Hay momentos concretos en los que nuestro cuerpo nos pide una cura détox. Tras una boda, después de un fin de semana veraniego en el que nos excedemos más de la cuenta… Pero hay formas de conseguir depurar el organismo sin tener que someterse a dietas que no tienen demasiado sentido. Lo primero que tenemos que tener en cuenta, tal y como nos cuentan los expertos de Naturadika, es que el proceso de desintoxicación comienza en el hígado y es un proceso natural del cuerpo. Y es que este órgano es el responsable principal de ayudar al cuerpo a neutralizar y eliminar las toxinas acumuladas. Así, cuando hacemos un ciclo détox, lo que estamos haciendo es apoyar y dar un empujón a este proceso natural de eliminación de toxinas que de alguna u otra forma terminan en nuestro cuerpo y a veces le impiden funcionar de forma adecuada o en pleno rendimiento.
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Beneficios para tu organismo
De esta forma, podemos aprovechar los beneficios de hacer un détox, algo que nos puede venir bien si tenemos en cuenta que, en general, no respiramos aire puro (no hay filtros HEPA por todos lados), la alimentación que seguimos no siempre es la más correcta y hay personas que, además, fuman. La suma de todos estos elementos negativos puede ser que traduzca en una sobrecarga de toxinas que, entre otros efectos, puede ralentizar el metabolismo. Esto puede llevar a un incremento en la retención de líquidos, a una sensación de cansancio e intranquilidad y, en caso de estar haciendo o querer empezar un plan para perder peso, dificultar el alcance de los objetivos deseados.
Y, aunque tu cuerpo haga su función de desintoxicación natural, a veces le viene bien un apoyo para realizar ese proceso detox mejorando los niveles de energía, ayudando a eliminar la fatiga y reduciendo la retención hídrica; además, es muy probable también que la piel se vea más luminosa. Con un detox, la pérdida de peso se hace más fácil e incluso puede mejorar la concentración.
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Cambiar de hábitos
La clave, entonces, está en encontrar la forma de ayudar a la desintoxicación del cuerpo de forma natural y sin hacer dietas.
-Dejar al cuerpo respirar, eliminar las toxinas de tu alimentación. Lo primero que debemos plantearnos es eliminar aquellos alimentos que pueden generar procesos inflamatorios o irritar el estómago. Entre ellos destacan algunos como el gluten, los lácteos y el alcohol. Además, hay que limitar el consumo de comida procesada de la dieta, no solo cuando quieres hacer un détox, sino para siempre, así como del azúcar.
-Incluir alimentos de calidad. Hay quien piensa en détox y le vienen a la mente los batidos verdes, que tana fama adquirieron en su momento. Es una opción, pero es más recomendable optar por incluir los vegetales verdes en nuestra dieta, pues así también se ejercita la mandíbula. Y hay otros alimentos que debemos incluir en nuestra cesta de la compra: nueces, semillas, pescados salvajes, grasa buena (ghee, AOVE, aguacate). Y si quieres hacerlo del todo bien, opta por la carne y pollo de pasto, en vez de criadero.
-Descansar, fundamental. No puedes olvidar que durante un proceso detox descansar lo suficiente es fundamental. Hay que aprovechar que el cuerpo pone el modo “autolimpieza” mientras duerme, así que dormir 7 u 8 horas no vendrá nada mal.
-Mantenerte activo y sudar. Si practicas ejercicio de alta intensidad, montas en bici, bailas… ayudas a que tu cuerpo sude, lo cual es muy importante porque facilitas la eliminación de toxinas. También puede ser interesante realizar bikram yoga o ir a la sauna de unos 15-20 minutos dos veces por semana.
-Los riñones, pieza clave. Como sabes, se eliminan toxinas a través de la orina, por lo que no es una mala idea estimular la diuresis. ¿Cómo? Reduciendo la sal y manteniendo siempre una hidratación óptima. También se pueden incluir infusiones o preparados a base de plantas que nos ayuden en este objetivo.