A veces cuando presentamos problemas leves oculares como párpados inflamados, orzuelos, ojos rojos, irritación ocular, picor ocular o conjuntivitis aplicamos remedios caseros de cultura popular, como es la manzanilla. Tal vez en alguna ocasión te hayan recomendado su uso con esta finalidad. Pero, ¿es una buena opción o tal vez deberíamos recurrir a otras opciones?
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Un remedio casero muy utilizado desde la antigüedad
Sin duda, la manzanilla es una de las plantas medicinales más habituales en nuestros botiquines caseros. “La manzanilla, o hierba Chamaemelum nobile, es conocida en la medicina tradicional por emplearla ante diferentes afecciones leves, siendo las más comunes aquellas relacionadas con problemas digestivos (vómitos, diarreas, malas digestiones, gases, búsqueda de mejora de la digestión), problemas tegumentarios o piel, oculares, incluso de ansiedad o ‘nerviosismo’ puntual; y suele encontrarse en diferentes presentaciones como infusión, en perfume o cosméticos, en aromatización”, nos cuenta Marta Fernández Batalla, Doctora en Ciencias de la Salud, Enfermera Especialista en familia y Comunidad en EAP Torres de la Alameda de la Comunidad de Madrid y Directora de CODEM Educa.
La experta destaca sus propiedades principales antiinflamatorias, antibacterianas y antiálgicas (para aliviar el dolor). "Por ello, se ha confiado que sus propiedades podrían mejorar afecciones leves a nivel ocular. Sin embargo, no es lo mismo tomar una infusión que su aplicación local donde su efecto es mínimo o nulo según demuestra la evidencia científica", nos detalla la experta.
Pese a todo, la manzanilla durante años ha sido utilizada en alteraciones leves oculares de forma local sobre el órgano ocular. “No es lo más recomendable para limpiar el ojo o manejar una afección en este órgano, por su baja evidencia como terapia ante problemas de salud y por el riesgo a presentar una complicación por su uso, especialmente cuando se aplica de forma tópica en la piel o en el ojo. Es decir, que ante el balance beneficio-riesgo se ha de tener cuidado y emplear otros métodos más seguros. Y, aunque parezca que la manzanilla es inofensiva, no es una sustancia estéril; puede contener bacterias, tanto en sus flores como en las bolsas infusionables (quizás en menor proporción), lo que predispone a un riesgo de infección ocular y empeoramiento de la situación clínica”, nos cuenta la experta.
E insiste en que la medición de cantidad que se aplica no es precisa, no conociendo qué cantidad de “sustrato esencial o principio activo” se está aplicando y menos cuánto se absorbe a nivel sanguíneo (dudando de que se produzca la absorción tópica). Y, por otra parte, ante este uso sí que nos exponemos a riesgos de que la infusión esté contaminada de diferentes organismos, empeorando la afección ocular (en especial cuando ya la piel ocular, del párpado está dañada, desprotegida, inflamada).
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¿Por qué razones no se suele recomendar su uso?
“Es cierto que, la cultura popular y sus remedios caseros han sido útiles a lo largo de la historia de la humanidad, pues han hecho que a día de hoy estemos aquí, pero también ocasionaban más problemas o efectos secundarios que las terapias desarrolladas en las últimas décadas. Por ello, es recomendable aquellos tratamientos más actualizados con una evidencia científica y seguridad clínica-sanitaria reconocida”, nos detalla la experta, que cuenta que existen algunos estudios sobre la manzanilla, pero no se ha demostrado científicamente que sus supuestas propiedades cumplan con el propósito de salud por los que se aplica. Y ante la falta de evidencia científica que respalde que las propiedades que posee sean efectivas ante problemas de salud, se suele indicar otros tratamientos.
“Claro que, en muchas ocasiones, se puede tomar la manzanilla en infusión de forma segura, donde se hierve el agua y sirve para el control de sintomatología de problemas gastrointestinales leves. No obstante, a nivel local como se ha mencionado antes, puede producir en la piel o en el órgano ocular infección, mayor irritación, incluso quemaduras por la forma de aplicarlo. Además, su absorción local por el torrente sanguíneo es muy baja o nula, así como que no conocemos la cantidad de extracto o principio activo que se desprende de cada infusión, evidenciando que a nivel tópico esta planta carece de resolución efectiva para este problema de salud. En resumen, la manzanilla puede tener algún alivio a nivel digestivo cuando lo tomamos vía oral, pero en vía tópica para la limpieza o alivio de afecciones oculares no se recomienda por los riesgos asociados que conlleva la práctica”, detalla la experta.
