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getty andrea fuentes© Getty Images

Así debes actuar si alguien se desmaya en el agua

Una actuación rápida puede prevenir la muerte por ahogamiento


Actualizado 4 de julio de 2022 - 20:46 CEST

El pasado 22 de junio pudimos ver en imágenes el rescate de Andrea Fuentes a Anita Álvarez, la nadadora que sufrió un desmayo y quedó inconsciente en la piscina mientras participaba en los Mundiales de Natación. Afortunadamente, la deportista se recuperó tras el incidente, pero esto nos hizo reflexionar a muchos sobre cómo actuar si vemos que alguien se desmaya en el agua y cuáles son las causas de estas pérdidas de conocimiento para poder prevenirlas y evitar un problema grave.

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Corte de digestión, una posible causa de desmayo

Una de las causas más frecuentes de un desmayo en el agua es el síndrome de hidrocución, popularmente conocido como corte de digestión. En realidad, no tiene nada que ver con la comida, sino que “se produce como consecuencia de un cambio brusco de temperatura al entrar de manera precipitada en agua fría, esos grados de diferencia provocan una reacción de los vasos sanguíneos (se estrechan) y por tanto fluye menos sangre al cerebro lo que puede originar un desmayo”, explica la Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella, la doctora Adelaida Sánchez.

Existen otras causas que provocan desmayos o síncopes y que pueden darse en el agua. Debido al medio en el que se produce, existe riesgo de ahogamiento y, si no se actúa a tiempo, podría acabar con el fallecimiento de la persona:

  • Síndrome vasovagal: puede aparecer tras haber estado muchas horas sin comer, por un exceso de calor, estar muchas horas de pie.
  • Problemas cardiacos: las arritmias, la hipertensión pulmonar u otras dolencias del corazón pueden ocasionar síncopes.
  • Problemas neurológicos: los ataques de epilepsia o un ictus pueden desencadenar una pérdida de conocimiento.
  • Enfermedades metabólicas: la hipoglucemia (bajada de azúcar)
  • Intoxicación etílica: si se ha bebido mucho alcohol

- Leer más: Cuáles son los síntomas de un desmayo como el sufrido por la directora de la Agencia del Medicamento

¿Cómo reaccionar en caso de ahogamiento?

Como decíamos, el mayor riesgo del desmayo en el agua es que la persona puede ahogarse. ¿Qué hacer en estos casos? Nos lo cuenta Dra. Marta López Tomás, E-Health Medical Manager de Cigna España. "En caso de presenciar un accidente por ahogamiento, es importante conocer algunas medidas básicas que pueden salvar vidas. En este caso, lo más acertado es seguir la conducta P.A.S (Proteger, Avisar y Socorrer)":

  • Sacar a la persona del agua y garantizar un entorno seguro, avisar al servicio de emergencia (socorrista, 112…)
  • Evaluar su consciencia y respiración para saber si está en parada cardiorrespiratoria.

Una vez la persona ya está en un entorno seguro, hay que intentar reanimarla. Para ello, se debe realizar la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP):

  1. Colocar al afectado boca arriba sobre el suelo.
  2. Situar el talón de la mano sobre el tercio inferior del esternón, y la palma de la otra mano sobre la primera y entrelaza los dedos.
  3. Hacer peso con nuestro cuerpo directamente sobre las dos manos, con los brazos perpendiculares al cuerpo y estirando los codos.
  4. Comprimir 30 veces de forma rápida el centro del pecho con ambas manos entrelazadas.
  5. Después de las primeras 30 compresiones de pecho, colocar una mano en la frente de la persona, dos dedos en la punta de su barbilla e inclinar suavemente su cuello hacia atrás.
  6. Hacer pinza en su nariz, abrir su boca e insuflar aire 2 veces, asegurándose de que su pecho se levanta con cada respiración.
  7. Repetir el ciclo de 30 compresiones de pecho y 2 respiraciones (30:2) hasta que lleguen los efectivos sanitarios o la persona comience a respirar nuevamente.

- Leer más: Lipotimia: cuáles son sus síntomas y cómo debe tratarse

Cómo prevenir los desmayos y los ahogamientos

Marta López nos recuerda que, como hemos visto, hay múltiples causas que pueden provocar un desmayo, por lo que cuando se producen, hay que ir al médico para que haga las pruebas necesarias para averiguar la razón y poner un tratamiento.

Si estamos en el mar, un pantano o la piscina, debemos cumplir la normativa de seguridad, que recuerda año tras año el Ministerio de Sanidad:

  1. Supervisión y seguridad con los más pequeños. Según la Asociación Española de Pediatría, tras los accidentes de tráfico el ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental en menores de 19 años de edad. Por ello, es fundamental la supervisión constante del niño que se encuentre próximo a cualquier entorno acuático:
  2. Norma 10/20: mirar a la piscina, como mínimo, cada 10 segundos y comprobar que es posible llegar hasta donde está el menor con el brazo en menos de 20 segundos.
  3. Natación desde edades tempranas. Los niños a partir de 4 años tienen la suficiente destreza y autonomía de movimientos para nadar. Por eso, es conveniente que aprendan cuánto antes.
  4. Uso de dispositivos personales de flotación. Es aconsejable usar un chaleco salvavidas, evitando el uso de flotadores que se puedan deshinchar, cuando los más pequeños estén cerca del agua y siempre que se navegue en embarcaciones de recreo
  5. Respeto al agua y al resto de bañistas. Deben conocer el peligro que entraña para ellos y para el resto de los bañistas no respetar las medidas de seguridad, así como la importancia de no correr por superficies mojadas y no tirarse cerca de los bordillos o escaleras.
  6. Los bañistas más mayores, siempre acompañados. Según un informe remitido por la RFESS (Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo), el perfil principal de víctimas por ahogamiento son personas de más de 65 años (45%). Por ello, hay que procurar que siempre estén acompañados.
  7. Evitar situaciones de riesgo. El Ministerio de Sanidad incide en la importancia de bañarse únicamente en zonas que cuenten con la presencia de socorristas y prestar especial atención a la señalización, algo enormemente relevante en el caso de playas no habituales, ríos y pantanos. Además, es necesario evitar conductas de riesgo, como son el consumo de alcohol, meterse en el agua de noche o hacerlo de manera brusca tras haber comido o practicado deporte de manera intensa, o si se ha estado tomando el sol durante un largo periodo de tiempo.

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