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Los errores que tienes que evitar al hacer los ejercicios de Kegel

Son muy recomendables para cuidar la salud de nuestro suelo pélvico, pero hay que hacerlos de forma correcta


Actualizado 22 de julio de 2022 - 15:38 CEST

No son pocas las veces en las que te hemos remarcado la importancia de cuidar la salud de tu suelo pélvico. Y para conseguir este objetivo, los ejercicios de Kegel juegan un papel muy importante, pues ayudan a tonificarlo y fortalecerlo. Pero hay muchas mujeres que, aun sabiendo de su papel, tan relevante en el cuidado de la salud íntima, no los incluyen en su rutina de cuidados, bien por pereza, bien por olvidos. Y, es más, algunas no saben realizarlos de la forma correcta. Por eso, desde Intimina, resumen los 8 errores más comunes que se cometen a la hora de realizar ejercicios de Kegel.

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  • Ejercitar los músculos equivocados. Toca poner los músculos en marcha, pero de nada sirve si no movilizas los adecuados. Por eso, es fundamental no tensar el abdomen, glúteos o muslos. Así, debes encontrar una postura cómoda que te permita elevar y contraer el suelo pélvico y que el resto del cuerpo permanezca relajado.
  • Adoptar una postura incorrecta. “Presionar hacia abajo o tensar el suelo pélvico es otro de los errores que más se repiten. Tienes que asegurarte de que realizas las contracciones hacia arriba y hacia dentro, o de lo contrario, puedes perjudicar los músculos de tu suelo pélvico”, comentan.
  • No alternar los ejercicios. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los músculos del suelo pélvico están compuestos por dos tipos de fibras musculares diferentes, las fibras rápidas y las fibras lentas. Y es importante saber que cada una de estas fibras necesita ejercitarse de una manera distinta. Partiendo de esta base, para sacar más provecho, tu rutina debe incluir la realización de ejercicios con pequeñas contracciones y, por otro lado, con contracciones más fuertes.
  • Seguir una rutina equivocada. Es importante tener una rutina con un número adecuado de contracciones según tu fuerza en cada ejercicio. Ni muchas ni pocas. La razón es que realizar pocas contracciones no es eficaz, mientras que hacer demasiadas no es aconsejable porque puede hacer que aparezcan fatiga o dolores. Por lo tanto, lo ideal es ir aumentando la dificultad a medida que mejores. Puedes encontrar un buen aliado en un ejercitador inteligente de Kegel, que puede ayudarte a llevar esta rutina porque ajusta el número y combinación de contracciones apropiadas para ti, así tendrás que despreocuparte de encontrar la rutina perfecta.
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  • No medir el progreso. En cualquier acción que implique ejercicio, cuando no vemos resultados, podemos desanimarnos. Por eso, al ver resultados positivos en tu cuerpo por la realización de los ejercicios, ya sea de talla, de peso o de aumento de musculatura, siempre te motiva a seguir con la rutina de ejercicios de Kegel.
  • Rendirse antes de obtener resultados. Eso sí, en relación con el punto anterior, ten en cuenta que los expertos consideran que los resultados de los ejercicios de Kegel no se notan inmediatamente, tienes que ser paciente y esperar alrededor de 12 semanas aproximadamente. Hay quienes ansían tener ese cambio rápidamente y se cansan. Por eso, la clave es tomarte tomarte tu tiempo y no tirar la toalla para conseguir los progresos y resultados que quieres.
  • No relajarse. Si te planteas hacer los ejercicios sin estar relajada, no obtendrás los beneficios que esperas. Es importante estar bien relajada a la hora de hacer los ejercicios. Y es que, cuando realizas las contracciones, no soltarlas del todo puede sobrecargar o tensar excesivamente los músculos, lo que podría causar molestias y dolor pélvico. El hecho de poder relajar del todo los músculos es muy beneficioso, sobre todo a la hora del parto porque facilita la salida del bebé.
  • No ser constante. Esta es una máxima siempre, también en lo relativo a los ejercicios de Kegel: si tu objetivo es obtener buenos resultados y progresar, se requiere constancia en la realización de los ejercicios. Prueba una cosa: márcate un horario todos los días, lo que te ayudará a no saltarte ningún entrenamiento.