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Recomendaciones útiles
¿Qué recomendaría la experta para realizar un lavado ocular en casa en el caso de que sea necesario? “Si en algún momento nos decidimos por limpiar el ojo afectado con una infusión de manzanilla se ha de tener en cuenta que, lo principal es hervir el agua y dejarla reposar entre 10-15 minutos para que desprenda las sustancias de la misma y a la vez la dejamos enfriar un tiempo suficiente, para evitar una quemadura en la piel del ojo o alguna lesión en el globo ocular por elevación de la temperatura, pues recordemos que es una estructura sensible”, nos explica, y añade que es más conveniente que la infusión sea de bolsas (las que se suelen comprar en supermercados), ya que las flores pueden presentar más organismos, desinfectantes tóxicos o irritativos u otros elementos que compliquen la situación.
Después, comenta que una vez que ya se haya templado o enfriado la infusión de manzanilla, se empapan unas gasas estériles en la misma y se colocan durante 10 minutos, aproximadamente, sobre los párpados. También, se pueden lavar los ojos de forma externa con esta infusión, como cuando nos lavamos la cara con agua. “Aun así, recordemos que, su acción (la de la manzanilla) es limitada y siempre ha de hacerse con la máxima higiene posible”, nos dice.
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¿Qué debemos hacer ante una irritación ocular?
La enfermera detalla que la irritación ocular puede acontecerse por diferentes causas y es importante conocer cuál es la etiología, pues se puede padecer una irritación por conjuntivitis vírica, bacteriana, alérgica o por contacto de sustancias irritantes, entre lo más habitual. En función del agente causante y su sintomatología (picor, ardor, enrojecimiento, inflamación), se indicará una serie de productos u otros.
“Hay una base común a estas afecciones que tiene que ver con el cuidado, con la necesidad de limpiar el ojo. Lo ideal es optar por una limpieza aséptica con gasas y productos estériles. Ahora bien, si es de origen bacteriano es posible que se deba indicar un tratamiento antibacteriano o antibiótico, ya sea de forma local o como considere el profesional sanitario que lo evalué. Si es vírico no se precisa ningún tratamiento antibacteriano y el foco de la terapia se centra en el alivio de la sintomatología, cediendo espontáneamente en unos días generalmente. Asimismo, las alérgicas pueden precisar o no antihistamínicos tópicos”, apunta.
Y añade que lo que es básico en toda irritación ocular es la limpieza del ojo de forma segura, con una buena limpieza de manos antes de limpiar externamente los ojos, echarse el producto farmacéutico indicado lágrimas, colirios, suero fisiológico (para aliviar síntomas). Evitar tocarse, rascarse los ojos, maquillarse esos días y reemplazar las lentes de contacto (si usamos) por gafas de visión. “Las irritaciones oculares son una demanda de salud aguda y leve, en principio, que deberían ser evaluadas por un profesional sanitario”, sugiere.
¿Es mejor optar por productos estériles de farmacia?
La especialista nos cuenta que en las farmacias venden muchos productos de venta libre para el alivio de estas afecciones y es más recomendable su uso que los remedios caseros. Entre estos productos limpiadores estériles, y seguros clínicamente, nos encontramos con:
- El suero fisiológico, un producto estéril con una concentración de 0.9% de cloruro sódico y que se recomienda comprar en monodosis para evitar su contaminación. Se suele utilizar para el lavado de la zona externa del ojo con una gasa estéril, desde la zona del lagrimal a la zona más externa (o “rabillo del ojo”), y/o para el lavado ocular interno, donde se hace una eversión del párpado inferior para echar unas gotas de este líquido estéril, luego se cierra el ojo durante unos segundos o minutos y al abrirlo se limpia el sobrante.
- Las lágrimas artificiales también son comunes como aplicación de sustancias lubricantes y humectantes para el ojo. Existen diferentes tipologías en función de su composición (con más o menos electrolitos, viscosidades diferentes, osmolaridad). Cuál es la idónea dependerá de la situación de cada persona, por lo que se aconseja solicitar información a un profesional sanitario, ya sea de su centro de salud o a un oftalmólogo.
- Con los colirios oftálmicos sucede como con las lágrimas artificiales: existen diversos en el mercado con diferentes propiedades, algunos de venta libre y otros con prescripción médica. Sea como fuere, lo ideal es consultar con su profesional de enfermería o médico del centro de salud o con el oftalmólogo que analice cada caso.
- Las toallitas oftálmicas son, también, una buena herramienta para la limpieza ocular de forma externa (no del globo ocular). Son estériles y contienen una serie de productos antisépticos, limpiadores, hidratantes e, incluso, cicatrizantes, cuya presentación es en monodosis.
- Por supuesto, además de estos productos de farmacia existen otros tantos, como pomadas, sprays, etc. pudiendo ser cada uno de ellos adecuados según cada persona y su situación.