El cuerpo es una máquina perfectamente engranada, perfectamente coordinada. Por eso, cuando algo falla, por extraño que nos parezca, puede que haya otras funciones que se resientan. Tenemos un ejemplo: hay indicios que apuntan a que el dolor lumbar podría estar vinculado, en algunas ocasiones, con problemas digestivos. Así, hay problemas intestinales (sobre todo intestino delgado) que pueden provocar dolor en la zona lumbar baja o incluso dolor en la ingle derecha por inflamación del psoas. “Los problemas digestivos o disfunciones viscerales están relacionados con multitud de dolencias extradigestivas”, nos cuenta la experta en nutrición Elisa Blázquez, quien nos detalla que conocer esta relación nos ayuda a buscar la raíz de estas dolencias.
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Así, la especialista nos detalla que en el intestino se encuentra gran parte de nuestro sistema inmunitario, la inflamación crónica está muy relacionada con los desequilibrios en nuestra microbiota intestinal y esto afecta, además, a nuestro sistema musculoesquelético. La relación parece evidente.
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Las razones de esta conexión entre ambos problemas
Lo confirma también Luis García, fisioterapeuta de la clínica IQtra, quien nos detalla que los dolores de espalda, en especial en la zona lumbar, pueden estar relacionados con problemas intestinales. ¿Cuáles son las causas? “Esto es debido a que parte de la inervación de estas vísceras tiene su origen en la columna lumbar y además hay conexiones fasciales y ligamentosas de la columna vertebral con dichos órganos que se encuentran en la cavidad abdominal. Digamos que a veces la forma de "llorar" que tienen las vísceras se vehiculiza a través de la columna”, apunta poniendo un ejemplo muy gráfico.
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Una valoración conjunta de los especialistas
Por eso, tal y como detallan ambos expertos, cuando tenemos un dolor de espalda recidivante, que reaparece, lo ideal es que primero nos lo valore un fisioterapeuta y, si las molestias permanecen, en la consulta de nutrición se pueden estudiar los desequilibrios digestivos para su tratamiento. “Hay que valorar la salud de la barrera intestinal, si hay un exceso de permeabilidad de mucosas que esté provocando inflamación, el Ph gástrico, si existe sobrecrecimiento bacteriano o un déficit importante de bacterias inmunomoduladoras. También recomendaremos una dieta antiinflamatoria que favorezca el correcto equilibrio del ecosistema intestinal. El ayuno intermitente es otra herramienta de utilidad que contribuye a desinflamar nuestras vísceras”, nos cuenta Elisa Blázquez.
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Evitar el estreñimiento
Y la especialista hace mención a otro aspecto importante: es importante evitar el estreñimiento. “Por supuesto, es esencial tener un ritmo intestinal diario, el estreñimiento crónico también estará relacionado con las molestias lumbares y debemos corregirlo con medidas higiénico dietéticas”
De esta forma, podemos conseguir dar en la diana, averiguando qué hay detrás de nuestra molestia lumbar, que no siempre vinculamos con un problema digestivo. “En definitiva, el abordaje integral y multidisciplinar es importante cuando el dolor permanece o reaparece una y otra vez”, concluye recomendando la experta en nutrición.