En el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) vamos a hablar de una patología que se está experimentando avances en su tratamiento, pero que aún es necesario superar algunos escollos, como el retraso en el diagnóstico. Se trata de la colitis ulcerosa. "Es una enfermedad inflamatoria intestinal crónica que afecta al colon de pacientes jóvenes entre la segunda y tercera década de la vida y que tiene una causa multifactorial. En la aparición de la colitis ulcerosa se han implicado factores de predisposición genética en conjunción con factores ambientales, tales como la industrialización y los hábitos dietéticos no saludables, así como una alteración de la respuesta inmunológica frente a determinados antígenos presentes en la luz del intestino", explica la Dra. María Isabel Vera Mendoza de la unidad de EII del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.
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Al igual que la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa parte de las denominadas Enfermedades Inflamatorias Intestinales que afectan, principalmente, al tracto gastrointestinal”, explica la Dra. Beatriz Rodríguez, especialista del Aparato Digestivo de Vithas Las Palmas. Su diagnóstico ha aumentado en las últimas décadas, en concreto, entre la población más joven, convirtiéndose en dos de las patologías crónicas con una prevalencia creciente en todos los continentes. De hecho, se estima que cerca de 2,5 millones de personas padecen algún tipo de enfermedad inflamatoria intestinal en Europa, mientras que, en nuestro país, alrededor de 360.000 pacientes sufren una EII, según la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España.
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Identificar los síntomas para un tratamiento precoz
Como decíamos, de los principales retos al que se enfrentan los médicos y los pacientes que sufren esta enfermedad es la identificación de los síntomas para un correcto diagnóstico.
"El síntoma principal de la colitis ulcerosa es la rectorragia o emisión de sangre con las heces, así como el dolor abdominal y la diarrea. También pueden aparecer otros síntomas como el cansancio, la fiebre, la pérdida de peso", detalla la Dra. María Isabel Vera Mendoza. Es muy importante tener en cuenta estos síntomas para acudir al médico y que este realice las pruebas médicas necesarias para confirmar el diagnóstico.
Y es que, para su correcto tratamiento, el diagnóstico precoz es fundamental, puesto que "permite la instauración temprana del tratamiento médico y disminuir la incidencia y severidad de complicaciones tales como estenosis intestinales, fístulas, y perforaciones de víscera hueca, así como la patología perianal", declara el Dr. Alfredo Vivas, cirujano general y del aparato digestivo del hospital Vithas Madrid Arturo Soria.
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¿Cuál es el tratamiento?
"El tratamiento inicial de la colitis ulcerosa es la mesalacina (perteneciente al grupo de los antiinflamatorios intestinales) en los brotes leves, los corticoides en los brotes moderados y graves, y la terapia biológica en los casos de refractariedad o falta de respuesta a los corticoides", indica María Isabel Vera Mendoza.
También destaca que la investigación se dirige hacia el descubrimiento de moléculas más selectivas en el bloqueo de la respuesta inmunológica, así como en la futura combinación de moléculas que permitan un tratamiento más personalizado.
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Tratar bien a las poblaciones más vulnerables
En este sentido, otro de los principales retos es encontrar tratamientos adecuados a un grupo de población, la infantil y los adolescentes, que también la sufren. De hecho, “esta patología crónica ha experimentado un importante aumento en su incidencia en niños y adolescentes en los últimos años”. Así lo afirma el doctor Javier Martín de Carpi, gastroenterólogo Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP).
El doctor señala que un hecho que hay que tener en cuenta a la hora de elegir tratamiento individualizado es que el niño va a precisarlo durante periodos muy largos de su vida y hay que preservar determinados procesos biológicos como son el crecimiento, el desarrollo y la maduración psicológica. Y es que algunos tratamientos administrados para la colitis ulcerosa en adultos, pueden incidir negativamente en el crecimiento de los niños si se usan de manera prolongada.
Actualmente, el doctor Martín de Carpi está liderando el estudio GUITART que trata de evaluar la eficacia de la granulocitaféresis (GMA) en la disminución del riesgo de pérdida de respuesta a otros fármacos. Se trata de un procedimiento no farmacológico para el tratamiento de la colitis ulcerosa, entre otras enfermedades inmunomediadas. Es la única terapia dirigida a los neutrófilos, las principales células inmunológicas desencadenantes de la patología en la colitis ulcerosa. Este tratamiento consiste en la retirada selectiva de los neutrófilos y monocitos activados del torrente sanguíneo mediante el paso de la sangre del paciente a través de una columna externa, fomentando su reemplazo por granulocitos y monocitos inmaduros (no activados). Esta acción reduce la migración de estas células hacia las zonas de inflamación en el colon que, a su vez, reduce la inflamación en el tejido.
En opinión del experto, "por la naturaleza “amigable” de la técnica (equivale a una “limpieza y purificación” de la sangre, eliminando y reemplazando células que actúan agrediendo al intestino), aporta un extra de confianza y de seguridad al paciente que le hace confiar en ella y en sus efectos".
En cualquier caso, es necesario valorar a cada paciente para determinar qué tratamiento puede ser mejor para cada uno.