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La apuesta firme de muchas marcas por la cosmética sostenible es un hecho. La tendencia actual que nos anima a consumir productos sostenibles también se extiende al mundo de la cosmética y el cuidado personal. No es extraño que cada vez surjan más alternativas de productos naturales, ecológicos, orgánicos y biológicos. Pero tal vez tienes dudas sobre ellos. ¿Es lo mismo cosmética natural que ecológica? Para tratar de solucionar todas las dudas, hemos hablado con Estela Cuadrado, CEO y fundadora de Ártica Bio- Cosmética.
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Qué nos lleva a comprar estos productos
Lo primero que le planteamos a la experta es cuáles piensa que son las principales motivaciones de una persona para decidirse a comprar cosméticos naturales o ecológicos. “Por suerte, cada vez existe una mayor concienciación hacia lo natural tanto a la hora de elegir nuestros alimentos, cómo a la hora de cuidar nuestra piel. Es importante recordar que la piel es el órgano más grande que tenemos en nuestro cuerpo y como tal, también, debemos ocuparnos de su cuidado. A través de la cosmética ecológica podemos cuidar nuestra piel con lo mejor que la naturaleza nos ofrece para mantener su equilibrio natural y ayudarla en su cuidado y bienestar mediante cosméticos ricos principios activos vegetales”, considera.
No siempre es fácil saber, eso sí, si estamos ante un producto realmente ecológico. ¿Por qué hay tanta confusión entre unos productos y otros? Como decíamos, en la actualidad, cada vez son más las personas preocupadas por la protección del medio ambiente y de su salud y, que, por ende, deciden consumir productos sostenibles. “Conscientes de este cambio de pensamiento en los consumidores, cada vez son más las marcas que introducen en el mercado cosmético infinitas posibilidades de productos que dicen ser naturales o ecológicos”, nos dice Estela Cuadrado. Y es ahí donde puede estar el problema, en la enorme oferta que tenemos a nuestro alcance. “En un mercado tan masificado como el actual, el consumidor se decanta por aquellos productos cuya publicidad o renombre de marca les genera mayor confianza. No obstante, más allá de esto, y con el fin de evitar sentirse engañados, es muy importante que antes de adquirir un producto se hagan ciertas comprobaciones. La primera de ellas sería la de verificar su etiquetado y su INCI, es decir, el listado de ingredientes reales de los que se compone. Por otra parte, habría que prestar atención a los sellos y certificaciones con las que cuenta el producto, ya que cuando un producto posee un sello la certificadora aparece obligatoriamente impreso en la etiqueta”, nos dice.
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© Adobe StockClaves para diferenciarlos
Hay que tener claras, por lo tanto, las diferencias entre los productos naturales y los ecológicos. “La cosmética natural, como su propio nombre indica, es aquella creada únicamente a partir de ingredientes presentes en la naturaleza, que pueden ser tanto de origen animal o vegetal. Estos componentes puros y suaves que, contrariamente a los que contienen los productos convencionales, aseguran la reparación y nutrición de la epidermis a corto, medio y largo plazo. No obstante, se debe tener en cuenta que no todos los productos naturales son igual de saludables para la piel, ni que todas las marcas que se consideran a sí mimas naturales lo son”, cuenta la experta. “Un ingrediente de origen natural, si no proviene de una agricultura ecológica, lo más probable es que haya sido tratado con fertilizantes y plaguicidas y que durante su proceso de refinado haya sido sometido a escenarios extremos, como las altas temperaturas. Esto hace que muchos ingredientes naturales pierdan parte de sus vitaminas y de su poder antioxidante”, matiza.
“Por el contrario, en la cosmética ecológica, todos los ingredientes proceden exclusivamente de plantas, flores y frutas, cultivados de manera ecológica, es decir sin el uso de productos químicos. De esta manera nos aseguramos de que los principios activos llegan con la máxima pureza y por lo tanto se vuelven más efectivos y beneficiosos para la piel. Además, los procesos de elaboración de los cosméticos son totalmente respetuosos para conservar la máxima calidad de los ingredientes empleados y potenciar sus principios activos”, comenta sobre este otro tipo de cosméticos. “La cosmética ecológica cumple, por lo tanto, una doble función muy beneficiosa tanto para las personas como para el planeta: consiguiendo unos resultados saludables para la piel y a la vez una mayor protección para el medio ambiente, al no utilizar fertilizantes ni pesticidas perjudiciales en el campo”, añade.
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Leer bien las etiquetas
Uno de los problemas, tal vez, es la confusión por las nomenclaturas y en el etiquetado. ¿Qué consideraciones debemos tener especialmente en cuenta? “La normativa en materia de fabricación de cosmética se rige por un reglamento europeo, siendo la Agencia Española del Medicamente y Productos Sanitarios quien se ocupa de su complimiento. En el etiquetado de los cosméticos se reflejan todos los ingredientes de mayor a menor presencia, de acuerdo con la denominación internacional INCI, esta nomenclatura, en ocasiones, puede dificultar la comprensión de las composiciones de los cosméticos por parte de los clientes”, asegura. “Por eso, ÁRTICA se somete de forma voluntaria a las exigencias de una entidad independiente, que certifica el cumplimiento del origen ecológico de cada uno de los elementos utilizados en las formulaciones según la norma BioVidaSana. Para los cosméticos con más del 90% de ingredientes ecológicos, se obtiene la categoría: Cosmético Ecológico y además, contamos con la Categoría EcoPlus. Todos los productos comercializados por nuestra firma pertenecen a esta categoría superior. Encontrar en los envases un sello de una certificadora reconocida es un signo de identidad que manifiesta la calidad y autenticidad del cosmético ecológico”, puntualiza.
