Si tienes un hipocondriaco en tu entorno, sabes bien de lo que vamos a hablarte, y estamos convencidos de que te vendrán bien estos consejos útiles para facilitar la convivencia con una persona que siempre piensa que puede estar enferma. “Lo que sucede con las personas que sufren ansiedad por enfermedad o hipocondría es que sienten una preocupación desmedida ya que temen padecer enfermedades graves e incurables. Los especialistas afirman que aun cuando la persona conoce su enfermedad diagnosticada por un médico su preocupación sigue siendo desmedida”, nos comentan desde el Equipo de Contenido de TherapyChat, liderado por María Mavji, psicóloga y Head of Operations de la compañía.
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Así se manifiesta
¿Cómo se manifiesta esa ansiedad por enfermedad en el día a día? Los expertos nos hablan de tres tipos de señales:
-Por un lado, están los síntomas físicos, entre ellos la ansiedad, los temores sin correspondencia con un peligro real y los cambios en el humor.
-También aparecen síntomas cognitivos, como la preocupación constante por el propio cuerpo y por padecer distintas enfermedades, pensamientos rumiantes sobre el concepto de salud: la enfermedad y sus secuelas, aunque con el foco puesto más en las limitaciones que sobre sus posibilidades.
-Y por último las señales conductuales como son el hablarle a los familiares e incluso a extraños sobre los síntomas y las dolencias. La búsqueda de información en distintas fuentes y la autoobservación constante y manipulación de distintas partes del cuerpo con el consecuente incremento de visitas a médicos y especialistas. Esta conducta desencadena una disminución de la atención y responsabilidad en cuanto a las actividades sociales y laborales del sujeto.
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¿Se sienten incomprendidos?
En general, nos encontramos con que son personas que, en general, tienen una sensación de incomprensión. “El sentimiento de incomprensión surge, en principio, por un sistema de salud que niega aquello que no puede probar. Luego también, porque normalmente su entorno cercano no legitima su malestar dado que a través de la medicina no es posible establecer una relación causal con sus síntomas”, nos detallan, y añaden que, debido a ello, muchos pacientes reportan sentimientos de tristeza, apatía, irritabilidad y depresión como consecuencia de esa incomprensión generalizada hacia lo que perciben como serios problemas de salud.
Convivir con un hipocondriaco
Una de las dudas que nos surge es si es difícil la convivencia con una persona hipocondríaca. Para los expertos, la convivencia es difícil en general, pero existen algunas alternativas que, llevadas a cabo, pueden suavizar un poco las asperezas normales y esperables en estos casos. “Lo principal es actuar con calma, romper con la cadena de respuestas automáticas e impulsivas y tomarse el tiempo para chequear cada uno de los síntomas que van apareciendo. Para ello vendría bien abastecerse de algunos instrumentos básicos en estos casos, tales como termómetro, tensiómetro y los que el médico recomiende”, nos explican.
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Establecer una estrategia
Y añaden que lo siguiente es establecer algunos criterios sobre cuándo es necesario actuar, ir al médico o al hospital, y por qué. Es lo que denominan operativizar conceptos. Y ponen un ejemplo muy claro: “Me duele la cabeza no es sinónimo de enfermedad, pero me duele la cabeza y tengo 38 de fiebre, pues sí es motivo de preocupación y entonces procedemos a consultar con un especialista”, cuentan.
Y es que la clave es que se trata de concretar conceptos y atacarlos. Suena fácil pero en la vida diaria puede ser un tanto engorroso porque con las obligaciones y las prisas muchas veces no hay tiempo para detenerse y pensar. “Intentar ver el panorama general, pero desde la calma. No es prudente molestar a la pareja, sobre todo si ya está asustada o deprimida. Un poco de apoyo, preocupación y atención pueden ayudar a la convivencia. El humor o la simpatía y seguir los consejos del médico puede ser el justo medio en estos casos”, nos comentan.
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Así puedes ayudarle
¿Cómo podemos ayudar a una persona hipocondríaca a sobrellevar mejor su problema? “Lo ideal es comenzar por una entrevista con el médico clínico de cabecera para despejar la existencia de dolencias que tengan que ver con algún problema legítimo de salud. Pero, incluso en el caso de que la persona fuera diagnosticada con alguna enfermedad, la consulta con el médico resultaría beneficiosa porque le permitiría al paciente tener un conocimiento más preciso sobre el tratamiento adecuado. Por último, es la figura del médico la responsable de evaluar la proporcionalidad de la ansiedad del que la padece”, nos detallan los psicólogos.
