La apuesta por las bicicletas en las ciudades como medio de transporte va ganando cada vez más peso. Son muchas sus ventajas: es un medio sostenible con el que, además de desplazarte a tu destino, te mantienes en forma. Lo cierto es que desde 2019, el uso de la bicicleta dentro de las localidades ha crecido en España más de un 40%. Eso sí, hay que usarlas con responsabilidad, siendo conscientes de que es importante mantener una serie de consejos básicos para mejorar la seguridad vial y movernos en bici por la ciudad sin demasiadas preocupaciones, tal y como resumen los expertos de Kleta, la startup de suscripción de bicicletas, que han recopilados los consejos útiles para sacar partido a la bici en la ciudad con total seguridad.
- Ojo con los semáforos y la señalización. No debemos olvidar que al igual que el resto de vehículos que circulan en una ciudad, las bicicletas deben seguir la regulación de las señales de tráfico y los semáforos. “Los carriles bici también tienen su propia señalización que, como el resto, debe ser respetada. Es una cuestión de seguridad, porque saltarse un semáforo en rojo puede causar una colisión con un vehículo que venga de una intersección o puede ocasionar un accidente con un peatón”, señalan.
- Bien iluminada y con timbre. Los expertos señalan que este es un consejo básico para la seguridad del propio ciclista. Por ello, las bicicletas deben tener sistemas de iluminación que permitan ser visto al ciclista con más facilidad. Obviamente, esto es imprescindible en las horas de menos luz, pero no solo. Sirve para todo el día, ya que la iluminación, a pesar de estar a pleno sol, ayuda al resto de conductores a ver una bicicleta. Y junto con la luz, el timbre, otro elemento de seguridad de gran importancia: avisa de nuestra posición en caso de necesitarlo y es algo que ayuda a peatones u otros vehículos a percatarse de nuestra presencia.
- Señalizar nuestros movimientos, fundamental. No vamos nosotros solos por la ciudad, hay otras motos y coches a nuestro alrededor, que, obviamente, no tienen forma de conocer nuestras intenciones. Es el momento de usar los gestos, que ayudan a mostrar si se va a frenar o a girar. “Si el desvío es a la izquierda, el ciclista debe estirar el brazo izquierdo hacia ese lado, avisando del cambio. Para la derecha existen dos opciones: hacer lo mismo, pero con el brazo derecho o levantar el brazo izquierdo haciendo un ángulo de 90 grados. En caso de frenar, se estira el brazo izquierdo y, con la palma mirando al suelo, se hacen gestos cortos arriba y abajo”, nos detallan.
- Mejor por carril bici. No siempre es factible, pero cada vez hay más opciones. Y es que cada vez son más los kilómetros de carril bici que existen en España. Actualmente, las principales ciudades españolas suman ya más de 1.000 kilómetros, y siguen subiendo. Por eso, siempre que sea posible, los ciclistas deberían usar este espacio preparado para ellos, básicamente por dos motivos: son mucho más seguros y cómodos para el ciclista y además, en muchas ocasiones, suelen ser caminos mucho más rápidos que los propios carriles de circulación al tener menos semáforos o preferencia.
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- No vayas por la acera. Debes tener también en cuenta que está prohibido circular por las aceras, pues se pone en riesgo la seguridad de los viandantes, a la vez que el ciclista se arriesga a sufrir una multa. Si te ves obligado a atravesar una acera o desplazarse durante unos metros por ella, lo que tienes que hacer es bajarte de la bicicleta y caminar con ella sujeta hasta abandonar el pavimento de los peatones.
- Medidas de seguridad. “Circular en bicicleta es una magnífica opción para desplazarse por la ciudad. Pero esto no está reñido con tomar una serie de medidas de seguridad. Algunos consejos son básicos como llevar un casco, pero también es una buena opción llevar unos guantes que nos protejan las manos en caso de caída. Por supuesto, es muy importante mantener siempre la atención poniendo ojos y oídos en la ruta, por lo que está prohibido el uso de auriculares, con los que se pierde la atención en la carretera y no percibimos lo que nos rodea”, explican.
- La importancia de planificar la ruta. Si vas a viajar en coche o en otro transporte público, planificas tu ruta, ¿verdad? Pues con la bicicleta tienes que hacer lo mismo. Se trata de ver qué calles tienen carril bici y cuáles no para escoger las más seguras; y puedes buscar también qué vías suelen tener menos tráfico y cuáles son mejores para ir con la bici; o, incluso, conocer si algunas tienen fuertes desniveles.
- 0’0% de alcohol. Al igual que sucede cuando conduces, la bicicleta y el alcohol son incompatibles. Conducir bajo los efectos del alcohol es muy peligroso porque nuestras capacidades se reducen, lo que puede desembocar en accidentes que pongan en riesgo la vida propia y la de otras personas, multas al margen. Es una cuestión de sentido común.
- Tener el material en óptimas condiciones. “Igual de seguro es llevar puesto el casco, como tener la bicicleta en buen estado. Lo primero, hay que vigilar que las ruedas estén correctamente hinchadas. Hay que ser conscientes de que el único elemento que está en contacto con el suelo son los neumáticos, por lo que deben estar en óptimas condiciones”, apuntan. E inciden en que lo mismo ocurre con los frenos, son el primer sistema de seguridad ante un imprevisto, así que se recomienda frenar simétricamente, con los dos frenos a la vez, y si el usuario siente algo fuera de lo normal al frenar, hacerle un mantenimiento a la bici. Otros elementos como la cadena, los pedales, el sillín o el manillar deben pasar también una revisión periódica, y en el caso del sillín y el manillar, asegurarse que están a la altura correcta de cada usuario, para mayor comodidad y evitar lesiones de rodilla.
- La cesta, un buen accesorio. Hay recorridos que son más largos, puede hacer calor si es verano o podemos tener cualquier imprevisto, es por eso que es una ventaja tener una bici con cesta para llevar un botellín de agua o lo que se necesite a mano para evitar situaciones e imprevistos que puedan surgir en la ciudad.