de modular el funcionamiento del sistema inmunitario de una forma favorable, nos explica la Dra. Sari Arponen, miembro del equipo científico de Nutribiótica. Para obtenerlos mediante la alimentación, hay que consumir alimentos fermentados, pero el inconveniente en estos casos en que no sabemos qué cepas estamos obteniendo. Y es que, no todas las cepas producen el mismo efecto en el cuerpo y en función de la persona se necesitará una u otra. “Los probióticos deben seleccionarse en función de su acción específica inmunobiótica”, indica la doctora. Algunos de los más conocidos, como L. rhamnosus gg, L. casei y L. paracasei, son muy inmunobióticos.

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Cúrcuma

Los beneficios de esta especia se debe a sus mecanismos antioxidantes y antiinflamatorios. Según un estudio realizado por el departamento de Nutrición de la Universidad Cental de Michigan, en EE.UU, estos se logran mejor cuando la curcumina se combina con agentes como la piperina, que aumentan significativamente su biodisponibilidad. Este mismo trabajo indica que puede ayudar en el control de las afecciones oxidativas e inflamatorias, el síndrome metabólico, la artritis, la ansiedad y la hiperlipidemia. También puede ayudar en el manejo de la inflamación y el dolor muscular inducidos por el ejercicio, mejorando así la recuperación y el rendimiento posterior en personas activas. Además, una dosis relativamente baja puede proporcionar beneficios para la salud de las personas que no tienen enfermedades diagnosticadas, por ejemplo, para prevenir infecciones o mejorar la salud en general. 

Ref.Curcumin: A Review of Its’ Effects on Human Health. Foods. 2017 Oct; 6(10): 92. Published online 2017 Oct 22. doi: 10.3390/foods6100092

Ajo

Es un ingrediente que eliminará la infección gracias a sus propiedades antimicóticas. Se recomienda tomar dos dientes de ajo al día, ya sea en comidas o en comprimidos mezclados con agua. Según un estudio publicado en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy, un compuesto en el ajo llamado sulfuro de dialilo es hasta 100 veces más efectivo para resistir la bacteria Campylobacter. Campylobacter es una de las principales causas de enfermedad intestinal, explican desde Kinoko Life. 

Ref. Antimicrobial effect of diallyl sulphide on Campylobacter jejuni biofilms. Journal of Antimicrobial Chemotherapy, Volume 67, Issue 8, August 2012, Pages 1915–1926, https://doi.org/10.1093/jac/dks138

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Cebolla

Sus propiedades antiinflamatorias ayudarán sobre todo con infecciones respiratorias. Además, mezclada con lavanda facilita la relajación, lo que la hace ideal para conciliar el sueño. Este alimento, además de ser una buena fuente de vitaminas, minerales y fibra, contiene antioxidantes, como la quercetina y unos compuestos de azufre que ayudan a respirar mejor. 

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Alimentos ricos en vitamina C

Contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario y a una normal formación de colágeno para el funcionamiento adecuado de la piel, los vasos sanguíneos, los huesos, cartílagos, encías y dientes. Contribuye al normal funcionamiento del sistema nervioso, a combatir el cansancio y la fatiga y a proteger las células contra el estrés oxidativo. Además, los alimentos ricos en vitamina C (cítricos, verduras y hortalizas de colores rojos, amarillos o anaranjados, verduras de hoja verde) suponen una ayuda o un tratamiento preventivo ante posibles infecciones víricas, explican desde Altrient.   

Jengibre

Ayuda tanto a combatir las bacterias malignas, como a generar bacterias benignas, lo que hace que sea un doble tratamiento. Se puede consumir tanto en infusiones, como la raíz rallada para ensaladas o cremas. Como explica Amanda Dutruc, farmacéutica de DosFarma, tiene propiedades que combaten la congestión y muchos de los síntomas del resfriado (tos, flemas...)

No te olvides de llevar un estilo de vida sano 

Por último, y como nos recuerda la Dra. Sari Arponen, no podemos olvidarnos de aquello que nos ayuda a estar más fuertes. "Para evitar que el sistema inmunitario se desequilibre y seamos más susceptibles de resfriarnos, debemos llevar una alimentación a base de comida real, siguiendo una dieta pesco-mediterránea o atlántica; comer no más de 2-3 veces al día llevando a cabo un ayuno nocturno adecuado, de mínimo 12 ó 13 horas; realizar ejercicio físico al ser posible en un entorno natural, siendo lo ideal andar un total de 15.000 pasos al día; controlar el estrés crónico, teniendo en cuenta que el uso y abuso de los dispositivos digitales es uno de los principales causantes del mismo; un adecuado descanso, etc.", concluye. 

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