Fueron muchas las imágenes que nos dejó la reciente edición de la Gala MET en Nueva York. Pero queremos centrarnos en una, en concreto en Lila Moss, que acaparó buen número de flashes debido a su debut en la alfombra roja con su madre, Kate Moss. Y las cámaras, atentas a su vestido joya, captaron un detalle que no pasó desapercibido: una bomba de insulina y un monitor para medir la glucosa, colocados en su cadera izquierda y en su brazo, y que se dejaban ver a través de las transparencias de su diseño nude de Burberry. No es la primera vez que la joven modelo de 19 años deja ver este aparato con el que controla su diabetes tipo 1, y ella misma ha admitido que este dispositivo va con ella "a todas partes". Ya cuando apareció sobre la pasarela el pasado mes de septiembre en el desfile de Fendi x Versace en la Semana de la Moda de Milán, desfiló en bañador y fueron muchos los que se fijaron en esos accesorios sobre su piel. Los usuarios de redes sociales elogiaron a la modelo. En redes sociales se pudieron leer mensajes como estos: "La importancia de la visibilización y normalización en diabetes. Gracias, Lila Moss" o “Una declaración tan maravillosa, orgullosa y positiva para la diabetes tipo 1”.
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Controlar los niveles de glucosa
Y es que para ella es necesario tener controlados sus niveles de glucosa en sangre y, en caso de ser necesario, de que estos bajen, la bomba le aplica la cantidad de insulina necesaria. La tecnología, sin duda, mejora la calidad de vida de estos pacientes con este tipo de diabetes insulinodependiente. La diabetes1 es un tipo de enfermedad autoinmune que se desarrolla, con mayor frecuencia, en niños, adolescentes y jóvenes. El páncreas, generador de la insulina, deja de funcionar correctamente cuando el sistema inmunitario, encargado de combatir infecciones, destruye las células beta del mismo dedicadas a producir la insulina (a diferencia del tipo 2 en el que el órgano funciona, pero produce menos cantidad).
¿Cómo funcionan las bombas de insulina?
Lo primero es aclarar que estos dispositivos surgen por la necesidad de los pacientes con diabetes de controlar su glucemia o nivel de glucosa en la sangre con precisión. "Es un dispositivo externo al cuerpo por el que se puede administrar la insulina de forma continua al organismo", nos comenta la doctora Aurelia Villar Bonet, especialista en Endocrinología y en Nutrición y Dietética en Lábaro Salud y miembro de Top Doctors, a la que le preguntamos cómo funciona. "Actualmente, el sistema de administración ha evolucionado mucho, pero aún queda por avanzar. El paciente diabético puede programar la cantidad de insulina a administrar según su activad física, horarios de comidas… Se puede ajustar en cualquier momento", nos detalla.
La precisión y la personalización de la dosis es, por lo tanto, uno de los grandes beneficios para las personas que, como Lila Moss, lo usan, porque les permite realizar su vida sin necesidad de pincharse insulina, es la bomba la que la administra, y le permite también una mayor flexibilidad en las comidas, e incluso le da más seguridad a la hora de realizar ejercicio físico sin temor a hipoglucemias. Eso sí, debe estar conectada al cuerpo de forma permanente, por medio de un catéter y de un sistema de infusión, que es lo que hemos podido observar en el brazo y la cadera de la modelo, que no ha tenido inconveniente en que se viera, visibilizando, como decíamos, de esta forma su enfermedad.
"La bomba de insulina es un pequeño dispositivo que administra insulina de forma continuada a través del tejido subcutáneo. También recibe el nombre de ISCI (Infusión subcutánea continua de insulina). Consta fundamentalmente de dos partes: el infusor de insulina y el catéter de conexión", nos cuentan Noelia Sanz y Esperanza Jiménez, enfermeras educadoras en Diabetes del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela. "El infusor es una microcomputadora que permite la infusión de
insulina de manera continua durante 24 horas. El infusor se programa previamente, para que pueda administrar las unidades de insulina necesarias según precise cada persona. El catéter es un fino tubo de plástico que conecta la bomba con la persona. Existen diferentes modelos de bombas de insulina en el mercado. Las bombas de última generación son capaces de tomar decisiones de manera automática en función de los niveles de glucosa que tenga la persona", añaden las enfermeras.
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¿Cómo funciona?
Tal y como nos explican las enfermeras expertas en diabetes, "las bombas de insulina son más fisiológicas, es decir, tratan de simular o reproducir o actuar de la misma manera que un páncreas de una persona sin diabetes". Así, detallan que "la bomba suministra insulina de forma continua las 24 horas del día. A este concepto se le conoce como perfusión o tasa basal. La perfusión será programada previamente por el equipo sanitario, por la persona portadora del dispositivo y/o su familia. Se puede ir haciendo modificaciones de la dosis de insulina según las necesidades que vaya presentado la persona con diabetes. Además de la perfusión o tasa total, también debemos conocer el concepto de bolo de insulina que nos ofrece este dispositivo. Se trata de la administración de insulina no solamente para cubrir las comidas sino también para poder corregir situaciones de hiperglucemia (niveles elevados de glucosa en sangre)".
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¿Qué ventajas le aporta a la persona con diabetes que la utiliza?
Sin duda, su uso tiene ventajas para aquellos pacientes con diabetes tipo 1 que optan por este dispositivo, siempre por recomendación de su especialista. "Permite ajustar el tratamiento a las necesidades de la persona en los diferentes momentos del día. Se precisa más la dosis de insulina en caso de realización de ejercicio físico. Reduce el riesgo de hipoglucemias graves. En definitiva, la principal ventaja de llevar ISCI es que se adapta mejor a las circunstancias del día a día de la persona, permitiendo recibir la dosis de insulina más precisa y con ello un mejor control de las cifras de glucosa", comentan las expertas de Sanitas. "Evita los múltiples pinchazos diarios e insulina. Es posible mejorar el control metabólico, ya que la dosis de insulina se puede ajustar con gran precisión", recalca la doctora Villar Bonet, que matiza, eso sí, que "no la pueden llevar todos los pacientes, ya que se requiere experiencia en el manejo, así como controles frecuentes de la glucemia y vigilar el dispositivo".
¿Qué se debe tener en cuenta?
Y es que ser portador implica, claro está, un tiempo de adaptación y la bomba, claro está, ha de estar bien programada para realizar su función de forma eficaz y satisfactoria. "La persona que lleva este tipo de dispositivos tiene que estar muy entrenada en su manejo al igual que la familia u otros convivientes. Es imprescindible recibir una educación diabetológica adecuada para que la persona sepa y pueda tomar las mejores decisiones en cualquier momento. Por ejemplo, puede darse el caso de obstrucción del catéter, si así fuera la insulina no se estaría infundiendo, situación que la persona debe reconocer. Las personas con bomba deben vigilar con más frecuencia sus niveles de glucosa aunque es cierto que los sistemas de monitorización continua de glucosa han facilitado y mejorado la vida de los pacientes, con bombas que reducen la necesidad de testar con glucosa capilar. También puede presentarse como desventaja que estéticamente o por cuestión psicológica la persona no quiera verse las 24h del día conectada a este dispositivo", concluyen las enfermeras educadoras en Diabetes del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.