El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson suele implicar un shock para quien lo padece os sus familiares, por las consecuencias que puede tener esta dolencia en la calidad de vida. La EP pertenece a los llamados Trastornos del Movimiento y se trata de una alteración neurodegenerativa que afecta directamente al sistema nervioso de manera progresiva y crónica. Entre sus síntomas más conocidos están la rigidez muscular, los temblores, los trastornos del sueño o extremidades inquietas. Y estamos ante un problema no menor, pues en la actualidad, hay entre 7 y diez millones de personas diagnosticadas con EP en todo el mundo.
Una enfermedad rodeada de falsos mitos, que desde Boston Scientific, junto con la campañade la Federación Española de Párkinson (FEP) La Otra Cara del Párkinson, se proponen desterrar. El objetivo es desmitificar la imagen errónea que existe sobre la misma, combatiendo el estigma social, los prejuicios y estereotipos que la rodean. Y resumen los que son cinco de los más habituales, pues, aunque es cierto que la EP es el trastorno neurológico de más rápido crecimiento, todavía hay una serie de conceptos erróneos que obstruyen la visión de la realidad.
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1. Solo afecta a las personas mayores
Cada vez vivimos más, y es cierto que debido al envejecimiento de la población se espera que la prevalencia de la EP aumente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque la mayoría de las personas diagnosticadas de EP son mayores de 60 años, entre el 10 y el 20% de los pacientes tienen menos de 50 años y la mitad de ellos menos de 40. Cifras que se deben tener también muy en cuenta.
2. Una persona sin síntomas visibles no puede tener la enfermedad
Asociamos, de primeras, la enfermedad de Parkinson con el temblor tan característico. Cada paciente es un mundo y no todos los síntomas de la EP son tan claramente visibles como el temblor que suele asociarse al trastorno. Así, de forma bastante habitual, en los años previos pueden prevalecer síntomas como el estreñimiento, los trastornos del sueño o la disminución del sentido del olfato. Síntomas que, probablemente, no relacionabas con la enfermedad.
3. El curso de la enfermedad está predeterminado
Volvemos a insistir en la idea de que cada paciente es único. El impacto y el curso de la enfermedad de EP varían mucho de una persona a otra y hacen que sea difícil dar una predicción individual con certeza. Al ser un trastorno progresivo, los síntomas pueden fluctuar y variar en intensidad.
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4. Es una enfermedad mortal
Hay pacientes que conviven con la enfermedad durante muchos años. Y es que, a diferencia de un ictus o un ataque al corazón, la EP no tiene un resultado fatal directo y sus síntomas suelen desarrollarse durante un largo periodo de tiempo. Hay, además, hueco para la esperanza y el optimismo, pues con un tratamiento personalizado, los pacientes con párkinson de inicio temprano pueden llevar décadas de vida relativamente normal.
5. La EP sólo puede tratarse con medicamentos
Aún no existe la cura definitiva para esta enfermedad neurodegenerativa. Pero aunque la enfermedad en sí no puede curarse, existen diferentes opciones terapéuticas para devolver a los pacientes su calidad de vida, entre ellas la medicación, el deporte o un procedimiento mínimamente invasivo en el cerebro (Estimulación Cerebral Profunda - ECP).