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Sí, tus migrañas pueden estar relacionadas con tu nivel de estrés

Las situaciones que nos provocan ansiedad tienen un impacto especialmente dañino sobre las personas que sufren migrañas crónicas


Actualizado 12 de septiembre de 2022 - 12:55 CEST

El vínculo entre el estrés y los dolores de cabeza es innegable. Cuando afrontas momentos de especial nerviosismo, puedes padecer más cefaleas. Es más, está comprobado que las situaciones que nos provocan ansiedad tienen un impacto especialmente dañino sobre las personas que sufren migrañas crónicas. Pongámonos en situación: estos pacientes, cuando reciben una mala noticia, sienten miedo o incertidumbre, entran en una situación de malestar emocional que puede ir acompañada de un nuevo episodio o una molestia acentuada de esta patología. Los expertos confirman que el estrés, la tensión o la angustia son factores ambientales que pueden desencadenar o empeorar un episodio de migraña.

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Un factor que tenemos que tener en cuenta, pues según datos de la OMS, el 14% de la población mundial padece migraña habitualmente. En España, 5 millones de personas padecen migraña, de los cuales 1,5 millones la sufren de forma crónica (más de 15 días de dolor de cabeza al mes).

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Tipos de migraña

Cuando hablamos de migraña solemos diferenciar entre varios tipos dependiendo de la frecuencia en la que aparecen las crisis de dolor de cabeza y de la presencia o no de aura. Así pues, cuando una persona con migraña sufre crisis de dolor de cabeza más de 15 días al mes, se denomina migraña crónica, frente a la denominada migraña episódica. Por otro lado, si el dolor de cabeza va acompañado de la presencia de síntomas neurológicos que preceden habitualmente al dolor de cabeza, siendo los más prevalentes las alteraciones en la visión u hormigueos en distintas partes del cuerpo, se denomina migraña con aura”, explica el Dr. Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología. “La migraña crónica produce entre cuatro a seis veces más discapacidad que la migraña episódica y las personas con migraña con aura tienen un riesgo mayor de sufrir otro tipo complicaciones, como por ejemplo ictus, que las personas que padecen migraña sin aura. En España, el 3% de la población padece migraña con aura y otro 3% migraña crónica”.

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Causas de la migraña

Aunque las causas de la migraña aún no están del todo claras, todo parece apuntar a la existencia de una alteración neurológica en el procesamiento de los estímulos dolorosos por parte de quienes la padecen, con un claro componente hereditario. Tanto es así que se estima que la enfermedad tiene una heredabilidad del 42% y ya se han identificado más de 40 marcadores genéticos relacionados con la migraña. La suma de esta alteración y predisposición genética unida a otros factores o circunstancias, precipitan o desencadenan las crisis de dolor de cabeza: más del 96% de los pacientes españoles atendidos en las consultas de Neurología es capaz de identificar algún factor precipitante de sus crisis.

“Aunque se han descrito numerosas circunstancias o situaciones que pueden actuar como precipitantes de crisis de migraña, porque éstas no afectan de igual manera a todos los pacientes, los más habituales son los hormonales (75%), el estrés (71%) y los relacionados con las alteraciones en el patrón de sueño (68%). Pero también otros como el consumo de alcohol, tabaco, el ayuno, cambios atmosféricos, el ruido…”, señala el Dr. Pablo Irimia.

Además, las personas con migraña suelen presentar numerosas comorbilidades asociadas como trastornos vasculares, enfermedades neurológicas, trastornos psiquiátricos y psicológicos, trastornos del sueño, enfermedades inflamatorias... que pueden empeorar las crisis en términos de duración, frecuencia o intensidad del dolor. En este sentido, el estrés, la ansiedad y la depresión suelen ser las comorbilidades más frecuentes. Se estima que más del 50% de las personas con migraña padecen estrés, más del 30% insomnio y/o depresión, y más del 20% ansiedad.

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Abordar la enfermedad de forma precoz

“Para reducir el impacto de la migraña, desde la SEN consideramos prioritario, no solo promover el diagnóstico precoz y aumentar la concienciación sobre esta enfermedad y su impacto, sino también fomentar el tratamiento temprano y adecuado y promover la prescripción de tratamientos preventivos. La migraña es una enfermedad crónica, que puede tener un manejo terapéutico complicado, pero con un diagnóstico y un tratamiento adecuado, todos los pacientes son susceptibles de mejora”, destaca el Dr. Pablo Irimia. “Por otra parte, no hay que olvidar que el tratamiento de la migraña se debe basar en tres pilares fundamentales: la identificación y manejo de los factores desencadenantes; el tratamiento sintomático, para controlar el dolor de cabeza y comorbilidades y síntomas acompañantes; y el tratamiento preventivo, para reducir el número y frecuencia de los episodios de dolor de cabeza”.

