Cuando preguntas a una persona cuál es uno de sus anhelos más preciados, la salud suele ocupar los primeros puestos de la lista. Todos queremos estar sanos. Así quedó claro en el evento “Sal de la caja. En busca de la salud crónica”, celebrado hace unas semanas en Valladolid, donde se reivindicó la importancia de buscar cambios que sean beneficiosos para nuestra salud, y que abarcan desde nuestra alimentación al ocio, la relación con nuestro entorno…
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Más vale prevenir (no es solo una frase hecha)
En opinión de la Dra. Sari Arponen, PhD en Medicina y especialista en medicina interna, autora del best seller “Es la microbiota, idiota” y de “El sistema inmunitario por fin sale del armario", es fundamental cambiar el enfoque de la atención sanitaria actual, muy centrada en tratar la enfermedad de forma reactiva. “Deberíamos colocar el foco de nuestra atención en la prevención, en ser proactivos y evitar la aparición de enfermedades”, considera. Y resume las que son, en general, las pautas fundamentales para lograr la salud crónica y cuidar de nuestro sistema inmunitario:
- Elegir bien lo que comemos, fundamental. La experta destaca la importancia de una alimentación basada en comida real, sin ultraprocesados, con una dieta pescomediterránea o atlántica, en la que destaque la presencia de verdura, fruta, productos del mar, setas, frutos secos, huevos, ave, y carne de mamífero de calidad. Hay que tener, además, otras consideraciones en cuenta, como la importancia de no cenar muy tarde y que el ayuno nocturno dure al menos 12-13 horas. En su opinión, un adulto en general no debería comer más de 2-3 veces al día, salvo algún caso puntual individualizado.
- Mantenerse activo. Hay que moverse. Es imprescindible. La experta considera que no solo debemos hacer una rutina muy variada de ejercicio físico (caminar, correr, bailar, nadar, saltar, ejercicios de fuerza y flexibilidad); además, debemos huir del sedentarismo y levantarnos al menos cada media hora cuando estamos sentados y hacer ejercicios de todo el cuerpo durante un par de minutos.
- Un buen descanso. Hay que dormir las horas suficientes. Hay que evitar, además, el uso de pantallas de manera continuada en las horas previas a irnos a dormir.
- Es también importante, fomentar el contacto con la naturaleza y pasar tiempo al aire libre, con otras personas y otros seres vivos.
- Cuidar también de nuestrobienestar emocional, algo que no siempre tenemos en cuenta, pero que es clave para nuestro sistema inmunitario. Y recomienda que, si tenemos problemas de estrés crónico, ansiedad o incluso depresión, hay que buscar ayuda con un profesional actualizado en la salud mental con un enfoque integrativo.
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El cuidado de la microbiota, de gran importancia
Por su parte, la Dra. Olalla Otero, PhD en Biología, miembro del equipo científico de Nutribiótica y autora del libro “El revolucionario mundo de los probióticos”, habla de la importancia de la microbiota. ¿El motivo? Cuando se altera, puede tener influencia en un porcentaje muy elevado de patologías. Así, a todas las recomendaciones previas, añadió el uso de la microbioterapia, es decir, el empleo de probióticos con un fin terapéutico. “No podemos emplear cualquier probiótico para este fin, debemos fijarnos en diferentes aspectos: que el origen de los microorganismos sea humano, que sean de IV generación, que tengamos una cantidad suficiente y que conozcamos la cepa son algunos de los puntos a tener en cuenta”, explicó la Dra. Otero.
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Hábitos que hemos ido perdiendo
Un último aspecto que se puede destacar en relación con el cuidado de la salud es, en opinión del fisioterapeuta, máster en PNIc y experto en terapia ortomolecular, la recuperación de ciertos hábitos que se han ido perdiendo en la sociedad occidental actual, pero cuya recuperación nos ayudaría a avanzar en nuestro objetivo de conseguir un buen estado de salud permanente. “La vida moderna nos enferma y esto no se debe tanto ni a nuestra genética ni a nuestro estilo de vida”, explica. Y hace referencia a diferentes estrategias para volver a los ámbitos ancestrales tan beneficiosos para conseguir una salud crónica. Entre ellas destaca las siguientes: huir del sedentarismo, aumentar el tiempo en contacto directo con la naturaleza (caminando descalzo, abrazando árboles), tomar el sol (siempre con precauciones), priorizar los alimentos frescos y de temporada, dando importancia a los fermentados que nos aportan bacterias beneficiosas para nuestra salud y bienestar; rodearse de personas que sumen en positivo en tu vida, perder el miedo a los retos térmicos, disfrutando de una buena sauna o un baño caliente y dándose duchas frías y bañándonos en entornos naturales como ríos o en el mar.