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Y, de repente, notas que no estás fina, que no atinas, lo que hace, claro está, que no se te valore. A veces es algo puntual, pero en otras ocasiones, es una sensación que se prolonga en el tiempo... no hay duda, estás con la autoestima baja. Podemos darnos cuenta si somos nosotros quienes nos enfrentamos a este problema, pero ¿cómo podemos detectar que una persona de nuestro entorno tiene la autoestima bajo mínimos? "La persona con baja autoestima suele mostrar una elevada autoexigencia sin que nada de lo que haga sea suficiente. Les cuesta enfadarse por si les rechazan, lo que hace que les cueste poner límites, o se enfadan demasiado con las personas de más confianza porque se sienten frustradas y son excesivamente susceptibles", nos cuenta Laura Palomares, psicóloga de Avance Psicólogos.
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La experta añade también que les cuesta tomar decisiones por miedo a equivocarse y tratan de pasar desapercibidas en las reuniones sociales y mostrarse tímidas. Un extra que puede ayudarnos: "El lenguaje corporal da pistas, y una postura retraída, tensa, un bajo tono de voz, etc. puede estar detrás de una baja autoestima", nos comenta la especialista. Pero, eso sí, añade un matiz importante: "En ocasiones esto no es así en absoluto, y la persona más habladora de la reunión y que más atención atrae, puede en el fondo estar compensando una baja autoestima".
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¿Cómo podemos ayudar a esa persona?
Una vez que hemos tenido la capacidad de detectar dicho problema, ¿cómo podemos ayudar a una persona cercana con problemas de baja autoestima? "La persona con baja autoestima ha podido tener experiencias que han tocado directamente su estima o valoración personal. Ha podido no sentirse vista en el ambiente familiar, haber sido exigida en exceso o descalificada. Puede no haber desarrollado su autonomía a la hora de hacer o tomar decisiones… Otras veces no se debe a experiencias tempranas si no a un bajo autoconcepto debido a la autoexigencia", nos explica Laura Palomares, que nos resume los que son, en su opinión, los consejos más útiles para echarle una mano y conseguir levantar la autoestima:
-Que se sienta escuchada es fundamental. Su opinión es importante y estaremos muy atentos a ella para hacérselo sentir.
-También cuando se trate de emociones, recogiéndolas sin juzgarlas.
-Reconocer sus logros y transmitirle cuánto los valoramos, cuando venga a cuento y lo consideremos importante.
-La autoestima está directamente relacionada con la autonomía, por lo que también trataremos de reforzar ese aspecto y animar a ello.
-La animaremos también a poner límites, a decir no, a expresar sus emociones, opiniones y derechos.
-Si le cuesta, siempre podemos proponerle que acuda a un psicólogo que le enseñe a ser asertiva y a reforzar este aspecto, además de profundizar en su autoestima.
Su relación con otras personas
Nos planteamos, además, si puede llegar a afectar a una relación la baja autoestima de la otra persona. "Sí. A menudo la persona con baja autoestima es muy sensible a las críticas, aun cuando estas sean bien intencionadas e incluso constructivas. Esto puede generar conflictos por lo que se puede ir perdiendo la comunicación", apunta Laura Palomares. Y es que la susceptibilidad, el exceso de autoexigencia, la desconfianza, el miedo a expresar emociones por si sufro un rechazo, no confiar en las propias capacidades para defenderme en la vida, etc., son algunas de las emociones que acompañan a la persona con baja autoestima. "Esto les hace sufrir mucho y a menudo puede provocar que no expresen ni comuniquen lo que piensan y sienten, por miedo a rechazo o al conflicto, o bien que acaben siendo muy dependientes emocionalmente de sus parejas, familia, amigos, porque piensan que ellas solas no pueden", concluye la psicóloga.