“Sin embargo, si del resultado de la exploración médica no surge información compatible con la clasificación de los trastornos médicos vigentes y la persona persiste con sus sentimientos de angustia, duda y miedo, será necesario evaluar la existencia de una irregularidad psicológica”, dicen.
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Consejos útiles para convivir con un hipocondriaco
Una vez diagnosticada la hipocondría, algunos consejos que pueden ser de utilidad son:
1. Legitimar el trastorno. Reconocer que estamos ante un problema, quizá no de naturaleza física pero sí mental. Es muy común que el entorno minimice o desoiga las quejas de esta persona con lo cual se retroalimenta esa sensación de incomprensión de la que ya hemos hablado.
2. A pesar de la sensación de malestar persistente, es muy común que las personas aquejadas de esta patología se nieguen a consultar a un especialista y entonces sucede que se quejan, preocupan a su entorno pero siguen en casa consumiéndose por el desasosiego. Por tanto, la estrategia siempre será la misma: ponerse en marcha para romper con el círculo vicioso de la evitación y contrastar sus mayores temores con el especialista correspondiente.
3. Una vez iniciado el tratamiento psicológico, la función del entorno es la de acompañar y contener mediante conversaciones en las que pueda poner en palabras eso que siente y piensa.
4. Otra estrategia interesante de la que puede tirar el entorno es la de normalizar los estados de malestar, achaque o dolencias como parte del ciclo de la vida y neutralizar la imposibilidad de controlar al 100% nuestro propio organismo.
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En busca de ayuda
Como anticipábamos, son personas que pueden necesitar ayuda psicológica. “De acuerdo con la última revisión del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM 5, por sus siglas en inglés) el término hipocondría ha sido reemplazado por dos acepciones bien distintas, aunque dentro de la misma categoría que es la de los trastornos de ansiedad”, nos cuenta.
-Por un lado, tenemos el trastorno de ansiedad por enfermedad y se produce cuando un paciente descuida su funcionamiento diario debido a la excesiva preocupación por tener o desarrollar una enfermedad grave.
-Mientras que, por otro lado, hablamos de trastorno de síntomas somáticos cuando el paciente refiere síntomas exagerados en distintas partes de su cuerpo. Se trata de un trastorno que también limita el desempeño habitual del paciente en las esferas sociales y laborales predominantemente.
“Para ambos tipos de trastorno lo recomendado es la terapia psicológica de línea cognitivo conductual (TCC) aunque con diferentes estrategias de intervención dependiendo del tipo de alteración. En los trastornos de ansiedad por enfermedad el foco estará puesto en el cuestionamiento de aquellos pensamientos negativos que dan lugar a la avalancha de experiencias de ansiedad, mientras que en los trastornos de síntomas somáticos la maniobra terapéutica predominante será la de fortalecer las estrategias de afrontamiento de estos pacientes hacia sus dolores”, cuentan desde TherapyChat.
Un problema que afecta a su día a día
¿Puede la hipocondría de uno de los miembros afectar al día a día de la vida familiar o de pareja? “Absolutamente sí, porque estamos hablando de un trastorno mental que, por definición, genera un impacto negativo en el desempeño social y laboral de la persona que lo padece. Por tanto, como cualquier otro trastorno, requiere de un tratamiento específico que debe ser llevado a cabo con seriedad y responsabilidad”, nos cuentan los especialistas.
“Sin embargo, documentarse sobre la ansiedad será una tarea en la que deberá implicarse todo el sistema familiar dado que les ayudará a aumentar su comprensión sobre lo que le está ocurriendo a la persona con el trastorno; entender los factores que contribuyen a la ansiedad, aumentar la empatía y paciencia, informarse sobre estrategias para afrontar o gestionar la ansiedad por enfermedad, cómo no alimentar, exacerbar o permitir su ansiedad, entre otras cosas”, detallan. Y apuntan que la psicoeducación es fundamental para la supervivencia del sistema familiar aunque, en última instancia, será el paciente el que deba entender su propia patología y desarrollar las estrategias adecuadas para hacerle frente.
“Dado que el aprendizaje sobre la ansiedad a veces puede desencadenar en más ansiedad en las personas ansiosas, puede ser un proceso difícil al principio. Por ello, es siempre recomendable el acompañamiento del profesional idóneo”, concluyen.