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Estas son las razones que pueden hacer que tengas sed excesiva

Las ganas de beber demasiado pueden ser el resultado de una enfermedad física o emocional


Actualizado 30 de mayo de 2022 - 13:58 CEST

Todos necesitamos el agua, un elemento fundamental para nuestro organismo. No es extraño tener sed en algún momento, cuando nuestro cuerpo nos manda señales de que la necesita. Pero, ¿qué es lo que se considera sed excesiva? “La sed excesiva o polidipsia es una sensación anormal de requerir siempre el consumo de líquidos. La sed es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo. Tomar grandes cantidades de agua es saludable en la mayoría de los casos. Sin embargo, las ganas de beber demasiado (más de 4-5 litros diarios) pueden ser el resultado de una enfermedad física o emocional”, apunta Andrés T. Andrés, médico de familia del Centro Médico Sanitas Costa Rica, de Madrid.

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¿Cuándo se considera un problema de salud tener sed excesiva?

El experto nos detalla que esto sucede cuando se da alguna de las siguientes características:

  • La sed excesiva es continua e inexplicable.
  • La sed está acompañada de otros síntomas inexplicables, como visión borrosa y fatiga.
  • El volumen diario de orina eliminado supera los 4,5 litros.

¿Por qué tenemos tanta sed?

Nos planteamos cuáles son los motivos que pueden hacer que tengamos mucha sed, entre los que se pueden destacar:

  • Una comida reciente muy condimentada o salada.
  • Diarrea o vómitos prolongados.
  • Sangrado suficiente para causar una disminución considerable del volumen sanguíneo.
  • Diabetes mellitus. Es una enfermedad que se produce cuando el páncreas no puede fabricar insulina suficiente o cuando ésta no logra actuar en el organismo porque las células no responden a su estímulo. Por decirlo de manera sencilla, aparece la diabetes mellitus cuando hay demasiada azúcar circulando en la corriente sanguínea.
  • Diabetes insípida. Es una afección en la cual los riñones son incapaces de prevenir la eliminación del agua. Es una enfermedad diferente a la diabetes mellitus. Aunque ambas comparten síntomas comunes como micción y sed excesivas, además en este caso puede haber confusión y cambios en la lucidez mental debido a la deshidratación y a un nivel de sodio más alto de lo normal en el cuerpo.
  • Toma de medicamentos como los anticolinérgicos, demeclociclina (pertenece a una clase de medicamentos derivados de la tetraciclina) diuréticos y fenotiazinas (antipsicótico).
  • Pérdida de los líquidos corporales desde el torrente sanguíneo hasta los tejidos debido a afecciones como infecciones graves (sepsis) o quemaduras o insuficiencia cardíaca, hepática o renal.
  • Polidipsia psicógena (un trastorno mental).

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mujer bebiendo agua© Adobe Stock

Calmar la sed

¿Cómo podemos calmar la sed o, lo que es más importante, prevenirla? “La mejor opción para quitarnos la sed a lo largo de los meses de calor es el agua. Hay ciertos consejos que pueden ayudar al paciente a aliviar la sed sin tomar agua como son: congelar pequeños pedazos de frutas (cítricos como naranja, kiwi, pomelo y limón; fresas, piña…)”, apunta el médico de familia.

Y también apunta que una infusión bien caliente no refresca, pero hidrata mejor. “Cuando tomamos bebidas frías nuestro cuerpo tiene que trabajar más para regular la temperatura. Pero si tomamos bebidas con una temperatura parecida a la de nuestro cuerpo, 37ºC, no hacemos tanto esfuerzo y gastamos menos energía. La cerveza y la sangría, por ejemplo, pueden cumplir la función hidratante parcialmente, pero a la larga a causa del alcohol acabamos recuperando la sed”, nos explica.

Además, apunta que para prevenir la sed, es muy importante ingerir líquidos durante y después del ejercicio para evitar la deshidratación. Asimismo, la persona puede optar por bebidas isotónicas, las cuales contienen agua y sales minerales, además de evitar, prevenir o tratar las causas que hemos enumerado anteriormente. “Es fundamental detectar una posible causa orgánica cuanto antes, para poder remediar la situación de forma precoz”, concluye.