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Medidas útiles

“Evitar por completo la migraña o la cefalea tensional provocada por la ansiedad no es posible, pero sí que hay ciertas medidas que se pueden adoptar para al menos disminuir los riesgos y la frecuencia de estos episodios. Se trata de una enfermedad muy limitante para las personas que la sufren ya que, en muchos casos, se presenta como mucho más que un dolor de cabeza, provocando náuseas, vómitos o incluso episodios de ceguera temporal que impiden desarrollar las actividades del día a día o rendir en el trabajo con normalidad”, explica María Sánchez, e-Health Manager de Cigna España. Por eso, con motivo del Día Internacional de Acción contra la Migraña, que se celebra hoy, desde Cigna, resumen algunas recomendaciones para prevenir nuevos episodios de migraña relacionados con el estrés, que nos pueden ayudar a relajar nuestro cerebro y conseguir que descanse.

  • Escapar de la infoxicación. Vivimos en un entorno en el que estamos sobreinformados. Por eso, es vital poner límites y saber hacer un buen uso de la información que recibimos, en redes sociales o en los medios de comunicación. Si queremos reducir los niveles de ansiedad, agobio o agotamiento dental, posibles desencadenantes de un ataque de migraña, es importante evitar una exposición prolongada a las malas. Tal vez debes pensar en apagar la televisión a tiempo, desconectar durante un rato de las notificaciones del móvil y centrarte, por el contrario, en otros hobbies que te puedan ayudar a combatir el exceso de noticias negativas y ayudar a que el cerebro respire.
  • Parar a tiempo, esa gran idea. No hay duda de que el estrés o la ansiedad derivados de los problemas personales o profesionales son un detonante específico para las migrañas. Cuando estás en esa situación, toca buscar soluciones, como puede ser controlar la respiración o incluso apostar por la meditación. Eso te puede ayudar, de una forma muy útil, a mantener la calma. Y si estás en la oficina, no es mala idea parar unos minutos, salir a respirar aire fresco o bien realizar unos masajes en la zona del cuello y las cervicales. De esta forma, conseguirás aliviar la tensión.
  • Darle a la migraña la importancia que tiene. Toca situar la migraña al nivel de cualquier otra enfermedad. Y es que sí, sigue habiendo un estigma sobre las personas que sufren de migraña crónica, lo cual no deja de ser un problema, sobre todo a nivel laboral. Por eso, comunicar que se padece de migrañas de manera crónica puede resultar positivo a la hora de tramitar cualquier baja por enfermedad, y ayuda a restar ansiedad “por no ir a trabajar”. El objetivo es que, al hacer partícipes a compañeros y directivos de esta situación, se obtiene un nivel de comprensión que puede ayudar a aliviar la sobrecarga de trabajo y el estrés físico y emocional derivado de ello. “La migraña es ya la primera causa de discapacidad en adultos menores de 50 años en España: más del 50% de las personas que padecen migraña presentan un grado de discapacidad grave o muy grave. Pero mientras que el porcentaje de personas con migraña episódica con discapacidad muy grave es del 19%, asciende hasta el 70% en el caso de la migraña crónica”.
  • Cuidar los pilares de un cuerpo sano. Actividad física, descanso y buena alimentación son fundamentales. Es más, en el caso de los pacientes con migrañas, es todavía más importante mantener una rutina de sueño adecuada (ni muy poco ni mucho), y no abusar de sustancias estimulantes como el café, el tabaco o el alcohol o alimentos como el chocolate o el queso curado que pueden contribuir a una crisis. ¿Y sobre el ejercicio físico? La actividad física intensa en estos pacientes no está recomendada, pero sí realizar ejercicio físico con moderación como salir a caminar o practicar yoga.
  • Ojo con los medicamentos. Cuando tenemos migraña, los medicamentos se convierten en excelentes aliados. Pero ojo, que el uso excesivo de medicamentos también puede contribuir a la aparición de nuevos episodios de migraña. Por eso, es importante realizar un seguimiento continuo con los profesionales médicos y evitar así un efecto rebote de los analgésicos, o bien que el uso prolongado y habitual de ciertos fármacos provoque más dolores de cabeza. En los últimos años se han producido grandes avances en el tratamiento preventivo de la migraña, con la aparición de varias alternativas terapéuticas. Sin embargo, se estima que menos del 14% de los pacientes que requieren tratamiento preventivo lo están recibiendo. Por otra parte, y respecto al tratamiento sintomático, solo el 30% de los pacientes con migraña episódica y solo el 50% de las personas con migraña crónica utilizan fármacos específicos para esta enfermedad.

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