Yo, yo y, después, yo. Hay personas que conoces que seguro que cumplen con este patrón. Son las personas egocéntricas, un término que utilizamos para referirnos a aquellas que consideran que sus opiniones o intereses tienen más valor que los de los demás. “Podemos distinguirlos observando cómo su lenguaje está basado en el ‘yo’, centrándose constantemente en sí mismos y siendo incapaces de escuchar al otro. Asimismo, suelen tratar al otro con superioridad, considerándose ‘por encima’ del resto o con más derecho que ellos”, nos cuenta María Orosan, psicóloga sanitaria de Psicopartner, quien nos cuenta que el egocentrismo es un rasgo de la personalidad, aunque pueden influir en su aparición múltiples variables, como pueden ser inseguridades o frustraciones.
Lee también: ¿Y tú, qué tipo de ego tienes?
¿Cuáles son sus principales rasgos?
La especialista nos los resume en los siguientes:
-Sentimientos de grandeza, considerando sus habilidades superiores al resto.
-Distorsión de la realidad, ajustándola a su percepción de grandiosidad.
-Falta de empatía con los demás, presentando dificultades para conectar con sus sentimientos y emociones, por estar muy centrados en los suyos propios.
-Alta autoestima (en muchas ocasiones detrás de esto se esconde un intento de compensar una pobre autoestima).
¿Hay distintos tipos de egocentrismos?
La experta nos cuenta que dentro de las características generales, hay personas en las que prevalecen otras conductas más que otras: los hay que no escuchan a los demás, los que buscan una constante validación, envidiosos, etc.
Lee también: Cómo cultivar la escucha activa
¿Narcisismo = egocentrismo?
Una duda que nos surge es si una persona egocéntrica podría equipararse a una persona narcisista. “No, mientras que en el narcisismo puede haber egocentrismo, no al revés”, nos cuenta la psicóloga, que matiza que el egocentrismo es centrarse en uno mismo, mientras que el narcisismo es utilizar y manipular a los demás.
“Mientras que el egocentrismo es un rasgo de personalidad, el narcisismo es un trastorno, por lo cual, implica una patología”, añade.
Así, según nos indica, el egocentrismo es un rasgo normal en la infancia, inicialmente, el infante está centrado en sí mismo y en sus necesidades, el problema llega cuando la persona se desarrolla y le cuesta salir de ese mundo interior, manteniendo altos niveles de egocentrismo, con las consecuencias que estamos viendo que acarrea. “Pero el narcisismo implica algo más allá, que es una búsqueda de atención constante y manipulación del otro”, nos explica.
Lee también: Estos son los rasgos que definen a una persona narcisista
Convivir con una persona egocéntrica
Vistas las características de estas personas, nos planteamos si es complicada la convivencia con alguien egocéntrico. “Imagínese convivir con una persona que se pasa el día hablando de sus gustos, sin tener en cuenta los suyos, priorizando constantemente sus apetencias por encima del resto y maximizando sus logros frente a los suyos. Probablemente su autoestima se quedaría por los suelos, ¿verdad?”, nos explica.
Lee también: Autoestima vs. egoestima: ¿en qué se diferencian?
Problemas que se derivan del egocentrismo
¿Cuáles son los principales problemas que le puede acarrear a una persona ser demasiado egocéntrica? La psicóloga hace mención al más destacable en su opinión: la soledad. “Puede acarrearle sentimientos de soledad y es que, una persona que sólo se centra en sí misma tiende a alejar a los demás.
Como los seres humanos necesitamos conexiones sociales para nuestro bienestar emocional, dicho bienestar se puede ver seriamente afectado”, concluye la psicóloga.
Lee también: Por qué es tan importante cuidar tu bienestar emocional