Cuando comienzas una relación de pareja, no es extraño que quieras hacerlo todo pegada a ella, que vivas ‘anclada’ a tu media naranja. Aunque hay relaciones de todo tipo, más o menos independientes, lo cierto es que es algo habitual. El problema llega cuando 'ese anclaje', por seguir con ese término, se convierte en excesivo, lo que puede llegar a ser perjudicial para la buena salud de la relación. Y es que todos necesitamos nuestro espacio.
“Sentirnos anclados, atrapados o incluso con sensaciones como ‘no puedo vivir sin mi pareja’, puede llegar a ser muy negativo a nivel individual (y por lo tanto también a nivel de pareja) y llevarnos a sentirnos impedidos para tomar decisiones por nosotros mismos. Es importante tener un espacio para uno mismo, donde disfrutar de mis amistades, de mis conocidos... y sentirme cómodo sin la necesidad de que mi pareja esté presente”, nos confirma la psicóloga Montse Marsà, de Mundopsicologos.com, que considera que aquellas relaciones que no nos permiten tener espacios separados, resultan dependientes y pueden llegar a hacernos mucho daño en nuestra autoestima y bienestar emocional.
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Conseguir cierta independencia
Parece claro que la independencia en la pareja puede ser, incluso, la clave de una relación sana y duradera, tal y como explica la especialista. “Para mí la independencia es libertad, saber moverme por mí mismo/a sin la necesidad de que mi pareja venga conmigo, de saber pedir ayuda a mi pareja pero también a otras personas. Independencia es libertad. Es la libertad de estar en una relación y al mismo tiempo saber que puedo irme cuando me haga daño y ya no me permita evolucionar individualmente.
Esto no impide que podamos vivir juntos y al mismo tiempo que cada uno sienta que tiene la libertad de ser quien es y hacer cosas por su cuenta, siempre teniendo en cuenta que compartiré con mi pareja mis planes tal y como hayamos pactado”, considera.
Eso sí, no todas las parejas tienen el mismo nivel de independencia, y eso está bien siempre y cuando funcione para ambos y se haya pactado. “Habrá parejas con muchas actividades por separado, con mucha libertad de planes sin compartir con la pareja, otras que menos, con grupos de amigos en común, parejas que viven juntas y otras que no... Todas las opciones son válidas siempre y cuando la libertad e independencia esté como un pilar fundamental en la pareja y sea pactado”, detalla la psicóloga.
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Claves para mantener la independencia en la pareja
1. Es fundamental, en primer lugar, entender y aceptar que nuestra pareja no es de nuestra propiedad. Esto significa que tiene la libertad de hacer sus planes, de tener sus espacios y tomar sus propias decisiones. Este punto es clave para respetar las necesidades de mi pareja y entender que somos seres individuales que nos escogemos, no que estamos obligados a estar juntos.
2. Piensa que en la pareja somos 3: yo, mi pareja y LA pareja. Esto significa que yo tengo mi espacio y mi independencia, mi pareja también tiene su espacio e independencia, y después tenemos LA pareja, como espacio y tiempo que decidimos pasar juntos.
Imagínate dos círculos superpuestos por sus lados: el espacio donde confluyen es LA pareja, todo el resto es el espacio individual e independiente de cada uno.
3. Pacta con tu pareja los espacios para pasar juntos. La idea es que sean espacios consensuados, en lugar de espacios obligados. Así, el resto de espacios, cada uno podrá dedicarlos a lo que decida.
4. Respeta (y si puede ser comprende) los espacios de independencia que tu pareja necesite. Y por lo tanto, también reclama que tu pareja respete los tuyos.
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Más consejos útiles
5. Sigue manteniendo tus amistades y propón espacios donde no venga tu pareja. Esto no significa que tu pareja no venga nunca con tus amigos, sino que puedas combinar espacios "libres" de tu pareja y poder estar con tus amigos.
