Skip to main contentSkip to footer
adobe analisis sangre© Adobe Stock

¿Miedo a desmayarte por sufrir fobia a la sangre? Así puedes superarla

Las personas que la padecen pueden establecer patrones de conductas evitativas que impacten en su calidad de vida o en su salud


Actualizado 7 de junio de 2022 - 18:52 CEST

La fobia a la sangre, conocida también como hemofobia o hematofobia es el miedo exagerado que aparece en algunas personas ante la visión de la sangre. Los individuos que la padecen pueden experimentar mareos, sensación de falta de equilibrio, desmayos, náuseas, respiración agitada, temblores y sudores. También, incluso, se puede producir un desvanecimiento. 

Sufrir fobia a la sangre, como veremos, impacta en toda la vida, incluso en el entorno, ya que estas evitan situaciones en las que puede haber sangre o en las que prevean que se va a interaccionar con ella (por ejemplo, una extracción de sangre, donaciones, …). Pueden también evitar ver películas violentas y, en algunas mujeres, renunciar situaciones como puede ser un embarazo ante el miedo intenso que les produce anticipar que verán o se les extraerá sangre en el transcurso del mismo.

¿Por qué se produce la fobia a la sangre? 

Siguiendo el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría (Asociación Americana de Psiquiatría, 2003), la fobia a la sangre está considerada como un tipo de fobia específica. "Este tipo de trastornos se caracterizan por un miedo persistente, intenso e irracional que se produce ante la presencia de situaciones u objetos específicos o ante la anticipación de que estas situaciones u objetos estarán presentes en el futuro. En este tipo de fobia, el desencadenante de este miedo intenso es la sangre, explica Laura Bandera Pastor, miembro de Top Doctors y psicóloga general sanitaria, colaboradora del Gabinete de Psicología Javier Álvarez

Generalmente, se produce en aquellas personas que hayan vivido alguna experiencia traumática en la infancia o la adolescencia relacionada con la sangre. Sin embargo, el componente de aprendizaje social también supone un factor muy importante en este tipo de fobia.

- Leer también: ¿Te dan asco estas imágenes? Quizá sufras tripofobia

¿Se puede llegar a desmayar una persona con fobia a la sangre?

Así como en otras fobias se produce un aumento de la actividad cardiaca durante toda la exposición, en este tipo de fobia puede aparecer una caída brusca de la presión arterial y del latido del corazón, lo que puede acabar en un desvanecimiento.

"En la fobia a la sangre, a diferencia de otros tipos de fobias, se produce un patrón de respuesta fisiológica un tanto particular ante el objeto fóbico. En estos casos, en primer lugar lo que se produce es un aumento de la tasa respiratoria, de la presión arterial y del ritmo cardiaco, a lo que le sigue una bajada rápida en estos parámetros, sobre todo un descenso de la presión sanguínea y un enlentecimiento del ritmo cardiaco. Esta condición se conoce como respuesta bifásica y, cuando el descenso de la presión sanguínea y del ritmo cardiaco son prolongados, se pueden producir los desmayos", aclara la experta.

Impacto de la hemofobia en la vida

Cualquier fobia impacta negativamente en la calidad de vida de quien la padece, puesto que este tipo de miedos exagerados son limitantes y se pueden crear conductas evitativas que, a veces, pueden ser perjudiciales para la salud. De hecho, como adelantábamos, en la fobia a la sangre, los individuos pueden evitar ir al médico, al odontólogo o a hacerse análisis de sangre.

Por otro lado, los padres que la sufren, pueden experimentar problemas cuando sus hijos se hacen heridas. O reaccionar de forma exagerada ante ellas. Asimismo, es posible que les impidan acudir a actividades que puedan suponer un riesgo de lesión o limitarse ellos mismos. 

- Leer también: Cómo superar la fobia a los perros u otros animales

¿Qué deben hacer estas personas para superar su fobia?

Actualmente, se conoce que uno de los principales mecanismos que mantienen este tipo de fobia es el refuerzo negativo, es decir, las conductas de evitación y las creencias negativas que mantiene el afectado alrededor del estímulo fóbico. Es por lo que, "romper con las conductas de evitación suponen un paso fundamental en la mejora", asegura la psicóloga.

Dentro de la terapia psicológica para el tratamiento de la fobia especifica a la sangre, la exposición en vivo es uno de los tratamientos con más datos sobre su eficacia. A su vez, si la exposición en vivo se combina con otro tipo de técnicas como la respiración controlada, las técnicas de relajación o la reestructuración cognitiva, se ha encontrado que se potencia su eficacia. Por tanto, "ponerse en manos de un profesional de la psicología supone un eje principal, sobre todo en aquellos casos en que la evitación se produce con frecuencia o esta interfiere notablemente en la vida de la persona que padece este problema", concluye Laura Bandera Pastor, miembro de Top Doctors.