Quizá hayas escuchado hablar de personas misántropas sin saber exactamente cuáles son sus rasgos de personalidad. Por ello, hemos hablado con la psicóloga Mariló Pérez Pérez García, quien nos explica qué es exactamente ser un misántropo y cómo convivir con estas personas.
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"Misántropos son personas que sienten rechazo y desprecio hacia la especie humana en general. La palabra misántropo deriva del griego misántropos, que se compone de los vocablos miseîn, que significa “odiar”, y ántropos, que se refiere a “persona”. Por lo tanto, el término misántropo hace referencia a 'odiar a otras personas'".
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¿Por qué aparecen estos sentimientos?
La experta en psicología apunta al pasado del individuo como posible explicación de su misantropía. Para saber por qué un individuo es un misántropo, "tendríamos que atender a su historia de vida y explorar si ha tenido experiencias traumáticas en su infancia, o si ha experimentado de forma repetida el abandono o el daño emocional por parte de personas cercanas que le pudiera llevar a generar la idea de que es mejor estar solo y no confiar en nadie", indica la experta de GrupoLaberinto.
Por ejemplo, es muy importante conocer cómo fueron sus relaciones. "Sería importante atender al tipo de apego que recibió en su infancia, ya que muy probablemente muchas de sus necesidades afectivas no fueron lo suficientemente bien atendidas. También habría que explorar si ha podido vivir en un ambiente de continuo conflicto, en el que interpretó que es preferible distanciarse de los demás antes de ser dañado de nuevo", aclara Mariló Pérez.
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¿Cuáles son las señales de que una persona los padece?
Algunas señales que indican que una persona es misántropa son:
- Tender a pensar que los demás siempre hablan de tonterías o cosas sin importancia.
- Ser solitario/a y preferir habitualmente pasar tiempo a solas que con otras personas.
- Ser muy directo con los demás, hasta tal punto en que hacen sentir incómodas a las personas de su alrededor.
- Tener dificultades para conectar con los demás y mantener buenas relaciones sociales.
- Evitar tener relaciones amorosas, ya que implicaría dedicar mucho más tiempo a estar con otra persona.
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¿Qué otros rasgos y características les delatan?
Hay otros rasgos de personalidad que pueden apuntar a una personalidad misántropa. Por ejemplo, "son personas que habitualmente están de mal humor y no les gusta que invadan su espacio personal o les digan lo que deben hacer. Se caracterizan por presentar falta de empatía hacia los demás y suelen estar cerrados a recibir opiniones o ideas por parte de otros. Suelen pasar mucho tiempo a solas porque les desagrada la presencia de los demás y tienden a comportarse de manera arrogante".
La especialista en psicología también advierte de que la misantropía está relacionada con los rasgos asociados a la psicopatía, por lo que pueden mostrarse manipuladores para obtener lo que quieren del otro sin sentir remordimientos. Además, pueden mostrar sadismo, ya que no perciben el sufrimiento ajeno como algo que esté mal desde el punto de vista moral, e incluso pueden verlo como un juego.
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¿Una persona misántropa puede cambiar?
Pese a que podemos pensar que las personas con ciertos rasgos de personalidad nunca cambiarán, Mariló Pérez nos contradice y asegura que incluso los misántropos pueden dejar de serlo. "La persona con misantropía sí puede cambiar", afirma.
Nos explica que, para ello, sería importante que trabajara en mejorar sus habilidades sociales, su expresión emocional y que la persona pudiera profundizar en qué le ha llevado a generar este odio hacia otras personas. Por ejemplo, "si ha vivido acontecimientos traumáticos en su infancia por parte de un familiar que debería haber cuidado de él, si se ha sentido aislado o marginado durante la niñez o la adolescencia, o en general si ha tenido fallos de apego por parte de familiares profesores o iguales que le han generado la creencia de que no puede confiar en los demás y que es mejor permanecer en solo o con una coraza emocional para no ser dañado".
Acudir a un profesional de la psicología, por tanto, puede ayudar a un misántropo a ver a las personas de otra manera, a comprender sus sentimientos y, con terapia, a cambiar su perspectiva y vivir su vida con mayor plenitud.
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