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pies verano© Adobe Stock

Hongos en las uñas: causas, síntomas y tratamiento

Son un problema que aumenta en los meses de verano


19 de mayo de 2022 - 15:49 CEST
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Estamos ante un problema que afecta a un 18% de la población adulta (tanto hombres como mujeres), conocida como onicomicosis, una molesta infección por hongos en las uñas de los pies bastante más frecuente en verano, y que aumenta con la edad (tanto es así que en mayores de 70 años llega a ser del 50%). Aunque puede darse en las uñas de las manos, lo cierto es que es más habitual en las de los pies. Por eso, es importante saber cómo actuar frente este problema, al que no siempre le prestamos la atención que se merece, pero que hay que abordar con cierta rapidez para evitar problemas mayores.
 

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pies piscina© Adobe Stock

Cuáles son sus causas

El primer paso es determinar las causas por las que aparecen los hongos en las uñas de los pies. “Suelen aparecer por un exceso de humedad en lámina ungueal que es diferente a la piel”, nos detalla Maite García, vicepresidenta del Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana. Son, claro está, un problema que empeora en los meses de verano. “Con los aumentos de temperatura existe un cambio en el pH de la piel que regula los procedimientos infecciosos, por lo tanto, con el aumento del sudor aumenta la humedad de nuestros pies y, sobre todo, en mayor parte en las mujeres que emplean y abusan del esmalte de uñas”, nos cuenta la especialista. Por eso, especialmente en verano, hay que tener cuidado con las baldosas de las piscinas o el uso excesivo de sandalias.

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¿Se puede prevenir su aparición?

Hay que intentar, por lo tanto, prevenir su aparición. Y hay opciones para hacerlo. “No podemos generalizar en todos los tipos de pie, pero hay que mantener nuestros pies secos en el caso de que tengamos tendencia a la sudoración (como en el caso de los deportistas, personas que usan un calzado de seguridad, etc.). Existen productos que neutralizan o reducen el exceso del mismo, pero lo más importante es mantenerlos lo más secos posible. Por ejemplo, es importante secar los pies al salir tanto de la playa como de la piscina”, nos cuenta.

Los expertos de la firma Orly, por su parte, resumen una serie de consejos útiles que ayudan en la prevención de este problema:

  • Mantén cortas las uñas de los pies para evitar que se acumulen bacterias que deriven en la infección por hongos.
  • Usa calzado transpirable para evitar la sudoración excesiva, sobre todo ahora en verano. Y cuando puedas, airea los pies, para que estén secos lo máximo posible.
  • Utiliza calcetines de algodón y cámbialos a menudo para evitar que acumulen humedad.
  • Cuidado en las duchas públicas, usa siempre chancletas o calzado que aísle los pies del contacto directo con el suelo. Esta misma medida aplícala cuando vayas a la piscina. Los bordillos suelen estar húmedos, por lo que aumenta el riesgo de contraer onicomicosis.
  • Cuida tu bienestar, la mala alimentación y el estrés debilitan el sistema inmunológico, por lo que es más fácil que te infectes por hongos.
  • No compartas tu toalla de baño ni tu calzado con nadie.

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Factores de riesgo

Y es que no hay duda de que sudar en exceso es un factor de riesgo para padecer este problema. “Aquellas personas que tienen padres con trastornos de la sudoración, las personas son dependientes o que utilizan en exceso de algunos productos de belleza como los esmaltes, tienen más riesgo. No podemos olvidar ciertos trabajos que implican llevar calzado de seguridad o que sometan al pie a altas temperaturas”, nos detalla la especialista. También puede influir el hecho de sufrir enfermedades de la piel como la tiña, la psoriasis o el pie de atleta.

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¿Cuáles son sus síntomas?

Hay una serie de señales que nos pueden indicar que nos encontramos ante este problema relacionado con la salud de nuestros pies. “El más común es la mancha blanca en forma de aceite, así como que la uña empiece a hacerse amarilla por los lados y tenga un aspecto como acorchado”, resume la especialista en Podología.

 

Ese cambio de color o de forma en una uña, generalmente se manifiesta en la del dedo gordo del pie. Lo más habitual es que la uña se torne amarillenta y se engrose, aunque también puede presentar un aspecto blanquecino y una estructura frágil, quebradiza o deformada. Puesto que la infección no genera dolor inicialmente, los pacientes suelen tardar en acudir al médico y cuando lo hacen, la onicomicosis se ha extendido a las uñas del resto de dedos.
 

Por eso, hay que acudir al especialista cuando se detectan los primeros síntomas y se percibe un cambio en la apariencia de alguna uña. Cuanto más se tarda en tratar la onicomicosis, más riesgo hay de que la infección se extienda y aparezca dolor que incluso se puede llegar a cronificar.
 

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¿Cómo se trata el problema?

Pese a la prevención, hay ocasiones en las que nos encontramos con este problema. Una vez que aparece, ¿cuáles son los pasos a seguir? Como decíamos, “lo imprescindible es tener primero un diagnóstico médico. Una vez confirmamos que son hongos, tenemos que evitar usar productos que salen en la televisión, es decir productos que no son con prescripción médica, puesto que, por lo tanto, no tendrán el porcentaje necesario de la medicación para tratar la infección. Y también porque es importante saber que no todas las onicomicosis se desarrollan por el mismo tipo de hongo y, para ello, se precisa un cultivo que nos dirá qué tratamiento es más efectivo. Esto sólo lo puede hacer un profesional sanitario, como es el podólogo en este caso”, nos cuenta.
 

“Lo más eficaz es hacer un cultivo y saber qué tipo de hongo nos está afectando para emplear el antimicótico más específico y más fuerte”, explica, y añade que siempre hay que consultar con un especialista cuando notamos un cambio en las uñas de nuestros pies, pues también es importante saber que a veces las manchas en las uñas no son hongos y, por lo tanto, pueden esconder otras alteraciones. Todo para prevenir posibles complicaciones. La más grave es la destrucción completa de la lámina ungueal alterando esa uña para siempre.
 

Intervención quirúrgica y láser

Aparte de la intervención quirúrgica, que está reservada para casos muy puntuales en los que es necesario extirpar la uña, actualmente los mejores tratamientos para curar la onicomicosis son tres: cremas, fármacos y láser. Los antifúngicos tópicos son uno de los tratamientos tradicionales para curar esta enfermedad. Sin embargo, la duración de la pauta es muy larga (varios meses), por lo que resulta una técnica incómoda y latosa. Además, dependiendo del grado de infección de la onicomicosis, la eficacia puede llegar a no ser la esperada y son frecuentes las recaídas.
 

Existe también la opción del tratamiento por medio de láser, que es indoloro, seguro y eficaz. Consiste en la aplicación de calor por medio de láser en la zona afectada. El efecto térmico del láser penetra en la uña y debilita y elimina los hongos que han provocado la infección: “Tan solo son necesarias tres o cuatro sesiones para acabar con esta infección, a diferencia de los largos periodos de tratamiento que exigen las alternativas. El tratamiento láser para onicomicosis es una opción muy interesante tanto para el médico como para el paciente, porque no tiene efectos secundarios y no requiere tiempo de recuperación”, detalla el Dr. Mario Arques, de Arques Clinic en Marbella. Además, no solo no es invasivo, también es rápido y sencillo, pudiendo retomar inmediatamente la vida diaria o evitando estar pendiente del tratamiento durante meses con el riesgo de abandono o mala administración por olvidos.