Con la vuelta a la rutina tras las vacaciones, es frecuente que los problemas de pareja que ya existían salgan a relucir, propiciando los enfrentamientos, peleas y, en ocasiones, desencadenando un divorcio. También puede ocurrir que el fin de las vacaciones estivales y la vuelta a la normalidad haya más tensión y nos expongamos a situaciones más complicadas de afrontar que acaben afectando a la relación de pareja. Y es que en verano todo se lleva mejor. Los problemas tienden a aparcarse (porque no desaparecen), tener más tiempo de ocio y estar más relajados facilita que nos llevemos mejor y solemos pasar por alto aquellas cosas que el resto del año nos pueden sacar de quicio. Por ello, la vuelta a la realidad puede ser un detonante para el conflicto en pareja.
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Como nos explica María Mavji, sexóloga y directora de operaciones en TherapyChat, "la vuelta de las vacaciones se nos hace difícil a todos, podemos proyectar esta frustración en la pareja o apoyarnos en ella para poder comenzar la rutina con más energía y todo ello depende de cómo estemos dispuestos a cuidarla y cómo nos encontremos en ese momento de la relación”. ¿Qué hacer para evitar los conflictos y que la persona con la que compartimos nuestra vida sea nuestro compañero y no un 'enemigo'?
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Claves para que septiembre no sea un problema para la pareja
La experta en psicología asegura que hay maneras de evitar que la vuelta a la rutina afecte a nuestra relación. Y nos da 5 consejos que podemos aplicar con la llegada del otoño como durante todo el año.
- Vivir el presente: siempre que se acaba algo con lo que hemos disfrutado, por ejemplo, las vacaciones, sentimos nostalgia y nos puede costar un poco volver a adaptarnos a la realidad. Sin embargo, hay que tratar de centrarse en el momento presente. Sentir tristeza es vivir en el pasado y cuando solo pensamos en el futuro, aparece la ansiedad. Vivir el momento presente con tu pareja es una buena manera de equilibrar las emociones y disfrutar de lo que hay ahora.
- Sacar lo bueno de la situación: este consejo está muy ligado al anterior. Es importante que veáis y recordéis como algo positivo los buenos ratos que habéis pasado juntos de vacaciones. Pero esto os debe servir para recargar pilas. Si evitas que tu cerebro piense en negativo y se centre en lo positivo, inconscientemente, minimizarás lo malo.
- Organizad escapadas: este es otro punto fundamental para que la vuelta a la rutina no sea tan dura y que no afecte a la relación de pareja. Y es que cuando llegan las obligaciones es muy fácil caer en la monotonía. Por ello, será muy bueno que pongáis esfuerzo en encontrar momentos para divertiros y reforzar el vínculo. Evitad que solo sea en fechas señaladas.
- Iniciad un proyecto en común: cuando construís algo juntos, reforzáis la relación. No tienen por qué ser grandes aventuras. Pueden ser cosas sencillas: comer más sano, hacer un voluntariado un día al mes, ayudar a algún amigo, adoptar una mascota (siempre de manera responsable y no como capricho ni como forma de solucionar otros problemas), etc.
- Cultivar vuestras habilidades de comunicación: de esta manera aprenderemos a mejorar la relación sin tener que depender del periodo vacacional o de algún contexto diferente al rutinario. La ayuda de un profesional puede guiaros en este aspecto, una buena comunicación con la pareja es clave para permanecer satisfechos.
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Aceptar que habrá momentos malos
Las discusiones en pareja son normales. Lo que no lo es tanto es que sean constantes y que haya falta de respeto o que no se puedan solucionar los conflictos ni hablar de aquello que nos preocupa. En este caso, estaríamos hablando de un problema de pareja más grave.
Pero si lo que nos ocurre es que más desavenencias o mayor irritabilidad con la vuelta de las vacaciones. O que sentimos que no hay tanta pasión como en verano, debemos aceptar que esto es normal. Como concluyen desde TherapyChat, hay que normalizar que no siempre vamos a estar al 100% en nuestra relación, pero sí que podemos conseguir las claves necesarias para superar los momentos de mayor tensión.
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