6. Intenta no dejar de lado esos espacios que tenías tuyos y que dedicabas a tus hobbies. Evita dejar de lado tus cosas (tus actividades, tus amigos...) para tener más tiempo con tu pareja. Es cierto que al principio tal vez se reducirán los tiempos, pero después hay que ir recuperándolos en la medida de lo posible.
7. Puede ayudarte también entender en qué fase está LA pareja, y así poder entender tus necesidades e ir evolucionando a otras etapas. Esto quiere decir que tal vez estás en la primera fase de la pareja, donde quieres pasar todo el tiempo con tu pareja, es una etapa de fusión... mientras que, si estás en una etapa de diferenciación, donde hay una estabilidad, seguridad y compromiso en la pareja, los espacios diferenciados son importantes y necesarios.
8. Y siempre, siempre, comunícate. Expresa cuando necesites espacios, escúchate a ti mismo/a y exprésale a tu pareja cuando haya algo que te esté faltando y necesites. LA pareja tiene que ser un espacio seguro y cómodo, por lo tanto, un espacio donde puedo ser yo y mantener mi independencia. Y si no es así, necesito valorarlo, reflexionarlo y tomar decisiones. La pareja es libertad y bienestar.
Tiempo para nosotros mismos
Queda claro, por lo tanto, que es fundamental dedicarnos tiempo a nosotros mismos. La psicóloga va más allá: “¡Es importantísimo!. En consulta me encuentro muchas personas que han dejado de dedicarse tiempo a ellas mismas: se ven absorbidas por todas las responsabilidades, trabajos, estudios, los hijos, las tareas del hogar... y eso les ha llevado a no dedicarse ni un minuto a ellas mismas. Esto, además, combinado con dependencia emocional hacia la pareja, lleva a daños en nuestra autoestima y a la posible presencia de sintomatología ansiosa o incluso depresiva”. Por eso, insiste en la importancia de dedicarse espacios de calidad a uno mismo, igual que se lo dedicamos al trabajo, a la pareja, etc.
“Cuando nos dedicamos tiempo nos consideramos válidos, libres y aprendemos a estar cómodos con y por nosotros mismos, sin la necesidad de otra persona. Además, y no menos importante, dedicarnos tiempo nos ayuda a situar todas nuestras emociones, revisarnos, gestionarnos... y así no trasladar o proyectar en nuestra pareja nuestros miedos, preocupaciones y carencias emocionales”, considera.
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¿Por qué las parejas suelen volverse tan dependientes?
Lo tenemos claro y, lo más seguro, es que nos sepamos la teoría. Pero entonces, surge la duda de por qué es tan habitual que las parejas suelan volverse tan dependientes. “Hay una parte que es real: compartir el día a día, saber que existe una persona a tu lado que te respeta y que te escucha, hace que creemos un vínculo más ‘dependiente’ que tal vez con un amigo/a. Aquí tal vez reflexionaría el si es una ‘dependencia sana’ donde se promueve la libertad y se tiene presente la independencia, o bien una dependencia negativa donde nos ‘abandonamos’ a nuestra pareja y dejamos de ser seres individuales”, explica la psicóloga, que incide en la importancia de saber discernir entre los matices de dependencia que podemos estar afrontando.
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Buscar el equilibrio, la clave
Le planteamos, por último, a la psicóloga si lo ideal está en el equilibrio, en buscar el punto medio. “Exacto. Hay que pasar tiempo juntos, pero también hay que encontrar momentos para estar separados y sentirnos cómodos.
A veces no será 50-50 por el motivo que sea, lo que es importante es que sea una independencia que nos permita sentirnos cómodos y, sobre todo, que la hayamos pactado. Con esto quiero decir que a veces habrá factores que nos llevarán a ser menos independientes, igual que habrá etapas donde seremos más o menos independientes. La clave estará en sentirnos cómodos, en saber que tenemos libertad y en seguir sintiendo que escojo a mi pareja diariamente. Tener siempre la libertad nos permite tener una relación sana, de cuidado, de escucha, de comunicación y de respeto, pilares fundamentales en una relación de pareja”, concluye Montse Marsà.
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