La razón por la que algunas personas sufren hormigueo y la debilidad en las extremidades como las manos o los pies suele ser el pinzamiento de algún nervio o una contractura. Sin embargo, en algunos casos, afortunadamente, poco frecuentes, puede deberse a una enfermedad. El síndrome de Guillain-Barre (SGB) puede causarlas. La causa más grave de esta patología requiere hospitalización y tratamiento, ya que podría llegar a ser mortal. Este síndrome puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, es más común que aparezca en mayores de 50 años. Esto es lo que le ocurrió a la que fue presentadora en Informativos Telecinco, la periodista Sol Villanueva. Ella misma ha explicado que ha pasado 16 meses hospitalizada en el Hospital de Parapléjicos de Toledo y, como ha narrado en su libro 'Toledo 1520-2022' (JS Ediciones), no podía mover ninguna parte de su cuerpo, excepto el dedo gordo del pie. Sin duda, una enfermedad devastadora de la que, afortunadamente, se ha recuperado. Te explicamos qué es, los síntomas y cuál es el tratamiento.
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¿Qué es el síndrome de Guillain-Barré?
"Se trata de una enfermedad en la que el sistema inmune de la persona ataca los nervios periféricos, que son los encargados de recoger la información sensitiva de la piel y de enviar los estímulos a los músculos para que se contraigan", explica el Dr. Mario Riverol Fernández Especialista en Neurología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
"Los primeros síntomas se manifiestan con hormigueo y debilidad en las extremidades", continúa el especialista. En general, las personas que padecen este síndrome suelen experimentar los síntomas durante semanas o meses, después estos remiten y se recuperan totalmente.
Sin embargo, en ocasiones, la debilidad y el entumecimiento puede afectar a otras partes del cuerpo, como a los brazos, los músculos del tronco, los nervios craneales y los músculos de la respiración.
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Causas del Síndrome de Guillain-Barré
Se desconoce qué puede causar esta afección. Pero se sospecha que podría estar relacionado con haber padecido previamente una infección. Y es que se ha visto que la mayoría de las personas que lo sufren, refieren haber pasado por una infección gastrointestinal o respiratoria en las semanas anteriores a experimentar los síntomas del Síndrome Guillain-Barré.
Por ejemplo, haber sufrido una infección bacteriana por Campylobacter jejuni aumenta el riesgo de sufrir esta dolencia. Otros virus, como el de la influenza, que causa la gripe, o haber tenido COVID también puede desencadenar el síndrome.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
En el caso de sufrir hormigueos en las manos o pies, sobre todo, tras haber padecido una infección, es importante acudir al médico para que valore la situación del paciente y pueda realizar un diagnóstico. Como nos cuenta el especialista de la CUN, "este es fundamentalmente clínico, es decir, por los síntomas que desarrollan las personas afectadas el médico puede sospechar que se trata de este SGB".
También puede ser necesaria realizar una valoración de los nervios periféricos. En este caso, el especialista puede solicitar otras pruebas, como el análisis del líquido cefalorraquídeo u otros estudios neurofisiológicos que ayuden a determinar si efectivamente existe este daño y cuál es el nivel de gravedad.
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¿Cuál es el tratamiento?
Como decíamos, el SGB suele remitir en pocas semanas y el paciente se recupera completamente. Sin embargo, en ocasiones se puede experimentar casos más graves de la enfermedad. Estos pacientes van a necesitar ser hospitalizados.
Pese a que no hay cura, el intercambio de plasma e inmunoglobulinas en altas dosis para bloquear los anticuerpos que provocan este síndrome ayuda a reducir la gravedad de la dolencia y acortar los síntomas.
También es probable que los pacientes reciban medicación para reducir el dolor y para evitar coágulos sanguíneos si el paciente está inmóvil.
"En muchos casos, los síntomas suelen ser leves y se recuperan con el tratamiento adecuado. No obstante, algunos pacientes tienen síntomas graves y secuelas que requieren rehabilitación física de forma prolongada", concluye el neurólogo Mario Riverol Fernández, de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
