Estamos en los meses más calurosos del año y, además, en los que los días más horas de sol tienen. Largas horas frente al astro rey en las que, si no se toman precauciones, podemos tener serias consecuencias para nuestra salud. Y es que el sol es uno de los principales causantes del envejecimiento prematuro de la piel, la aparición de manchas y en los peores casos, del cáncer de piel.
“El sol es el principal causante de las manchas y las arrugas que aparecen en la piel, aunque su aparición no sea de forma inmediata. Por ello, es imprescindible seguir unos correctos hábitos fotoprotectores que ayuden a proteger la piel de los rayos UVA y UVB del sol desde la infancia, para evitar así el estrés oxidativo de la piel”, explica la Dra. Mercè Campoy, Especialista en Medicina Estética y Láser Directora de la Clínica de la Dra. Mercè Campoy y miembro de la SEME.
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1. La norma imprescindible es usar siempre protector solar, incluso cuando el día está nublado. Sin duda, es nuestra mejor arma para protegernos de los efectos dañinos de las radiaciones solares. Y hay que tener en cuenta ciertos aspectos para elegir un buen protector solar. Tiene que ser de amplio espectro, proteger de los rayos UVA y UVB, ser resistente al agua y tener un factor de protección alto SPF 30 o superior. Y, en opinión de la doctora, hay otras consideraciones que debes tener en cuenta:
- Es importante usar un fotoprotector específico para el rostro. ¿El motivo? La piel de la cara es más fina y delicada que la del resto del cuerpo, por lo que conviene utilizar una crema protectora especial, con texturas más agradables y adecuadas.
- En el rostro, la cantidad adecuada de fotoprotector son dos líneas extendidas en dos dedos.
- Es importante reaplicarlo cada dos horas o cada 40 minutos si se nada o se baña.
- Ten en cuenta que el fotoprotector debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición solar.
- Y, como decíamos, hay que extremar la precaución en los días nublados y/o con viento, pues la radiación solar es la misma, pero la baja sensación de calor hace que no la percibamos igual que un día de pleno sol.
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2. Otra norma básica es evitar exponerse al sol durante las horas centrales del día (de 12h a 16 h).
3. No te sacies de sol. Estás deseando ir a la playa, disfrutar de esos días de relax, de verano, al fin y al cabo. Pero no es aconsejable pasar largas jornadas en la playa o en la piscina con una exposición constante al sol. Ten muy presente que la exposición solar siempre debe ser progresiva.
4. Hay accesorios que se convierten en excelentes aliados, como pueden ser los sombreros de ala ancha o las gorras. Y es que te ayudan a evitar la exposición directa del sol en la cara.
5. Ojo con el uso, antes de tomar el sol, de los cosméticos, las colonias, los perfumes o todos aquellos productos que contengan alcohol en su composición. Pueden ser fotosensibles y hacer que tengas quemaduras.
6. Y no solo los cosméticos. Hay que tener especial cuidado con los medicamentos fotosensibilizantes, como es el caso de algunos antibióticos, antinflamatorios, anticonceptivos orales, etc. Por eso, si se está en tratamiento, es importante consultar con el médico.
7. Cuidar la piel antes de la exposición es fundamental. Así, en casa debe seguirse como rutina de belleza diaria: exfoliar + limpiar + hidratar. ¿Qué conseguimos con ello? La piel estará más sana y, en consecuencia, el bronceado sea más uniforme y duradero.
8. Y la dieta también es importante. Lo que comes influye en la salud y el estado de tu piel. Así, una alimentación equilibrada también es imprescindible para una piel sana y fotoprotegida. Los expertos recomiendan aumentar ingesta de frutas, verduras y hortalizas. En verano lo tenemos sencillo, pues tenemos a nuestro alcance alternativas como frutas de temporada como el melón, la sandía, el kiwi, o algunos cítricos, todas ellas son ricas en agua y vitaminas A y C. También son buenas las verduras de hoja verde, el brócoli, el tomate, las zanahorias, que aportarán una óptima cantidad de betacarotenos.
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9. Y bebe agua. La hidratación no es solo por fuera, sino también interna. Beber la cantidad suficiente de agua para mantener la piel hidratada es vital. Se recomienda beber alrededor de dos litros diarios.
10. Una opción es tomar suplementos orales para tomar el sol. La fotoprotección oral se convierte en una buena ayuda para prevenir y combatir el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas. “Se aconseja tomarlos unos 15 días antes de la exposición solar y durante todo el verano. Este tipo de suplementación es ideal en pacientes que se han realizado tratamientos fotosensibilizantes como láser, peelings, aplicación de retinoico, así como en pacientes que toman medicamentos fotosensibilizantes. La ingesta de este tipo de suplementos siempre ha de ir combinada con la crema de protección solar ¡nunca la sustituye!”, apunta la experta.