La sarna o escabiosis es una infección parasitaria provocada por un ácaro. Este parásito se adhiere a la piel, penetra en ella y deposita unos huevos que eclosionan a los 21 días. Debido a esta infestación, se produce una reacción alérgica que provoca mucho picor e incita al rascado, sobre todo, nocturno, alterando la calidad del sueño. La sarna es inofensiva. De hecho, “no invade más allá de la epidermis, no es un germen invasor, y tampoco compromete órganos internos”, indica la Dra. Cristina Galván, dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles en Madrid, que ha participado en el 49º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), celebrado en Málaga y que ha acogido la sesión: 'Sarna, ¿qué está pasando?'
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- Leer más: Así se contagia la sarna
Cómo saber si lo que tengo es sarna
Los síntomas de la sarna son los siguientes:
- Mucho picor, sobre todo durante la noche (de ahí la alteración en la calidad de vida de los afectados)
- Erupción cutánea que suele aparecer entre los dedos de manos y pies, manos y muñecas, axilas, pecho y glúteos
- Debido al rascado constante, aparecen úlceras y lesiones que pueden sobre-infectarse
- Surcos en la piel
El diagnóstico debe realizarlo un médico y suele hacerse mediante la exploración física, el raspado de las lesiones y el posterior análisis en el microscopio. Respecto al tratamiento, consiste en la administración de fármacos orales y tópicos para eliminar la infestación. Uno de los medicamentos más conocidos para la sarna es la permetrina.
Ni se contagia por los animales, ni está relacionada con la higiene
La sarna humana se contagia por contacto con la piel de otra persona infectada. No se contrae a través de las mascotas o los animales, ni tampoco en los probadores. Es más, los expertos insisten en que hay que eliminar algunos mitos relacionados con esta infección. Así lo señala el Dr. Eliseo Martínez, coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV, quien anima a acabar con los "falsos estigmas ligados a esta enfermedad".
Por ejemplo, el hecho de que “se asocia a pobres hábitos de higiene”; y asegura que “las duchas o baños habituales no previenen el contagio”, así como el “lavado habitual de la ropa de personas con sarna tampoco elimina el parásito”, ya que habría que hacerlo al menos a 60 grados. Además, pese a haber sido uno de los espacios en los que se puso el foco cuando se informó sobre el aumento de los casos, “los probadores de ropa no se consideran una vía de transmisión de la escabiosis”. La sarna se manifiesta por la aparición de una erupción en la piel.
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¿Por qué aumentan los casos de sarna?
Aunque, como vemos, no se trata de una enfermedad grave, sí es preocupante su aumento. "En los últimos dos años, los dermatólogos estamos asistiendo a un aumento importante de casos de escabiosis", reconoce la doctora. Pese a no contar aún con datos oficiales sobre la incidencia de esta enfermedad.
Los expertos aluden al confinamiento, por el que “hemos pasado más tiempo en casa, manteniendo un mayor contacto diario entre convivientes; lo que puede haber favorecido el contagio de la sarna en aquellas unidades familiares en las que hubiese un miembro afectado por el parásito”, explica el Dr. Martínez.
La demora en el diagnóstico
Otro de los factores que explican esta tendencia ha sido, según los dermatólogos de la AEDV, “la demora en el diagnóstico y el tratamiento” de los casos de pacientes infectados, que ha hecho que “la carga parasitaria haya sido mayor y hayan permanecido siendo contagiosos durante más tiempo”.
En cuanto a la identificación de la enfermedad, los expertos aseguran que los pacientes “pueden ser asintomáticos durante semanas” y que al notar picores “tarden en acudir al dermatólogo”. Por eso, aconsejan que “ante la mínima sospecha” se acuda al especialista, ya que “el tratamiento adecuado y precoz constituye el arma más eficaz para curar la enfermedad y evitar su transmisión a otras personas”.
Otra de las razones por las que los dermatólogos sospechan que los casos de sarna están aumentando es la pérdida de eficacia de los tratamientos convencionales. La Dra. Galván reconoce que están encontrando “fracasos terapéuticos ante tratamientos validados, recomendados en las guías y correctamente cumplimentados”. Un hecho que también comenta el Dr. Martínez, que asegura que “estudios científicos recientes apuntan a que, efectivamente, la permetrina está perdiendo eficacia, lo que coincide con la impresión de muchos dermatólogos en su práctica diaria”. Es por eso que los expertos han “cambiado el abordaje de la enfermedad, intensificando las pautas del tratamiento o combinando distintos fármacos”.