Paradojas de la vida. La ciencia avanza y cada día nos hace la vida más fácil. Pero, paralelamente, existen recursos de la naturaleza que ayudan a aliviar dolencias, a combatir el estrés, a relajarnos y a impregnar nuestra vida de un aroma especial. Es el caso de la aromaterapia, que se sirve de los aceites esenciales del reino vegetal, para extraer su jugo y disponerlos en tarros de cristal, en velas o en cosméticos para tratar diversos tipos de enfermedades o para perfumar nuestro hogar. Son terapias baratas, inocuas y, sobre todo, naturales. Entre estas esencias, está la de sándalo, un aceite que se extrae de lo más profundo de un tronco de un arbusto de la India desde la Antigüedad y que tiene el poder de calmar la mente. De hecho, lo utilizan los yoguis para sus prácticas de meditación.
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Beneficios del sándalo
El sándalo es una planta medicinal que pertenece a la especie Santalum album. Entre su composición destaca el alfa-santalol y beta santalol, sustancias a las que se le han atribuido propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antisépticas y diuréticas.
Este aceite también se ha mostrado prometedor para el tratamiento del acné, la psoriasis, el eccema, las verrugas comunes y el molusco contagioso, según indica un estudio publicado en la revista médica The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology. El trabajo, realizado por el Dr. Ronald L. Moy, señala que su perfil de seguridad, la facilidad para usarlo de forma tópica y su disponibilidad respaldan su efecto terapéutico en dermatología.
Este ingrediente, muy utilizado en la medicina ayurvédica, tiene otros beneficios, según esta investigación:
- Ayuda a la reparación de cicatrices y estrías
- Elimina los hongos de las uñas
- Evita infecciones
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¿Por qué funciona como calmante?
Como decíamos, el aceite de sándalo es uno de los más utilizados para llevar la mente a un estado de calma y meditación. Esto es gracias al sentido del olfato que, como nos explica Mónica Abella, de Izba Nature, es considerado como un sistema químico-sensorial que convierte las señales químicas en percepción e impulsos eléctricos que llegan al cerebro.
El sentido del olfato, al igual que el sentido del gusto, es un sentido químico, que detecta compuestos químicos en el ambiente, con la diferencia de que el sentido del olfato funciona a distancias mucho más largas que el sentido del gusto. El proceso del olfato sigue estos pasos:
- Las moléculas del olor en forma de vapor (compuestos químicos) que están flotando en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven en las mucosidades.
- Debajo de las mucosidades, en el epitelio olfatorio, las células receptoras especializadas, también llamadas neuronas receptoras del olfato (y que son capaces de detectar miles de olores diferentes) detectan los olores.
- Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información a los bulbos olfatorios, que se encuentran en la parte de atrás de la nariz.
- Los bulbos olfatorios tienen receptores sensoriales que en realidad son parte del cerebro y que envían mensajes directamente a los centros más primitivos del cerebro, donde se estimulan las emociones y memorias (estructuras del sistema límbico) y a centros “avanzados” donde se modifican los pensamientos conscientes (neocorteza).
- Estos centros cerebrales perciben olores y tienen acceso a recuerdos que nos traen a la memoria personas, lugares o situaciones relacionadas con estas sensaciones olfativas.
"Una vez comprobado que el sentido del olfato activa nuestras emociones automáticamente, podemos afirmar que los aceites esenciales son capaces de despertar emociones y sensaciones. Nos pueden relajar, activar, sentir deseo, aunque también pueden despertar repulsión. Es por ese motivo que se les adjudican propiedades holísticas", indica, por su parte, Laura Izquierdo de Izba Nature.
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¿Cómo utilizarlo?
Como otro tipo de aceites esenciales, el de sándalo puede utilizarse con difusores de esencias o hirviendo agua y añadiendo unas gotas. También se pueden aplicar unas gotas de aceite de sándalo en el baño para resarcirnos de un día agotador o, simplemente, para relajarnos.
Para calmar la piel irritada o con tendencia al acné, existen presentaciones comerciales a base de cremas o ungüentos para aplicar en la piel.
El mundo de la perfumería no ha pasado por alto los beneficios de este aceite. De hecho, se ha convertido en un ingrediente muy cotizado y apreciado por su inconfundible aroma a madera.
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