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¿Cuáles son las reglas básicas para detectar y prevenir la deshidratación?

Es fundamental beber agua para evitar este problema de salud que puede llegar a ser muy grave


27 de julio de 2022 - 13:58 CEST
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Estamos viviendo un verano especialmente caluroso, en el que el riesgo de deshidratación está muy presente. Teniendo en cuenta que incluso cuando esta es ligera, puede afectar tanto a nuestro organismo como a nuestra mente, es importante reponer el líquido perdido en cantidades suficientes. Sin embargo, según la encuesta de Appinio para waterdrop, casi la mitad de la población (46,7%) en España no bebe suficiente agua a diario. Por eso, hemos querido ahondar, con la ayuda de dos expertos, en la importancia de mantenerse bien hidratado, para evitar posibles problemas de salud.

 

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Ojo en los meses de verano

No solo en verano, pero especialmente en verano. Siempre es importante beber agua. “Nuestro cuerpo está constantemente perdiendo agua a través de distintos procesos y es necesario reponerla. El funcionamiento de nuestro organismo utiliza el agua para ejecutar esos procesos. Incluso respirar consume agua. En los meses de verano, con mucho más calor, nuestro organismo consume más agua y por eso es preciso reponerla en mayor medida”, nos comenta Marta Carrasco, del Servicio de Endocrinología Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.

 

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Así se manifiesta

Los síntomas más habituales que nos pueden ayudar a detectarla son:

  • Boca seca o pegajosa.
  • Fatiga o debilidad.
  • Irritabilidad.
  • Mareos o sensación de mareo.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolores de cabeza.
  • Estreñimiento.
  • Sequedad de piel.

“Aparecen en distintos grados y no tienen por qué aparecer todos a la vez. Pero en cuanto aparezcan, es importante rehidratar a la persona. En cualquier caso, siempre decimos que es mejor beber antes de que sintamos una sed aguda y mantenernos hidratados durante todo el día”, nos explica la experta, que alerta de que la deshidratación es un tema muy serio, en los casos de deshidratación más severa puede llegar a poner en riesgo la vida. “Si además de los síntomas mencionados, la persona presenta confusión, no orina durante horas, se acelera el corazón y la respiración o se desmaya hay que acudir al médico de inmediato”, resume.

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Personas con mayor riesgo

¿Quiénes son las personas que corren más riesgo de deshidratación?

-Los mayores que van perdiendo la sensación de sed a medida que envejecen y, por tanto, pueden no reparar en que deben rehidratarse.

-Los niños pequeños porque dependen de un adulto para darles de beber.

-Personas con patologías crónicas que les provoquen más sudoración o mayor frecuencia de necesidad de orinar.

-Personas que estén tomando fármacos que provoquen el mismo efecto que el punto anterior.

-Cualquier persona con una actividad física (trabajo, deporte) al aire libre en las horas centrales del día (no recomendado).

 

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Cantidad recomendada

Se habla mucho de los 2 litros como mínimo de agua al día, pero ¿hay realmente una cifra recomendable? La doctora apunta que la recomendación general para toda la población es entorno a esos dos litros de agua diarios. Otras fórmulas que podemos utilizar para conocer nuestras necesidades de agua a lo largo del día son las siguientes (en población adulta):
 

- Requerimiento diario de agua: 35 ml x kilogramos de peso

- Requerimiento diario de agua: 1 – 1,5 ml x kilocaloría gastada

“Para una persona de aproximadamente 70 kilos de peso, su requerimiento diario de agua según la primera ecuación sería de unos dos litros y medio, lo cual no anda desencaminado de la recomendación general. La dieta media de mantenimiento para una mujer suele ser de 2.000 kcal; según la segunda ecuación, su consumo de agua debería ser de dos litros. La de un hombre es algo mayor, alrededor de 2.500, por lo que el consumo diario de agua también debería ser superior”, nos dice.

 

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Falsos mitos

“Existen algunos falsos mitos alrededor de la hidratación, como el de que no se debe beber durante las comidas porque puede producir retención de líquidos o puede hacer que engordemos (es falso: el agua siempre tiene 0 kcal, la tomes a la hora que la tomes) o que beber agua antes de comer puede hacernos adelgazar (beber antes de comer nos da sensación de estar llenos, lo cual nos puede llevar a comer una menor cantidad, pero no nos hace adelgazar por sí mismo)”, detalla la doctora.

 

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Beber antes de tener sed

Como ya apuntaba antes la experta, la recomendación para mantenernos correctamente hidratados es beber siempre antes de tener sed: la sed es el mecanismo que alerta a nuestro cuerpo de que ha entrado en situación de deshidratación, por lo que es muy recomendable beber antes de llegar a esto. Tener una botella de agua fresca siempre a mano y a la vista puede facilitarnos esta tarea.

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Ojo con las personas mayores

¿Por qué les cuesta tanto beber agua especialmente a las personas mayores? “La sensación de sed en los mayores esta alterada por el envejecimiento. Muchas veces no notan la sed o la notan menos que los jóvenes. Es un punto importante que, además de tener menos sed, no piden beber, hay menos demanda, pero no menos necesidad. Es por ello fundamental aportar liquido de manera regular para cubrir esa necesidad que sabemos existe. En muchas ocasiones el agua, sin sabor, no les es suficientemente estimulante con lo que es necesario “disfrazarla” con saborizantes naturales (chorro de limón o naranja) o en forma de infusiones, tes, etc”, explica por su parte David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores.

 

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Elegir mejor agua

¿Debe ser siempre el agua la bebida de elección para hidratarse en los meses de verano? “La mejor forma de hidratarnos, desde luego, es con agua. Pero también hay alimentos en los que podemos encontrar ese aporte de líquidos que nos hacen falta: la fruta, las verduras, los caldos, las sopas frías o las infusiones son buenas opciones a la hora de introducir más líquidos en nuestra alimentación”, detalla la experta en Endocrinología. “Por el contrario, también existen otras opciones que, a pesar de ser líquidas nos deshidratan, como por ejemplo las bebidas con alcohol. En el caso de las bebidas con cafeína, como refrescos o café, su consumo es seguro mientras nos mantengamos dentro de dosis moderadas, aunque sí pueden causar deshidratación a dosis altas en colectivos como el de personas sedentarias o en el de personas de avanzada edad”, concluye.

 

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