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¿Qué es el dedo en martillo y cómo hay que tratarlo?

Hablamos con dos expertos sobre la deformidad más frecuente de los dedos pequeños del pie


Actualizado 11 de mayo de 2022 - 13:27 CEST

Estamos ante la que es la deformidad más frecuente de los dedos pequeños del pie. “El dedo en martillo es una deformación de los huesos y articulaciones debido a una alteración del apoyo natural del pie, de forma que el dedo afectado se queda en forma curva”, nos detalla el Dr. Luis Castillo Sánchez, podólogo en Barcelona y miembro de Top Doctors. “El dedo que se deforma con más frecuencia es el segundo dedo (el dedo de al lado del dedo gordo) pero también puede deformarse más de un dedo o deformarse el pequeño”, nos comenta la doctora Laia López Capdevilla, traumatóloga especialista en Cirugía del Pie y tobillo de la Clínica Diagonal en Barcelona y miembro de Top Doctors.

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¿Cómo se manifiesta?

La doctora López Capdevilla nos detalla que el dedo se deforma “engarrotándose” y en la parte de arriba del pie se crea un callo o “rojez” que puede llegar a ser muy doloroso. “Este callo o 'rojez' arriba del dedo se forma por el roce continuado del calzado con el saliente óseo de la articulación rígida y deformada. Suele manifestarme más en invierno porque vamos con zapatos cerrados y más estrechos”, apunta.

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dolor en el pie© Adobe Stock

¿Cuáles son las causas que provocan este problema?

Son muchos los factores que causan estas deformidades, pero los principales son la herencia (la carga  genética es importante y si nuestros padres tenían esta y otras deformidades como el juanete tenemos más predisposición), el mal uso del calzado (estrecho, en forma de punta obliga a poner los dedos dentro del zapato y si no tienen sitio a deformarse o engarrotarse para entrar),  tener un juanete (la deformidad del dedo gorro empuja a los otros dedos hacia al lado y los puede deformar), y tener un dedo más largo que los otros.

¿Hay personas con más riesgo de padecerlo?

La traumatóloga y el podólogo nos resumen quiénes son las personas con más riesgo de padecerlo:

  • Personas que usan habitualmente zapato estrecho y en punta (habitualmente mujeres que visten con tacones y en punta).
  • Personas que tienen un juanete.
  • Personas que tienen tendencia a tener mucho puente (pie cavo).
  • Determinados deportistas con gran hiperactividad de los tendones extensores como pueden ser jugadores de baloncesto.
  • Personas con enfermedades reumatológicas (como la artritis reumatoidea).
  • Las personas diabéticas son más propensas a padecer este tipo de deformidades.

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¿Cómo se llega al diagnóstico de este problema?

“El diagnóstico es fundamentalmente clínico por un traumatólogo/a (a poder ser especialista en cirugía del pie y tobillo) y unas radiografías. En ocasiones es útil el uso de una resonancia magnética para ver si hay luxación del dedo (es decir si se ha salido de su sitio)”, nos cuenta la doctora López Capdevilla.

¿Cuál es el tratamiento que debe seguirse?

“Una vez que se detecta un dedo martillo se puede tratar de forma conservadora con plantillas de descarga o prótesis de silicona para evitar que se desarrolle aún más la deformidad e intentar corregirla antes de llegar a la cirugía”, detalla el podólogo. Y es que, coincide la traumatóloga que en el caso de que la deformidad no sea muy aparente, el dolor que produce puede aliviarse con calzado cómodo y ancho (con una horma muy ancha) y /o protectores preconformados de ortopedia o hechos a medida por el podólogo (enfundan el dedo para protegerlo).

Pero si el dolor impide caminar o calzarse, o el roce acaba provocando una herida, se puede valorar la cirugía, tal y como explica la traumatóloga. “La cirugía puede variar según el tipo y el grado de deformidad, y se asocia a otras deformidades o dolores como el del juanete. La cirugía puede ser minimamente invasiva o percutánea o bien cirugía abierta. Esto dependerá de la edad del paciente, del grado de deformidad y de la experiencia del cirujano”, detalla.

“A través de la cirugía del dedo en martillo, se corregirá la alineación de los dedos, de tal forma que se restaure la movilidad del dedo y se reduzca el dolor. Las distintas formas de realizar la operación son: extirpando parte de los huesos del dedo del pie, cortando o trasplantando los tendones de los dedos del pie o fusionando la articulación para enderezar el dedo del pie. Por ello, esta cirugía requiere un estudio de la biomecánica del pie. Tras la cirugía se usan temporalmente agujas de Kirschner para mantener los dedos del pie en su lugar mientras el dedo afectado se cura”, detalla el podólogo.

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¿Qué consejos nos pueden ayudar a prevenir esta patología?

Los consejos, en general, van dirigidos al buen uso del calzado:

  • Lleve siempre un calzado de su talla en el que se acomode bien el pie.
  • Puede ser recomendable calzado no plano del todo, con un pequeño tacón (menos de 2 cm).
  • No use zapatos de punta estrecha.
  • La suela del zapato no debe ser excesivamente rígida para permitir el movimiento del pie durante la marcha.
  • Los dedos deben poder moverse discretamente dentro del zapato.
  • En los niños, use zapatos con contrafuerte en el talón y no utilice plantillas dentro del mismo mientras no haya consultado antes con el médico.
  • En caso de inicio de molestias, deformidades y sobre todo dolor, se aconseja visitar un traumatólogo especialista en cirugía del pie y tobillo.

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