El calor excesivo nos agota, nos impide dormir bien, afecta a nuestro humor, nos irrita, puede causarnos un problema de salud y, además, achicharra el cerebro. Sí, has leído bien. Cuando el mercurio alcanza los 40 ºC se alteran las funciones cognitivas. La memoria, la atención o los reflejos son los principales perjudicados. Así lo explica la Dra. Silvia Álava, colaboradora del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS).
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Cómo afecta el calor a la atención y a la memoria
Como detalla la Dra. Álava, cuando hace demasiado calor nos resulta más difícil mantener la atención. También se reduce la calidad de esta atención. Es decir, nos va a resultar más complicado fijarnos en los detalles que pueden resultar importantes para llevar a cabo una tarea o resolver un problema. Como explica la experta, también tenemos menos control de la interferencia, es decir, nos es más fácil distraernos y más complicado concentrarnos y seguir con la tarea que estábamos realizando sin interrupciones.
Silvia Álava también advierte de que olas de calor como las que estamos viviendo causan estragos en la memoria. Esto es debido a que estamos más cansados, más fatigados, el cerebro funciona más despacio, la velocidad de procesamiento también es menor e, incluso, podemos tener la sensación de que pensamos peor o vamos más lentos.
Esta lentitud también afecta a los reflejos. Y esto es algo que debemos tener muy en cuenta, sobre todo si tenemos que conducir o realizamos actividades que conlleven un riesgo.
Planifica para rendir más
¿Y si trabajamos? Nuestro rendimiento también se verá afectado. Por ello, es importante que tratemos de aprovechar al máximo las horas más frescas para hacer aquellas actividades que requieran un esfuerzo mental mayor. Además, recomienda adaptar estos horarios a nuestro ritmo circadiano. Es decir, las personas que rinden mejor por la mañana, deberían tratar de exprimir las horas tempranas para trabajar. Al contrario, aquellas que son más nocturnas, pueden aprovechar la tarde noche. Sin embargo, no todo el mundo se puede permitir este lujo. ¿Qué hacer entonces?
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Álava recomienda que tengamos en cuenta cómo afecta el calor a nuestro cerebro para planificar nuestras actividades. Y que seamos conscientes de que, a causa de la lentitud, no seamos capaces de llevar a cabo el mismo número de tareas que en momentos en el que las temperaturas son más bajas o que vamos a necesitar más tiempo. Por ello, hay que ser realistas, insiste la experta.
Por otro lado, también debemos recordar que la canícula nos vuelve más irascibles. Otro en el que debemos trabajar para no alterar las relaciones con nuestros compañeros o nuestros familiares.
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¿Cómo paliar los efectos del calor en el cerebro?
La doctora recuerda en los vídeos del Instituto de Investigación Agua y Salud que hay que tomarse muy en serio cómo nos afecta el calor excesivo y que debemos evitar siempre el golpe de calor, una situación grave que puede comprometer nuestra vida.
- Lo esencial es mantener una buena hidratación. Beber constantemente agua y evitar el alcohol, que produce deshidratación. Además, esta sustancia interfiere en la capacidad de termorregulación y aumenta el riesgo de golpe de calor.
- La dieta debe ser ligera y no deben faltar los alimentos ricos en agua, como por ejemplo, las verduras, las hortalizas y las frutas, que deben constituir la mitad de un plato para que este sea saludable.
- Si notamos que nuestra temperatura corporal aumenta, lo ideal es darse una ducha fría para bajarla. Si esto no es posible, debemos mojarnos la nuca y las muñecas.
- Hay que procurar llevar prendas de tejidos naturales y que permitan la transpiración
- Si notamos que las altas temperaturas nos están ocasionando ya un problema, nos duele la cabeza o sentimos que nos mareamos, debemos pedir ayuda de inmediato.
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